El profesor emérito de la Universidad de Tokio llama a democratizar la educación, especialmente en zonas pobresHay que buscar la manera de democratizar la educación México, en la escuela, en los salones y, especialmente, en las zonas pobres, dijo el Dr. Manabu Sato, profesor emérito de la Universidad de Tokio, y conferencista magistral en la celebración del 20 Aniversario del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación (INIDE) de la IBERO.
Aunado a lo anterior, uno de los mayores retos en nuestro país es establecer una educación equitativa entre la que tienen las personas ricas y las pobres, señaló el docente japonés, en una entrevista que concedió a Prensa Ibero después de su ponencia.
En su disertación, intitulada ‘Educación equitativa e innovación en el aprendizaje en la era de la sociedad y la industria 4.0 posteriores al coronavirus: el progreso de la escuela como enfoque de comunidad de aprendizaje’, habló acerca del futuro de la educación en México, sabedor de que hay muchas dificultades que enfrentan las escuelas.
Frente a, “una audiencia fantástica”, señaló que el hecho de que una persona vaya a la escuela, o la escolarización como tal, no son educación. La educación es, apuntó, una actividad intelectual que incluye prácticas políticas, sociales y culturales.
Por eso resultan prioritarias la unidad y dignidad de los profesionales de la educación, que son las maestras/os, a quienes se debe ayudar a proporcionar sabiduría a su alumnado, precisó Manabu, referente internacional que ha convertido en su actividad central la investigación y disquisición sobre la búsqueda de la equidad educativa.
El destacado académico, experto en temas educativos, reconoció que México lo inspiró en su modelo de escuela como espacio de aprendizaje comunitario.
Sato, quien “tiene conexiones con maestros y profesores mexicanos”, agradeció el honor de haber sido invitado al 20 Aniversario del INIDE. Dijo estar impresionado por la inteligencia y amabilidad de las personas asistentes e investigadoras/es del Instituto.
Texto y fotos: PEDRO RENDÓN