Manuel Alberto Navarro Weckmann
Un entorno laboral saludable no es aquel sin desafíos, sino aquel donde los desafíos son manejables y las personas tienen los recursos para enfrentarlos.” Christina Maslach
El trabajo diario de maestras y maestros en las escuelas a pesar de que es un trabajo que muchas personas pueden ver como sencillo, implica una serie de elementos psicosociales de gran riesgo para la salus de las maestras y maestros. Las presiones por la carga administrativa, la sobrecarga de estudiantes, los tiempos extra clase que deben dedicar para la planeación, revisión de trabajos, evaluaciones, así como las interacciones con sus compañeras ycompañeros, así como con padres de familia hacen que el trabajo pueda ser comprometedor en el ámbito de su trabajo.
En el ámbito laboral, la salud mental ha emergido como un tema prioritario en las últimas décadas, especialmente en contextos donde las dinámicas de trabajo suelen estar cargadas de estrés y presiones constantes. En este marco, se han desarrollado normativas específicas para atender este problema, como la Norma Oficial Mexicana 035 (NOM-035), cuyo propósito es prevenir y gestionar los riesgos psicosociales en los centros laborales. La norma, denominada Factores de riesgo psicosocial en el trabajo implica la identificación, análisis y prevención y fue publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 23 de octubre de 2018 y entró en vigor el 23 de octubre de 2019. Esta norma fue emitida por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) en México, con el objetivo de establecer disposiciones para prevenir los factores de riesgo psicosocial en los lugares de trabajo y promover un entorno organizacional favorable.
Esta norma, aunque bien intencionada, ha enfrentado desafíos significativos en su implementación práctica, dejando muchas áreas de oportunidad para su aplicación efectiva, particularmente en el sector educativo. Entre estos riesgos se incluyen el estrés excesivo, la falta de reconocimiento laboral, las cargas desmedidas de trabajo y las condiciones adversas en el entorno laboral que impactan negativamente el bienestar emocional. Aunque la norma establece lineamientos claros, en la práctica, su alcance ha sido limitado debido a una implementación deficiente y, en muchos casos, a una falta de conocimiento técnico, desconocimieto y falta de políticas públicas de los diferentes niveles de gobierno sobre cómo llevarla a cabo de manera adecuada.
En el sector educativo, los desafíos en torno a la salud mental son especialmente preocupantes. El personal docente, directivo, administrativo y demás colaboradores en este ámbito suelen enfrentar altas cargas de trabajo, presiones para cumplir con sus responsabilidades, y una constante interacción con estudiantes y familias que, si bien es gratificante, también puede ser emocionalmente demandante. Estos factores aumentan el riesgo de estrés, agotamiento y problemas de salud mental si no se gestionan de manera adecuada. Sin embargo, la adopción de la NOM-035 en las organizaciones educativas ha sido, en gran medida, superficial en muchas organizaciones del sector público, no se diga en el educativo, dejando a muchas personas expuestas a entornos laborales que no favorecen su bienestar.
La salud mental de los trabajadores en el ámbito educativo no es un lujo, sino una necesidad fundamental. Los problemas psicosociales no solo afectan a los individuos, sino también a la calidad de los servicios educativos que se ofrecen.. Un docente con estrés crónico o burnout puede tener dificultades para desempeñar su labor con eficacia, lo que repercute directamente en la experiencia de aprendizaje de los estudiantes. Además, la falta de apoyo institucional para gestionar estos problemas perpetúa un ciclo de insatisfacción laboral, ausentismo y rotación de personal, lo que debilita aún más al sistema educativo.
Para cambiar esta realidad, es crucial retomar con seriedad la implementación de la NOM-035 en las instituciones educativas. Esto implica no solo cumplir con los requisitos normativos, sino también adoptar un enfoque más integral que priorice la salud mental de todos los trabajadores. Las políticas públicas deben orientarse hacia la promoción de programas de bienestar que no se limiten a acciones superficiales o campañas de marketing, sino que realmente transformen las condiciones laborales. Esto incluye la evaluación periódica de los riesgos psicosociales, la capacitación de personal de las secretarías de educación federal y de las entidades, así como el personal directivo para identificar y gestionar estos problemas, y, por tanto, la creación de entornos de trabajo más saludables y equitativos.
De igual manera, es necesario implementar programas de bienestar, fomentar espacios de diálogo y asegurar que el personal educativo cuente con recursos para manejar el estrés, así como estrategias que, a largo plazo, generan beneficios tanto para las personas, para la institución y por consiguiente, para el aprendizaje de sus estudiantes.
La NOM-035 representa una oportunidad valiosa para transformar las condiciones laborales y promover una cultura de bienestar en las organizaciones educativas. Sin embargo, para que esta norma cumpla su propósito, es indispensable un compromiso real por parte de todos los actores involucrados: gobiernos, sindicato, directivos, docentes y especialistas en salud mental. Solo a través de una acción conjunta y sostenida se podrá garantizar que las personas que trabajan en nuestras escuelas puedan contar con las condiciones necesarias para desempeñarse plenamente y contribuir al desarrollo de una sociedad más saludable y equitativa. Por que la educación, es el camino…