Sobre el tema de este artículo escribí más de una vez en El Diario de la Educación. En cada una, cimbrado por acontecimientos en escuelas mexicanas o estadounidenses.
@2022 – Designed and Developed by Xalapasoft
He elegido este epígrafe y este tema para el artículo de hoy porque, a pesar de mis muchas limitaciones y elementos por mejorar, me identifico completamente con lo que afirma Nietzche y cita Morin en este libro autobiográfico. Con mejores o peores resultados, cada semana pongo en estos textos toda mi vida y toda mi persona. Lo mismo ocurre con mis artículos académicos, sean de investigación empírica o de aportación teórica a mis áreas temáticas.
Como docente frente a grupo, en mis más de dos décadas de servicio ininterrumpido, he considerado a los libros de texto gratuitos como un instrumento valioso y una herramienta necesaria para el fortalecimiento de los aprendizajes de los estudiantes; jamás los he visto como la piedra angular que determine el que un niño, niña o adolescente aprenda o no.
No obstante que había escrito en periódicos estudiantiles y en diarios nacionales, como El Economista y El Financiero, además de una columna en U2000: La crónica de la educación superior y colaboraciones esporádicas en Reforma, no me sentía periodista. No consideraba que escribir editoriales me desempolvaba de mi cubículo y me ponía en la plaza pública. Mas a comienzos de marzo de 2006, una invitación de Pascal Beltrán del Río inició mi evolución. Hoy me percibo como académico y periodista. No encuentro divergencia entre una y otra actividad; tampoco una disociación entre esas profesiones y mi vida personal
Esta temática está relacionada con una obra que terminé de leer cuyo autor es Francisco Imbernón llamada Ser docente en una sociedad compleja. La difícil tarea de enseñar, donde se muestra, desde una visión holística, un panorama sobre la profesión docente y las complejidades a las que se enfrenta en este siglo XXI, de manera tal que invita a recorrer un camino abierto a la discusión y al debate sobre el tema del profesorado y su complejidad
El 8 de marzo no es un día que se celebra, se conmemora. Es un día que nos reúne en las calles a muchas mujeres de distintas etnicidades, clases sociales, nacionalidades, creencias religiosas y posturas políticas para unir nuestros afectos en un objetivo común: visibilizar las brechas y las injusticias sociales que padecen las mujeres y para poner en común las experiencias de discriminación y desigualdad que viven también hombres indígenas, negros, gay, trans, etc. A partir de la década de los setenta se habla de diferentes olas dentro de los movimientos feministas. Hagamos un breve recuento histórico de las luchas de las mujeres a lo largo del tiempo.
Como tribuno y soñador de la educación, con un dilatado andar en el ecosistema universitario, en cierta ocasión invité soñar a un grupo de estudiantes de una maestría multidisciplinaria, que aglutinaba a funcionarios y académicos con trabajo estable, el sueño consistía en abandonar su puesto laboral para emprender su propio destino. Al escuchar tal propuesta, muchos dijeron que era una descabellada idea, pues estaban cómodos y tenían una familia que mantener y otros argumentaban que un profesor de maestría debe pisar tierra y no estar construyendo rascacielos en las nubes.
Una definición generalmente aceptada acerca de los procesos de rezago educativo es la siguiente: Población de 15 años o mayor de esa edad que no ha concluido la educación básica o que no ha participado en ningún programa educativo, tanto no formal como formal. Ello significa que el universo poblacional del rezago educativo abarca tanto a ciudadanas y ciudadanos analfabetas como a quienes no han terminado sus estudios de primaria o secundaria.
Venimos de un pasado donde el burocratismo y varios vicios dentro del sistema educativo mexicano han impedido que las reformas se traduzcan en mejores aprendizajes y ciudadanos conscientes. Hoy vivimos cambios relevantes, en el contexto de la cuarta transformación (4T), que corren el riesgo de fracasar si no se transforma el modo de operar cotidiano. Queremos hablar aquí de estos problemas que se arrastran del pasado y que han creado una cultura organizacional perversa para tocar la campana de alerta y hacer un llamado para cambiarla. De lo contrario, las transformaciones educativas del actual gobierno nunca llegarán al aula, no lograrán sus valiosos objetivos y terminarán como las anteriores reformas educativas en el limbo burocrático.
Sabio es el que aspira una visión de vida para ser libre y más feliz. Como respuesta a esta inquietud de vivir mejor, en el Perú y en muchos países del mundo, este mes de marzo, las escuelas abren sus puertas para transformar y mejorar dramáticamente la vida de millones de personas. En Perú, más de ocho millones de estudiantes con lápiz, papel y cuantiosas ilusiones bajo el brazo volverán a las escuelas.
Revista Aula. Revista de periodismo y análisis especializado en temas educativos que fortalece el debate de manera libre y plural.