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Motivar, aprender y crecer: el impacto de la gamificación en las organizaciones

by Pluma Invitada
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Aileen Cortés Barrera y Dennis Gordillo Valdés

Universidad Iberoamericana Ciudad de México 

Los hombres no son formados en el silencio, son formados en la palabra, en el trabajo, en la acción, en la reflexión. Paulo Freire

Cuando el juego se convierte en aprendizaje real

“Al principio sólo querían divertirse”, recuerda Lesly Barrera, licenciada en pedagogía, quien en sus primeros años de trayectoria profesional impartió cursos de capacitación utilizando la gamificación. Lo que comenzó como una dinámica lúdica, se transformó en algo mucho más profundo, los participantes no sólo jugaban y reflexionaban, sino que también empezaban a hacer analogías con su vida cotidiana, analizaban cómo habían enfrentado los retos del juego y comprendían que esas estrategias eran aplicables a su trabajo, e iban descubriendo que el trabajo en equipo no era únicamente un ideal corporativo, sino una herramienta concreta para alcanzar metas, ya fuera en ventas o dentro de una oficina. Asimismo, señaló que los cursos corporativos con gamificación “ayudaban a entender mejor los temas y a visualizar cómo el trabajo en equipo podía lograr objetivos concretos” (comunicación personal, Barrera, L. 22 de abril de 2025). Esta experiencia no sólo evidencia el potencial del juego como estrategia pedagógica, sino que nos reta a replantear cómo se construye el aprendizaje significativo en contextos laborales.

¿Qué es la gamificación y por qué hablar de ella en el ámbito organizacional?

En un mundo laboral en constante transformación, mantener la motivación de los empleados, facilitar el aprendizaje y fomentar su desarrollo se ha vuelto una prioridad para muchas organizaciones (Chapman, 2018). Una estrategia que ha cobrado fuerza en los últimos años es la gamificación, que consiste en incorporar elementos propios de los juegos –como recompensas, niveles o desafíos– en contextos no lúdicos, como el trabajo o la capacitación (Deterding, 2011).

Lejos de ser una moda pasajera, diversos estudios han demostrado que la gamificación puede aumentar la motivación, mejorar la retención del conocimiento y contribuir al bienestar y productividad de las personas en su entorno laboral.

La gamificación como herramienta de motivación en los equipos de trabajo

Diversos estudios demuestran que aplicar la gamificación en el ámbito empresarial puede traer múltiples beneficios. Por ejemplo, se ha demostrado que esta estrategia no nada más incrementa la motivación, sino que también mejora la imagen de marca, fortalece la lealtad de los clientes y enriquece su experiencia con la empresa.

Además, cuando se utiliza en procesos de capacitación, la gamificación ayuda a los trabajadores a aprender de manera más dinámica, fomenta el trabajo en equipo y contribuye al desarrollo de habilidades clave como: el liderazgo, el manejo del estrés, la comunicación o la negociación (Morschheuser et al., 2017).

De acuerdo con Stolte, van Oortmerssen y Albronda (2022), la gamificación se ha consolidado como una estrategia eficiente para aumentar la motivación dentro de los equipos de trabajo, ya que incorpora dinámicas propias del juego en contextos laborales. Esta metodología permite reformular los objetivos cotidianos como desafíos estimulantes, lo que incrementa la participación activa y el disfrute de las tareas. Por ejemplo, mediante sistemas de retroalimentación, recompensas simbólicas o rankings internos, los equipos experimentan una mejora en su unión, creatividad y productividad, lo cual favorece un entorno colaborativo que potencia el compromiso de cada integrante.

La implementación de elementos divertidos como tableros de puntuación, medallas o desafíos grupales incentiva el rendimiento individual, pero también promueve una cultura de cooperación. En contextos donde se fomenta la competencia sana y se reconoce el progreso, los trabajadores se sienten más involucrados y valorados, lo cual repercute positivamente en la calidad del trabajo y en los tiempos de entrega. En este sentido, dinámicas como los retos por equipos, misiones semanales o actividades de resolución de problemas se convierten en mecanismos que generan sentido de pertenencia y motivación intrínseca.

Sin embargo, el éxito de estas dinámicas depende de un diseño estratégico que considere las preferencias y necesidades del grupo, así como la cultura organizacional. Un sistema gamificado y efectivo debe evitar la excesiva competencia o la superficialidad en la motivación, priorizando experiencias que conecten con los intereses reales de los participantes. Por lo tanto, la gamificación, bien aplicada, no sólo transforma el ambiente laboral en un espacio más dinámico y humano, sino que se convierte en una herramienta potente para fortalecer equipos orientados al logro colectivo.

