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¿Cuál es el sentido de evaluar los sistemas educativos? Análisis desde una perspectiva de la participación ciudadana

by Pluma Invitada
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tzia Yunuén Gollás Núñez*

A mediados de los años 90 a nivel mundial, el uso de la evaluación para el seguimiento de los sistemas educativos, comenzaba apenas a figurar en la agenda de las administraciones públicas, es decir, si bien la evaluación del estado de la educación hoy en día es un elemento clave en la valoración de los resultados de los sistemas educativos, no fue sino en los años noventas que se extendió y generalizó su uso en la administración pública, incluyendo el caso de México (Tiana Ferrer, 1996, Martínez y Blanco, 2012).

En ese sentido, podríamos pensar que la evaluación de los sistemas educativos se encuentra aún en una fase de adolescencia tardía o de adultez joven, de modo que con una perspectiva positiva, nos podríamos encontrar en un momento clave para transitar hacia una etapa de mayor madurez y, por lo tanto, de mayor impacto en la mejora de la educación; por lo que quisiera dedicar este espacio para que reflexionemos sobre la importancia de la evaluación y del uso de la información, a partir de un texto del Dr. Alejandro Tiana Ferrer de 1996 que parece no perder vigencia.

Quisiera partir señalando que la evaluación es un proceso complejo y que posiblemente es su uso incorrecto lo que la ha llevado a encontrar en ocasiones la animadversión y hasta el rechazo de agentes educativos, incluyendo a algunos docentes.

Dicho uso inapropiado de la evaluación se suma a un escenario en el que pareciera prevalecer la falta de información oportuna y fidedigna. Puesto que como ya lo señalaba Tiana hace décadas: es indispensable contar con sistemas de información sofisticados, que permitan combinar fuentes oficiales de forma que se pueda tener acceso a información para su tratamiento, uso e interpretación. Sin embargo, en el marco de una era en la que la Inteligencia Artificial (IA) aparece en el escenario cotidiano, los sistemas de información vivos, ágiles, tendrían que ser el último de nuestros problemas, pero lamentablemente no es así.

Al conjugarse el momento histórico de la pandemia por COVID con la ausencia física de estudiantes y docentes en los planteles, se afectó la posibilidad de contar con información educativa precisa y oportuna; por ejemplo, durante el ciclo 2021-2022, no pudimos saber con certeza el número de alumnos en condición de abandono escolar, puesto que la Secretaría de Educación Pública (SEP)  emitió el acuerdo 11/06/22 desde en el que se estableció que no se reprobarían alumnos; ello derivó en que de forma automática, los estudiantes que estaban inscritos en el ciclo 2020-2021 fueran inscritos en el siguiente grado, -exceptuando aquellos que cambiaban de nivel educativo-, y aún sin poder volver al esquema presencial, y contar con comunicación intermitente o nula en el caso de algunos estudiantes, fue imposible precisar quiénes habían dejado de asistir de manera permanente a la escuela.

Este ejemplo, así como la carencia de información con relación al estado del logro de los  aprendizajes, nos puso en tremendo aprieto al intentar identificar, para el ciclo 2022-2023, ¿cuántos estudiantes se encontraban en condición de abandono escolar?,  ¿cuál era el estado del aprendizaje? o la afectación al mismo derivado de la pandemia, y tantas otras preguntas que dieron pie a que diversos agentes involucrados en la educación, realizaran ejercicios de recuperación de información y de investigación para tratar de responderlas, entre ellos, instancias como la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (MEJOREDU), la Iniciativa de Educación con Equidad y Calidad del Tec de Monterrey, el Centro de Investigación en Política Pública (IMCO), algunas secretarías de educación de los estados, así como varios equipos de investigadores educativos y de asociaciones civiles del ámbito educativo (como Mexicanos Primero y Mexicanos Primero Jalisco), entre muchos otros.

