Con profunda consternación nos unimos a la tristeza por la irreparable pérdida del pequeño estudiante del preescolar Carmen Torres Veliz en Jocotepec, Jalisco. Esta tragedia, ocurrida durante la jornada escolar y que derivó en su fallecimiento tras caer de una barda en mal estado (según algunos reportes se trataba de un muro de cuatro metros de altura), no sólo evidencia graves deficiencias en la infraestructura educativa, sino que también puede llevar a una fractura profunda en la relación de confianza entre las familias y las instituciones educativas.
Los padres y madres llevan a sus hijos e hijas a la escuela con la certeza de que serán cuidados, protegidos y guiados en su proceso de aprendizaje. Confían en que las autoridades educativas y los planteles escolares cumplirán con su deber fundamental: garantizar entornos seguros donde niños y niñas puedan desarrollarse integralmente. Sin embargo, tragedias como ésta minan esa confianza y nos confrontan con una realidad preocupante: muchas de nuestras escuelas no están en condiciones de brindar esa seguridad básica que se espera de ellas.
La indignación que la comunidad siente debe transformarse en acción concreta. Según datos de Mejoredu en 2023, que tuvieron eco en un informe de Mexicanos Primero Jalisco (2023), en esta entidad 16 de cada 100 escuelas de educación básica carecen de al menos uno de los servicios esenciales. El estudio cualitativo realizado por esta asociación civil revela deficiencias graves: grietas en pisos, estructuras deterioradas, sanitarios insalubres y falta de mantenimiento general. Estas condiciones no conducen al aprendizaje y, lo más grave, ponen en riesgo la integridad física y emocional de quienes asisten a estos espacios.
Ante el inexorable hecho de la muerte de este niño y tomándolo como un lamentable ejemplo de lo que sucede cuando se soslayan algunos componentes de la seguridad social, desde una postura de compromiso social, proponemos:
- Realizar un censo integral y transparente de la infraestructura educativa, tal como lo comprometió el ahora gobernador Pablo Lemus en sus tiempos de candidato, cuando firmó seis compromisos por la educación planteados por Mexicanos Primero Jalisco. Uno de ellos es “Asegurar lo básico en infraestructura y equipamiento para todas las escuelas públicas, especialmente en el nivel básico”. Este compromiso incluye la asignación de recursos según las necesidades detectadas, mediante un censo integral de las condiciones de infraestructura, equipamiento y material de cada plantel educativo. El diagnóstico debe ser participativo e incluir la voz de directivos, docentes y padres de familia, quienes son los primeros en identificar las necesidades urgentes.
- Establecer un sistema funcional de monitoreo permanente que garantice la seguridad de los espacios educativos, priorizando intervenciones urgentes en aquellos planteles que presenten mayores riesgos. El Fideicomiso para Mejorar la Infraestructura Educativa de Jalisco, creado por el gobierno del estado y la iniciativa privada, como su nombre lo dice, para mejorar la infraestructura educativa del estado, recibe el equivalente de 3% del Impuesto sobre la Nómina. Es claro que el dinero nunca es suficiente, pero una asignación sensata, con base en priorizar las áreas de riesgo, asegura una buena actuación en la educación pública. No podemos permitir que más vidas inocentes se pierdan debido a la negligencia o la inacción.
- Crear comités de seguimiento ciudadano que vigilen la correcta aplicación de los cinco mil millones de pesos anunciados para la mejora de 1 850 escuelas durante este año. La transparencia en el uso de estos recursos es clave para reconstruir la confianza perdida.
Finalmente, es importante reflexionar sobre el papel que desempeñamos como sociedad en la protección de nuestros niños y niñas. Las escuelas deben ser espacios donde los estudiantes desarrollen habilidades y adquieran conocimientos en un ambiente seguro, acogedor y digno. Cuando fallamos en esta tarea, estamos fallando en nuestra responsabilidad colectiva de cuidar a quienes representan el futuro de nuestra comunidad.
Ante esto surgen al menos tres preguntas: ¿cómo podemos recuperar la confianza de las familias en nuestras instituciones educativas si no garantizamos primero su seguridad física y emocional?, ¿qué medidas adicionales podemos implementar como educadores e integrantes de la sociedad, para mejorar las precarias condiciones en que están muchas de nuestras escuelas, evitando con ello tristes sucesos como éste?, o como reza el título de este escrito, ¿será mucho pedir tener escuelas dignas y seguras?
Mexicanos Primero Jalisco (2023). ¿Qué necesitan las escuelas primarias públicas de Jalisco? https://mexicanosprimerojalisco.org/pdf/qu-necesitan-las-escuelas-primarias-pblicas-de-.pdf
ODEJ-Lab es un espacio de análisis y posicionamiento sobre el acontecer de la política educativa en México y en América Latina. Su objetivo es fomentar debate crítico, producir conocimiento basado en información veraz y coadyuvar en la formulación de la política pública y estrategias político-pedagógicas enfocadas en el pleno ejercicio del derecho a la educación. El Consejo editorial del Observatorio está integrado por: Alejandra Luna Guzmán, Luis Antonio Mata Zúñiga, María Mercedes Ruiz Muñoz, Silvia Schmelkes del Valle y Marisol Silva Laya (Ibero-Ciudad de México); Laura Bárcenas Pozos e Itzel López Nájera (Ibero-Puebla); Eiko Gavaldón Oseki (Ibero-Torreón), y Juan Carlos Silas Casillas (ITESO).