Aprendizaje organizacional gamificado: formación y desarrollo de habilidades

El primer uso documentado de este término data de 2008, pero desde 2010 la adopción de la gamificación se realizó en diversos sectores tales como los negocios, marketing, gestión corporativa, finanzas, salud, educación, medio ambiente, etcétera (Dicheva et al., 2015).

En este contexto, de acuerdo a Payne et al. (2008), Gallego y De Pablos (2013), existen diferentes ventajas de la gamificación a nivel empresarial: reconocimiento social gracias a la publicación en medios sociales de las puntuaciones que suponen una motivación para los participantes; de forma similar, la publicidad gratuita y orgánica a través de esas publicaciones, así como la atracción y retención de clientes. Se valora sobre todo el apoyo que brinda en la mejora de la experiencia del usuario, cuando su objetivo primordial es motivar, promover y generar una mayor participación de las características de los productos y servicios que ofrecen las empresas. De esta forma, se promueve la colaboración entre usuario y empresa, para lograr, mediante el juego, estrategias de cocreación de valor. 

Asimismo, se utilizan varias plataformas y herramientas digitales para incorporar la gamificación en el aprendizaje organizacional

  1. Simuladores y rompecabezas basados en escenarios. Estas herramientas presentan situaciones del mundo real a las que los empleados pueden enfrentarse, promoviendo el razonamiento inductivo y deductivo y asegurando experiencias de aprendizaje interactivas efectivas.
  2. Microaprendizaje con elementos gamificados. El microaprendizaje ofrece unidades de aprendizaje breves o actividades a corto plazo, a menudo mejoradas con elementos gamificados para mantener el compromiso y facilitar el aprendizaje continuo.
  3. Aplicaciones móviles. Se ha demostrado que las aplicaciones móviles gamificadas diseñadas para la nueva contratación de alquiler y el desarrollo de habilidades aumentan la participación y la motivación del usuario. 

Cultura organizacional y crecimiento: más allá del entretenimiento

La gamificación también tiene un impacto positivo en la colaboración, la creatividad y el sentido de pertenencia dentro de las organizaciones. Cuando se implementan dinámicas lúdicas, como retos en equipo o recompensas por metas alcanzadas, se fomenta una mayor interacción entre compañeros, incluso en entornos remotos o cuando los empleados no se conocen bien. Estas actividades hacen más agradable el ambiente laboral, pero también promueven una actitud más colaborativa y participativa.

Además, al incorporar elementos de juego, las personas se sienten más motivadas, lo que les permite atreverse a proponer ideas innovadoras y a buscar soluciones creativas a los desafíos del día a día. Este tipo de dinámicas contribuye a generar un entorno donde es posible aprender de forma divertida y reducir el miedo al error en una cultura de innovación.

Otro beneficio importante es el fortalecimiento del sentido de pertenencia. Participar en actividades gamificadas hace que los empleados se sientan más valorados, involucrados y conectados con los objetivos de la organización. Este vínculo emocional puede aumentar su compromiso y deseo de permanecer en un lugar donde se sienten incluidos, escuchados y parte de una comunidad.

En conjunto, una estrategia de gamificación bien diseñada puede transformar el espacio de trabajo en un entorno más humano y colaborativo, en el que la motivación, la creatividad y el trabajo en equipo se convierten en motores del crecimiento organizacional.

Retos y oportunidades de la gamificación en el futuro del trabajo

De acuerdo a Ivanovna (2013) y Marache y Brangier (2013), entre los beneficios se encuentra el desarrollo y uso de las nuevas tecnologías, ya que se convierten en el soporte fundamental para formar los principios básicos de la gamificación: participación voluntaria, libertad de elección, vivencia de experiencias personalizadas que producen emociones sobre diferentes perfiles de usuarios, escape de la realidad a través de un mundo artificial; se basan en procesos de autosuficiencia con la búsqueda de motivación intrínseca, sobre la motivación extrínseca, beneficios mutuos (creador-jugador), interacción a largo plazo, considerar efectos secundarios (estrés, sensación de falta de credibilidad y privacidad) y aspectos ético-legales. De esta forma, estos principios conllevan el cuidado y preocupación de ambas partes, los creadores del juego o empresas y los jugadores, clientes o empleados; puesto que los intereses mutuos deben regirse para salvaguardar los intereses de las personas.