Sin embargo, más allá de estos honrosos esfuerzos, aún nos encontramos lejos de conocer con precisión cuál es el estado de la educación en México, y pareciera que el entorno cada vez aprecia menos la necesidad de conocer y utilizar la información relacionada con el sistema educativo.  Me refiero al hecho de que Secretaría de Educación Pública haya promovido una justificación ante el INEGI, aludiendo al incumplimiento con el criterio de información generada de manera regular y periódica a través del SIGED, de modo que, se publicó el 10 de abril de 2023 en el Diario Oficial el Acuerdo 10/04/23 por medio del cual se revoca la determinación como Información de Interés Nacional a la Información Estadística del Sistema de Información y Gestión Educativa (SIGED). Dado que este sistema es la única fuente de información oficial del sistema educativo, a partir de esta revocación, se corre el riesgo evidente de no contar con información actualizada y oficial sobre el estado de la educación en México y por lo tanto se impide la toma de decisiones de política pública basadas en evidencia.

Esta falta de información oportuna y transparente se suma a los usos inapropiados de la evaluación que derivan en aspectos negativos de la misma y que “tienen como fuente común el desconocimiento de los alcances y limitaciones reales de cada enfoque de la evaluación, lo que lleva a expectativas desmesuradas y a usos carentes de fundamento.” (2012, p. 29); o incluso en abusos como “convertir la evaluación en un elogio a quien la patrocina o la realiza; convertir la evaluación en un instrumento de dominación, control y opresión; o hacer públicas sólo aquellas partes del informe que tienen un carácter halagador” (Santos, 1993, en Tiana, 1996, p.8).

Los expertos en evaluación educativa coinciden en que existen al menos tres niveles en los que esta se aplica: el primero, refiere a la valoración de los resultados de los individuos que participan del proceso educativo; el segundo, la valoración de instituciones o entidades educativas; y el tercero, la valoración en conjunto del sistema educativo (Tiana, 1996). Pero para los fines de este análisis, nos centraremos en el tercero de estos niveles: la evaluación de los sistemas educativos, para entonces contar con mayor claridad y gestionar nuestras expectativas de participación como ciudadanía a partir de sus posibilidades y alcances.

En este tercer nivel de evaluación sistémica, los principales usos son 1) la conducción y 2) de la información pública. En este sentido, el primero, conducción, “pone el acento en la recepción y el tratamiento de una información actualizada, capaz de permitir intervenciones más ágiles y mejor adaptadas a la diversidad de situaciones específicas” (Tiana, 1997, p. 1). El segundo, de la información pública, “tiene que ver con la contribución que ésta puede realizar al debate público y al funcionamiento democrático de una sociedad” (Tiana, 1996, p.12).

Es decir, este tercer nivel de la evaluación sistémica refiere a que sus usos son principalmente:

1.    Generar información útil para quienes dirigen (conducen) los sistemas educativos en la toma de decisiones oportunas para la atención de problemas específicos, y

2.  Entregar información para que desde el ámbito ciudadano dialogue y se participe desde el ámbito que compete en una sociedad democrática.

Especialmente fue a partir de este segundo uso de la evaluación sistémica, que en Mexicanos Primero Jalisco (MPJ), nos encontramos frente la dificultad de contar con elementos para realizar propuestas de participación ciudadana y de política educativa, que partieran de la evidencia y no de ideas ingenuas (Tiana, 1996), y mucho menos del mar de la desinformación o desconocimiento, por lo que emprendimos una investigación que buscó “dar a conocer el estado del derecho a la educación en Jalisco antes, durante y después de la pandemia, con el fin de identificar avances y retrocesos y poner a disposición de la sociedad información educativa actualizada y accesible en un mismo lugar” (MPJ, 2023).

