
Un ejercicio de acompañamiento de la escritura por una mediación organizada con temática mortuoria
“Las palabras siempre serán testigos
de mis experiencias y ellas siempre tendrán
el registro de mi paso por la tierra”
Eduardo
El pasado 27 de octubre, en el Centro de Escritura de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) se realizó la actividad “Sueño de muertos”, basada en que los objetos cuentan historias… Incluso cuando ya no estamos. La invitación para asistir decía: Ven y descubre que dice de ti lo que eliges dejar.
Esta actividad de introspección, utilizó la noción de la arqueología funeraria para reflexionar sobre quiénes somos, cómo construimos nuestros significados y qué representamos para los demás a partir de la lectura que hacemos de los otros desde los signos y los elementos que nos dejan.
La arqueología funeraria y la escritura se entrelazan en el estudio de las sociedades pasadas, ya que las inscripciones y los textos escritos encontrados en contextos funerarios brindan una visión crucial de las creencias, la organización social y los rituales en torno a la muerte.
Después de repartirnos unos pequeños ataúdes, se nos entregaron materiales como papel, tijeras y colores, para crear aquello que, desde nuestros significados, representaran lo que somos y lo que queremos representar cuando ya no estemos. Cada uno de los participantes se dieron a la tarea de diseñar lo propio. Una vez terminado, entregamos nuestros ataúdes llenos con los objetos y los simbolismos de lo que queríamos representar.
Posteriormente, elegimos al azar un ataúd para poder escribir un epitafio sobre la persona que identificamos a partir de lo que se guardó en cada caja. Esto implicó pensar y repensar sobre lo que cada objeto representaba para poder plasmar en palabras lo adecuado para la persona dueña de ese ataúd sin conocerla. En la socialización posterior algunos voluntarios leyeron los epitafios que escribieron tomando en cuenta lo que representaban los materiales contenidos. En lo particular me sorprendió la riqueza de la escritura de los jóvenes participantes, ya que escribieron epitafios muy sensibles y profundos.
Para finalizar, cada uno leyó su epitafio para identificar su ataúd y se le entregara. Yo guardé en la caja una especie de pergamino que elegí dejar donde escribí: “Mis escritos, que reflejan lo que pienso, siento y soy”. Con este contenido, un joven estudiante, Eduardo, escribió el epitafio con el que inició este escrito.
¿Por qué es importante destacar esta actividad realizada en este Centro de Escritura? Porque representa un acompañamiento de la escritura por un tipo de mediación organizada como parte de lo que sucede en nuestro país con la temática mortuoria, lo que muestra que laescritura puede detonarse desde diversos tipos de mediaciones y por distintos actores en el ámbito de la educación superior: desde profesores de asignatura, hasta tutores pares o profesionales, asesores de tesis en pregrado y posgrado o incluso, editores y coautores. Esto permite que los textos se desarrollen en entornos plurales y que se lean desde perspectivas diversas.
Este acompañamiento consiste en acciones y estrategias situadas en un contexto educativo determinado y centradas en las necesidades específicas de quien escribe. De acuerdo a Villagrán (2023), implica el reconocimiento de diversas singularidades:
a) Del contexto, de cada escritor o escritora, de sus propósitos comunicativos, así como del auditorio a quien dirige su discurso; y
b) De la necesidad de problematizar las relaciones asimétricas de poder asociadas con la enseñanza y el aprendizaje de cualquier cultura escrita para evitar la asimilación o exclusión de culturas consideradas como minorías.
Por ello, para acompañar la escritura son necesarios ambientes educativos que promuevan las relaciones horizontales entre todos sus actores para favorecer el aprendizaje colaborativo, el diálogo que construye conocimiento y los procesos personales o colectivos hacia la mejora continua.
Todas las estrategias que se emplean son diversas, significativas y situadas, de ahí que el Centro de Escritura, entre muchas otras actividades, invita a cultivar una práctica reflexiva para detectar los cambios o las nuevas necesidades, y experimentar para implementar acciones de mejora constante con el fin de aproximarnos cada vez más y mejor a las necesidades de enseñanza–aprendizaje detectadas, buscando abrir un camino a una reflexión profunda sobre el papel y el impacto de quien acompaña la escritura y empoderar a quienes escriben hacia el desarrollo de un posicionamiento crítico y activo ante los procesos de aculturación académica (Villagrán, 2023).
La actividad “Sueño de Muertos” terminó con una vibra contemplativa, con las ideas y las palabras de quienes participamos, organizados por los tutores del Centro de Escritura UPAEP, quedando abierta la invitación permanente que nos hacen: “Hoy es un buen día para escribir”.
Referencias:
Villagrán M.A. (2023) Prólogo. En Sánchez-Aguilar, Alejandra (coord). Lectura y escritura académicas: experiencias de acompañamiento en la universidad. Guadalajara, México: Iteso.