En el ciclo escolar 2023-2024 se inicia la implementación en todo el país del Plan de Estudio 2022 para la educación preescolar, primaria y secundaria. Es el documento normativo que …
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Si bien a lo largo del país grupos religiosos protestan contra los nuevos libros de texto gratuitos y otros grupos sociales los refutan con acidez, en varios estados el reclamo es de los gobiernos que incluso se ampararon o se rebelaron. Parece que implantar las aristas principales de la Nueva escuela mexicana —si es que llega a instaurarse— será más difícil de lo que imaginaron el presidente López Obrador y el gobierno de la Cuatroté.
Como cada año, con el inicio del calendario escolar comenzó el malestar de docentes y padres de familia, nerviosismo de alumnos y expectativas por reencontrarse con amigos; además, caos vial en las grandes ciudades. La diferencia: el debate sobre los libros de texto gratuitos, como lo reportan la prensa y los medios, y lo comentan periodistas y colegas investigadores.
La Secretaría de Educación Pública (SEP) vuelve a violentar el debido proceso. Primero fueron los libros de texto gratuitos de educación básica. Ahora le tocó al Marco Curricular Común en Educación Media Superior (MCCEMS) que ha sido alterado su curso por la falta de programas de estudio. No han sido publicados en el Diario Oficial de la Federación (DOF).
La responsabilidad social de educar a las nuevas generaciones no recae exclusivamente en el sistema educativo, sino que es un mandato compartido con las familias, las comunidades y, de hecho, la sociedad en su conjunto. Vivimos en una era de información, donde el acceso al conocimiento es vasto, pero al mismo tiempo, la desinformación y la información dañina también proliferan.
A caso la Nueva Escuela Mexicana no sea un proyecto, sino una ilusión. El cambio curricular y el paquete de nuevos libros de texto no representa una mudanza gradual ni sólo una reforma pedagógica. Apunta a lo que algunos llaman un cambio de paradigma, algo que aspira a trasformar de raíz la esencia de la escuela mexicana: la labor de docentes y alumnos en el aula. Pretende construir un nuevo conocimiento oficial. Además, a velocidad supersónica.
Los libros de texto son recursos didácticos fundamentales en el desarrollo del aprendizaje de los estudiantes; la implementación de los libros de texto de la Nueva Escuela Mexicana ha generado expectativas y debates en torno a su estructura pedagógica, metodológica y didáctica; incluso en algunos casos el debate ha sido más político e ideológico.
Desde que encontré el término gobernanza en un documento oficial tengo problemas para identificar a qué se refiere, cuál es su diferencia con palabras más usadas en el español de México como gobernación y gobernabilidad. Pensé que era una traducción literal y tal vez fonética de la voz governance del inglés.
Hace ya más de 30 años, el filósofo español Juan Delval publicó un pequeño librito titulado Los fines de la educación (1990), en los que, de acuerdo son sus palabras, exponía algunas de las ideas que surgieron de un debate sobre los fines de la educación con el historiador Juan Francisco Fuentes.
En mayo del 2018, el entonces candidato a la presidencia Andrés Manuel López Obrador, presentó en Oaxaca los “10 compromisos por la educación en México”. Uno de ellos, el séptimo, indicaba que, de llegar a la presidencia, debería elaborar conjuntamente con los maestros, padres de familia y pedagogos especialistas, “un plan educativo que mejore, de verdad, la calidad de la enseñanza sin afectar los derechos laborales del magisterio” (AMLO, 2018); y, al mismo tiempo, eliminar la “mal llamada Reforma Educativa” impulsada por el ex presidente Enrique Peña Nieto.
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