Esto dio origen a un micrositio, es decir, una página web accesible desde cualquier lugar y dispositivo con internet cuyas cifras actualizaremos anualmente a partir de la información de los indicadores que se encuentre disponible en fuentes oficiales; lleva por nombre “Diagnóstico general del derecho a la educación en Jalisco” y se encuentra en www.diagnosticoeducativojalisco.org

El objetivo principal de este espacio es conocer el estado del derecho a la educación en el estado de Jalisco a 2022, antes, durante y después de la pandemia; a través de la recolección de información existente en fuentes oficiales de diferentes indicadores educativos y del análisis descriptivo e interpretativo de la información. Esto con el fin de identificar avances y desafíos del sistema educativo, y poner a disposición de la sociedad información educativa estatal actualizada y accesible.

Se realizó una investigación documental en la que se recopilaron datos educativos cualitativos, pero principalmente cuantitativos de las bases de datos más actualizadas de los históricos públicos oficiales existentes. La información fue analizada a partir de dos tipos de niveles: descriptivo, es decir, el ¿cómo estamos?; y en algunos indicadores, se realizó un análisis interpretativo, el ¿por qué estamos así?

Quien navega por el micrositio puede encontrar un total de 14 indicadores que fueron seleccionados por su relevancia y agrupados en grandes categorías:

  • Numeralia del sistema educativo de Jalisco.
  • Indicadores de logro de aprendizaje.
  • Indicadores de acceso y trayectoria.
  • Indicadores de habilidades socioemocionales.

En un marco de respeto al actuar de quienes conducen el sistema educativo de Jalisco, nuestra única intención es la de favorecer el uso de la información educativa, y que se convierta en un espacio que resguarda la información de las fuentes oficiales, más allá de los cambios de administraciones gubernamentales, puesto que el ejercicio de la participación ciudadana responsable requiere recursos que como este, abonen para comprender e interpretar información que son fundamentales para las funciones y el actuar de académicos y estudiantes de diversas áreas, medios de comunicación, empresas y asociaciones civiles, escuelas, funcionarios públicos y sociedad civil en general.

Y es justo a ellas y ellos a quienes hacemos un llamado para que, a través de la participación colectiva, instemos a las autoridades correspondientes a generar sistemas de información ágiles y vivos, que brinden información pertinente, transparente y oportuna, pero también hacemos un llamado a favorecer su uso adecuado que, en el caso de la ciudadanía, es el de la participación.

Desde MPJ aspiramos a que el diagnosticoeducativodejalisco.org sea una herramienta para que los diversos agentes educativos, en un ejercicio democrático del uso de la información, podamos dialogar y encontrar soluciones articuladas ante problemas educativos concretos.

En este marco, la evaluación educativa debe ser resignificada para poder aprovechar las enormes ventajas que brinda el conocer en qué condiciones nos encontramos, pero también para definir hacia dónde queremos ir como sociedad y que, más allá de la diversidad de nuestras miradas, podamos colocar la educación en el centro de la agenda pública desde el honesto interés común en la mejora de las condiciones de las vidas de las niñas. niños y adolescentes de nuestro país.

Referencias

Martínez, F., & Blanco, E. (2012). La Evaluación Educativa En México : Experiencias, avances y desafíos. In El Colegio de México (pp. 1–32). http://www.fmrizo.net/fmrizo_pdfs/capitulos/C 047 2010 Evaluacion Educativa en Mexico_FMR-EB COLMEX.pdf

MPJ, (2023). Diagnóstico general del derecho a la educación en Jalisco. https://www.diagnosticoeducativojalisco.org/

Secretaría de Educación Pública, (2022).  ACUERDO número 11/06/22 por el que se regulan las acciones específicas y extraordinarias para la conclusión del ciclo escolar 2021-2022 y el inicio del ciclo escolar 2022-2023. https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5656485&fecha=28/06/2022#gsc.tab=0

Tiana Ferrer, A. (1996). La evaluación de los sistemas educativos. Revista Iberoamericana de Educación, Enero-Abri(10), 37–62. http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1019993&info=resumen&idioma=SPA

*Directora de Mexicanos Primero Jalisco (MPJ)

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