Por: Eduardo Mauricio Libreros López
La formación integral de alumnos y padres de familia para mejorar la educación en México
En la actualidad, la educación en México atraviesa desafíos significativos que impactan directamente en la formación de adolescentes y en la convivencia escolar, especialmente en el nivel medio superior. Los problemas van desde la impuntualidad, la indisciplina y la falta de respeto, hasta el escaso interés por el aprendizaje y la baja tolerancia a la frustración por parte de los jóvenes de bachillerato.
A esta situación se suman actitudes de padres de familia, que oscilan entre la paradoja de una baja implicación educativa y demandas de resultados académicos elevados para sus hijos, presionando muchas veces por calificaciones sin valorar el esfuerzo o el proceso genuino de aprendizaje.
Esta problemática exige una reflexión profunda sobre el papel tanto de los alumnos como de los padres en el proceso educativo, así como la incorporación y fortalecimiento de estrategias de formación socioemocional, disciplina positiva, motivación académica y resiliencia. Para avanzar hacia la mejora educativa en México, resulta imprescindible la capacitación simultánea de estudiantes y familias, la consolidación de puentes comunicativos y la autocrítica institucional para propiciar un entorno escolar que apoye al adolescente de manera integral.
En este ensayo se abordarán de manera exhaustiva las siguientes cuestiones: la necesidad de la formación colaborativa de alumnos y padres de familia; la importancia de la disciplina escolar y la convivencia respetuosa; la cuestión de la motivación académica y la tolerancia a la frustración; así como la gestión del uso del teléfono móvil y la promoción del interés auténtico por el aprendizaje.
Todo ello será fundamentado en los marcos normativos más recientes, en estudios empíricos y en los avances de la Nueva Escuela Mexicana, integrando referencias al contexto específico de los adolescentes mexicanos.
La corresponsabilidad educativa de padres y alumnos: contexto y relevancia
El proceso educativo en la adolescencia no debe entenderse como responsabilidad exclusiva de la escuela o de los docentes, sino que exige una acción corresponsable entre la institución, la familia y el propio alumnado. La Nueva Escuela Mexicana (NEM) reconoce este principio al promover la participación de los padres de familia no como actores periféricos, sino como aliados fundamentales en la formación integral de los jóvenes.
La participación de los padres “en calidad de supervisores del proceso escolar, acompañantes emocionales y modelos de hábitos” es un factor decisivo para el rendimiento académico y el bienestar de los estudiantes. Diversos estudios han comprobado que el involucramiento parental se correlaciona directamente con: una mayor motivación y compromiso escolar de los adolescentes, una disminución de la deserción y mejor cohesión entre la escuela y el hogar.
En el contexto mexicano, donde la pluralidad cultural y socioeconómica es amplia, el fomento de la corresponsabilidad educativa implica superar obstáculos como la falta de tiempo de las familias, la inseguridad o desconocimiento sobre cómo aportar al aprendizaje de los hijos, la desconfianza institucional y la escasa claridad en los canales de comunicación escuela-familia.
Desde un enfoque actual, la NEM plantea diversas estrategias para fortalecer esta relación: el uso de plataformas digitales para la comunicación, reuniones periódicas, la creación de grupos de trabajo mixtos y la promoción de proyectos educativos en los que la participación familiar es significativa y no meramente administrativa.
En suma, la mejora educativa en México demanda un cambio de paradigma: de una escuela solitaria y autorreferencial, a una escuela que reconoce a la familia y a la comunidad como colaboradores imprescindibles para el desarrollo de cada adolescente. La colaboración debe ser bidireccional y dinámica, con un diálogo abierto y constructivo que permita atender los retos específicos del bachillerato y actuar preventivamente ante las problemáticas psicosociales emergentes.
Características problemáticas del alumnado de bachillerato en México
Impuntualidad y su impacto en el rendimiento académico
La impuntualidad recurrente entre los estudiantes de bachillerato tiene efectos más profundos de lo que suele reconocerse. Llegar tarde a clase interrumpe el flujo de actividades, detiene la labor docente y afecta no solo al estudiante implicado, sino a todo el grupo. La investigación educativa sostiene que la impuntualidad genera estrés, pérdida de información relevante, menor concentración y baja participación en el aula, influyendo negativamente en las calificaciones y en la autoestima académica del estudiante.
Las causas de la impuntualidad en el contexto mexicano son complejas y multifactoriales, incluyendo problemas de transporte, falta de organización personal y, no pocas veces, un bajo nivel de motivación hacia los estudios. Combatir este fenómeno supone un enfoque dual: promover la organización del tiempo entre los jóvenes y establecer en la escuela una cultura de la puntualidad como valor social, siempre desde una perspectiva formativa y no meramente punitiva.
La gestión eficaz de la puntualidad exige también la participación de los padres en la supervisión de hábitos cotidianos, así como la creación de rutinas familiares que fomenten la responsabilidad en el cumplimiento de los compromisos escolares. Cuando la impuntualidad es sancionada sin reflexión ni acompañamiento, puede derivar en desinterés y abandono escolar. Por el contrario, un abordaje comprensivo y orientador puede transformar esta conducta en una oportunidad de aprendizaje en habilidades para la vida.
Falta de respeto y debilidad en la convivencia escolar
El respeto mutuo entre estudiantes, docentes y personal escolar es pilar fundamental para la convivencia y el desarrollo integral de los adolescentes. La falta de respeto se manifiesta en ofensas verbales, interrupciones constantes, violencia simbólica o física y desobediencia a las normativas institucionales. Este clima hostil, según la literatura nacional, afecta la autoestima de todos los implicados y genera un clima escolar desfavorable para el aprendizaje.
Normativamente, la Ley General de Educación exige que la convivencia se base en el respeto irrestricto a la dignidad humana, la igualdad y la cultura de paz. Tanto el Manual de Convivencia Escolar de los bachilleratos como los protocolos federales recalcan la protección a la integridad de los jóvenes e instauran mecanismos de prevención, detección y sanción frente a la violencia escolar. El respeto no prescribe únicamente relaciones jerárquicas, sino el reconocimiento del otro como persona, la apertura al pluralismo y la capacidad de diálogo ante la diferencia.
Las estrategias para favorecer la convivencia respetuosa incluyen: trabajos colaborativos interpersonales, sesiones de reflexión sobre derechos y deberes, mediación de conflictos y la participación de las familias en actividades y programas de valores en la escuela.
Los invito a ver los videos de 30 segundos para conocer las señales, las leyes y reglamentos de tránsito (municipal, estatal y federal) con base en un proyecto de Educación Vial propuesto por quien esto escribe e impulsado por el Dr. Román Sánchez Zamora, académico del ICGDE de la BUAP, con su personaje Rommyn Ciudadano. Los encontrarán en estas direcciones: