Como docente frente a grupo, en mis más de dos décadas de servicio ininterrumpido, he considerado a los libros de texto gratuitos como un instrumento valioso y una herramienta necesaria …
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El pasado 23 de febrero de 2023, fueron publicados en el Diario Oficial de la Federación (DOF), los Lineamientos generales para la innovación en los materiales educativos impresos dirigidos a estudiantes de preescolar, primaria y secundaria que contribuyan a la mejora de la educación de las escuelas, cuyo objeto radica en el establecer elementos que podrían contribuir en los procesos de innovación pedagógica, didáctica y editorial en los materiales educativos impresos para estudiantes, emitidos por la Secretaría de Educación Pública (SEP) y las secretarías de educación – o instancias homólogas – en las entidades federativas, para apoyar, complementar y profundizar la puesta en práctica del plan y programas de estudio de preescolar, primaria y secundaria y con ello favorecer los procesos formativos que se desarrollan en las escuelas
Durante los trabajos del seminario internacional sobre Transformación de Sistemas Educativos, convocado por el Instituto Brookings, con sede en Washington DC, en donde tuve la fortuna de participar, se considera a la sociedad civil como una suerte de garante de los procesos de cambio. Ahí está buena parte de la responsabilidad para mantener el “largo aliento” de la transformación educativa, tanto como el sentido de la misma. Es urgente fortalecer este camino, y equilibrar la lógica cerrada y colonialista de esa vieja forma de entender el sistema educativo. Me explico.
Cada vez que tengo oportunidad, planteo a los maestros y maestras de distintos foros las siguientes preguntas: ¿De qué tipo de educación hablamos cuando decimos que ésta debe fomentar el pensamiento crítico, la creatividad, el desarrollo afectivo y el trabajo colaborativo? ¿Nos estamos refiriendo a una propuesta emancipadora u otra para la reproducción del capitalismo?, y casi siempre las respuestas se inclinan por una educación para la emancipación.
Guorui Fan y Thomas Popkewitz analizan paradigmas de la política educativa a escala global. Para ellos, más allá de la ideología, “la política educativa es un código de conducta, una normativa para su existencia y una herramienta empleada por una entidad política para gobernar la educación”. La noción de la Nueva escuela mexicana (NEM) que acuñó el gobierno de Andrés Manuel López Obrador fue primero que nada un código de conducta, un artificio retórico que inauguró su primer secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán. A partir de septiembre de 2019 tuvo existencia normativa dado que —a iniciativa del gobierno— el Congreso colocó el concepto de NEM como un capítulo en la nueva Ley General de Educación. Dejó de ser instrumento para gobernar la causa de la educación cuando Delfina Gómez Álvarez arribó a la jefatura de la Secretaría de Educación Pública (SEP). Pero renació cuando el proyecto de nuevo plan de estudios y marco curricular para la educación básica requería de un aparato normativo.
Vuelvo en este artículo a adentrarme en el terreno de la política educativa, que como he aclarado en varias ocasiones, no es mi tema de expertise ni mi línea de investigación. Lo hago desde un conocimiento muy limitado de la propuesta de la llamada Nueva Escuela Mexicana (NEM) y del Nuevo Marco Curricular que busca hacerla operativa.
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