Recuperar la esperanza Re imaginando, se convierte en una invitación a la acción en el 2023
Reinicio mis colaboraciones reflexionando sobre la necesidad de mirar hacia atrás recuperando todo aquello que te sigue nutriendo. En el inicio de cada etapa marcada por las experiencias, es importante pensar en las oportunidades que se presentan dentro de un ambiente complejo en el cual gravitan una diversidad de problemas dependiendo del propio entorno y de las condiciones personales y profesionales.
Esto de educar requiere de una buena dosis de imaginación para seguir reinventándonos desde la diversidad de entornos donde es posible educar recuperando la esperanza. Recuperar la esperanza es el título de un libro fuera de comercio que contiene una selección de textos que don Pablo Latapí Sarre editó para obsequiarlo a sus amigos, un libro que fue especialmente querido y como un modesto testimonio de algunas de sus convicciones más profundas que entregó como un recuerdo para los corazones de sus amigos.
Siempre que escribo de educación, invariablemente viene a mi mente el legado de don Pablo, porque en educación hay batallas visibles que, a pesar de los esfuerzos, a veces se pierden, pero que dejan su huella para florecer en otros tiempos y en otros contextos en donde la educación apoya la transformación para el tránsito a formas de convivencia más justas, participativas y solidarias.
Por eso hay que seguir imaginando. La palabra “imaginar” viene del latín imaginari que significa “formar una figura mental”. Representar idealmente una cosa, crearla con la imaginación, por tanto, ‘Re imaginar’ implica volver a imaginar algo que ya se había creado, darse el espacio y el tiempo para poder vislumbrar algo que permita seguir recorriendo el camino construyendo esperanza, respondiendo a los desafíos permanente que los cambios sociales y tecnológicos producen. Imaginar replanteándonos el por qué, cómo, qué, dónde y cuándo aprendemos.
Hace poco escuchaba a un conferencista hablar sobre los problemas existenciales a los que nos enfrentamos a nivel global ante el cambio climático, las guerras, la violencia, a la desigualdad social, la pobreza, la discriminación, el racismo, el clasismo etc. en los diversos contextos de incertidumbre que se visualizan en el día a día. Está presente la necesidad de unirnos, de trabajar de manera colectiva para intentar transformar desde nuestros espacios la educación misma, imaginando y recuperando la esperanza.
Lo que ahora se plantea, como la descolonización de los planes de estudio y la focalización del aprendizaje social y emocional más allá del discurso político, parten de la necesidad de un replanteamiento de los espacios de aprendizaje para la trasformación de la sociedades, pero para lograrlo se requiere de una decidida cooperación en el logro de un beneficio común, enfrentando tanto los retos que son comunes a todos como aquellos que por los contextos y la diversidad también se presentan.
En el documento de la UNESCO (2021) “Re imaginar juntos nuestros futuros. Un nuevo contrato social para la educación”, Re imaginar significa trabajar juntos para crear futuros que sean compartidos e interdependientes, a través de tres planteamientos en materia de educación de cara al 2050: ¿qué deberíamos seguir haciendo?, ¿qué deberíamos dejar de hacer? y ¿qué debería de reinventarse de manera creativa? Estos tres planteamientos fueron generados a través de un eje transversal reflexivo: entre las promesas del pasado y las incertidumbres del futuro.
Las transformaciones disruptivas se presentan en cada espacio, en cada momento y en cada contexto educativo y llama la atención que en muchos casos se sigan haciendo las mismas cosas con los lógicos mismos resultados, la idea fundamental de este contrato social para la educación plantea la necesidad de pensar diferente sobre el aprendizaje y las relaciones existentes entre los alumnos, docentes, el conocimiento y el mundo.
Y aún más, realza la labor de los docentes a partir de la autonomía, la libertad y su consecuente revaloración:
“La enseñanza debería seguir profesionalizándose como una labor colaborativa en la que se reconozca la función de los docentes de productores de conocimientos y figuras clave de la transformación educativa y social. La labor de los docentes debería caracterizarse por la colaboración y el trabajo en equipo. La reflexión, la investigación y la creación de conocimientos y nuevas prácticas pedagógicas deberían ser parte integrante de la enseñanza. Esto significa que hay que respaldar la autonomía y la libertad de los docentes, y que estos deben participar plenamente en el debate público y el diálogo sobre los futuros de la educación”.
Este informe en su conjunto, nos lleva a pensar y Re imaginar un plan de acción colectivo respondiendo a las necesidades de los actores educativos y de la sociedad en general, donde el papel de las y los maestros sea fundamental para lograrlo en el desarrollo de oportunidades educativas a lo largo de la vida y en los diferentes entornos culturales y sociales.
Recuperar la esperanza Re imaginando, se convierte en una invitación a la acción en el 2023, a seguir pensando, sintiendo y haciendo contribuyendo al tránsito a formas de convivencia más justas, participativas y solidarias para un futuro mejor.
Referencias
UNESCO (2021) Re imaginar juntos nuestro futuro. Un nuevo contrato social para la Educación. INFORME DE LA COMISIÓN INTERNACIONAL SOBRE LOS FUTUROS DE LA EDUCACIÓN. Resumen.
*Publicado originalmente en: https://www.e-consulta.com/opinion/2023-01-19/recuperar-la-esperanza-re-imaginando