Bien se dice que la caricatura mexicana no sería la misma sin la obra de Eduardo del Río, Rius; le propongo entonces, imaginemos una caricatura donde Alfonso Cepeda, líder nacional del …
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Como cada año, con el inicio del calendario escolar comenzó el malestar de docentes y padres de familia, nerviosismo de alumnos y expectativas por reencontrarse con amigos; además, caos vial en las grandes ciudades. La diferencia: el debate sobre los libros de texto gratuitos, como lo reportan la prensa y los medios, y lo comentan periodistas y colegas investigadores.
El jueves de la semana pasada, charlé largo con un amigo y colega sobre la política educativa y la política en general. Ambos somos gente del sector educativo y vemos con ojos críticos la tendencia de la Cuatroté a cambiar todo, con precipitación y alevosía, sin consultas serias y con desprecio al trabajo y tradición de los docentes.
El 14 de junio de 2023 los maestros de educación inicial, preescolar, primaria y especial de la Ciudad de México acudieron a las urnas para elegir al nuevo comité de la Sección 9. Quince días después el secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Alfonso Cepeda Salas, informó que el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje (TFCA) había otorgado la toma de nota, es decir, el documento que expide la autoridad laboral para dar fe de la elección.
Miércoles 14 de junio de 2023, un paréntesis se abre en las actividades escolares de educación inicial, preescolar, primaria y especial de la Ciudad de México; los maestros de la Sección 9 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) han sido convocados para elegir a sus representantes sindicales.
Los charros no consideraron esta opción porque al fin de cuentas tienen el monopolio de las decisiones en el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y decidieron elaborar un reglamento para la elección seccional a modo, sin consultar a nadie, considerando que con registrar éste en la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCyA) es suficiente para proceder arbitraria y unilateralmente; olvidando dolosamente que en el SNTE confluyen históricamente diversas formas de opinión y organización sindical y educativa.
La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) se fundó en diciembre de 1979. A partir de entonces se generó una gran efervescencia político-sindical con dos objetivos prioritarios: la democratización del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y el incremento del salario de los maestros. Para distinguirse de los charros oficialistas del SNTE, los maestros militantes y simpatizantes de la CNTE se autodenominaron democráticos, por su afán democratizador de entonces.
Como se esperaba, el pasado 15 de mayo, durante la conferencia de prensa del presidente de la República, se anunció con bombo y platillo un incremento salarial para el magisterio de 8.2%, retroactivo al mes de enero de este año. Algunos líderes de las secciones del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) ahí presentes, encabezados por su dirigente nacional, Alfonso Cepeda, sin rubor alguno llenaron el recinto de aplausos.
En El arte de la guerra, Sun Tzu sentenció: “Los guerreros superiores atacan mientras los enemigos están proyectando sus planes. Luego deshacen sus alianzas”. No insinúo que Alfonso Cepeda Salas, líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, sea un guerrero superior, pero es el jefe de una tropa encuadrada en un organismo corporativo con décadas de experiencia en montar y desmontar alianzas.
¿A cuál Cepeda Salas se le hace caso? ¿Al crítico de las reformas educativas o al que expresa frases de alabanza que rayan en el culto a la personalidad del caudillo?
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