Entre los retos se encuentra la implementación y adaptación, ya que la gamificación en el lugar de trabajo presenta desafíos significativos, incluyendo la necesidad de adaptar las mecánicas de juego a las complejidades y dinámicas sociales del entorno laboral (Play, 2018). Así también la resistencia al cambio, ya que la adopción de gamificación puede enfrentar resistencia debido a la estructura jerárquica de las organizaciones y preocupaciones éticas.

Por ello, con sentido pedagógico, resulta fundamental cuestionar y ampliar las fronteras tradicionales de la enseñanza y reconocer que los espacios laborales también constituyen escenarios educativos legítimos. En ellos, las dinámicas del juego no sólo motivan, sino que generan vínculos, desarrollan habilidades socioemocionales y contribuyen a la construcción de culturas organizacionales más humanas y resilientes. En este sentido, gamificar no se trata simplemente de añadir puntos o recompensas, sino de diseñar experiencias significativas que respondan a los intereses, necesidades y contextos específicos de las personas.

Reflexiones finales

La gamificación aplicada al ámbito empresarial se presenta como una valiosa oportunidad para resignificar las prácticas de capacitación, las cuales, en muchas ocasiones, se tornan monótonas o desconectadas de la realidad laboral. ¿A quién no le gustaría aprender de manera lúdica? Más allá de la edad o el sector, promover experiencias dinámicas y activas en los procesos formativos permite revitalizar el aprendizaje y fortalecer el compromiso de las personas. Como pedagogas y pedagogos, así como integrantes de una sociedad en constante transformación, estamos llamados a reconocer el potencial de estas estrategias en el contexto organizacional, y a reflexionar críticamente sobre cómo las aplicamos, con qué propósitos y al servicio de qué fines.

Referencias 

Acosta-Medina, J. K., Torres-Barreto, M. L., Álvarez-Melgarejo, M., y Paba-Medina, M. C. (2020). Gamificación en el ámbito educativo: Un análisis bibliométrico. I+D Revista de Investigaciones, 28-36. https://doi.org/10.33304/revinv.v15n1-2020003

CHI PLAY (2018). Proceedings of the 2018 Annual Symposium on Computer-Human Interaction in Play Companion. Extended Abstracts, 51-55.

Chapman, J. R., y Rich, P. J. (2018). Does educational gamification improve students’ motivation? If so, which game elements work best? Journal of Education for Business, 93(7), 314-321. https://doi.org/10.1080/08832323.2018.1490687

Deterding, S., Dixon, D., Khaled, R., y Nacke, L. E. (2011). From game design elements to gamefulness: Defining “gamification”. Proceedings of the 15th International Academic MindTrek Conference: Envisioning Future Media Environments, 9-15. https://doi.org/10.1145/2181037.2181040

Morschheuser, B., Maedche, A., y Walter, D. (2017). Designing cooperative gamification: Conceptualization and prototypical implementation. En Proceedings of the 2017 ACM Conference on Computer Supported Cooperative Work and Social Computing (pp. 2410–2421). Association for Computing Machinery. https://doi.org/10.1145/2998181.2998272Stolte, J. B., van Oortmerssen, L. A., y Albronda, B. (2022). Gamification in Work Teams: A Q Study on How Team Members Experience Gamification. Researchgate. https://www.researchgate.net/publication/365647125_Gamification_in_Work_Teams_A_Q_Study_on_How_Team_Members_Experience_Gamification?utm_source=chatgpt.com

* ODEJ-Lab es un espacio de análisis y posicionamiento sobre el acontecer de la política educativa en México y en América Latina. Nuestro objetivo es fomentar debate crítico, producir conocimiento basado en información veraz y coadyuvar en la formulación de la política pública y estrategias político-pedagógicas enfocadas en el pleno ejercicio del derecho a la educación. El Consejo editorial está integrado por: Alejandra Luna Guzmán, Luis Antonio Mata Zúñiga, María Mercedes Ruiz Muñoz, Silvia Schmelkes del Valle y Marisol Silva Laya (Ibero-Ciudad de México); Lorena Yazmín García Mendoza e Itzel López Nájera (Ibero-Puebla); Eiko Gavaldón Oseki (Ibero-Torreón); Juan Carlos Silas Casillas (ITESO). 
** Texto elaborado en el marco del seminario: Divulgación de la Ciencia y la Cultura, coordinado por la Dra. María Mercedes Ruiz Muñoz.

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