A inicios de esta semana, la presidenta de México anunció su plan para mejorar la Educación Media Superior (EMS), que se centra en tres grandes ejes: 1) mejorar la infraestructura de los planteles, a través del programa La Escuela es Nuestra, invirtiendo cerca de 4.6 mil millones de pesos, 2) unificar la estructura administrativa de los 31 subsistemas de EMS, concentrándolos en dos grandes subsistemas: bachillerato general y bachillerato tecnológico, y 3) aumentar la cobertura educativa a 85% para 2030. Entre las estrategias para lograr estos grandes propósitos se encuentran las siguientes: abrir 200 mil nuevos espacios, para lo cual se crearán 20 nuevos planteles y se ampliarán otros 35, y se habilitarán 35 escuelas secundarias que no tienen actividades vespertinas. También se renovarán los planes y programas de estudio, adoptando el modelo de la Nueva Escuela Mexicana y se ofrecerán cerca de 4.2 millones de becas estudiantiles. Con el objetivo de valorar el alcance de este plan, a continuación, describo brevemente algunas características y necesidades de este nivel educativo, para arribar a algunas conclusiones.
En el informe Principales Cifras del Sistema Educativo Nacional (2023-2024) se ofrece los siguientes datos (en números redondos) del sistema educativo en su conjunto y de la EMS en particular. En total, el SEN está compuesto por 34.8 millones de estudiantes, 2.1 millones de docentes y 261 mil escuelas. A nivel nacional, de cada 100 niños que ingresan a primaria, 96 terminan este nivel educativo, 82 la secundaria, 55 la EMS y 28 la Educación Superior. El gasto educativo federal con relación al producto Interno Bruto (PIB) fue de 3.4% en 2021 y de 3.3% en 2023.
En cuanto a la EMS, la matrícula la componen 5.5 millones de estudiantes, de los cuales 4.7 millones van a escuelas públicas (85%), que son atendidos por 330 mil docentes en 15 mil planteles. El 7.5% del total de la matrícula es atendida en la modalidad no escolarizada. La cobertura total (estudiantes inscritos sin importar su edad) es de 81%, mientras que la cobertura o tasa neta de escolarización (alumnos de 15 a 17 años) es de 62.5%. La tasa de terminación de la EMS es de 59%. El aprendizaje de los estudiantes de 15 años de edad (la mayoría en 1º de bachillerato), medido por la prueba PISA indica que éste ha disminuido en los últimos años. En 2022, solo 34% tenía el dominio mínimo básico en Matemáticas, mientras que en 2018 era de 43%. En los mismos años, 53% y 58% de los estudiantes mostró tener las competencias básicas en Comprensión lectora. Los planteles públicos de EMS carecen de una buena infraestructura y equipamiento. Por ejemplo, a nivel nacional, solo el 54% de los planteles tiene conexión a internet.
Considerando las condiciones en que opera el nivel de EMS en México, podemos hacer notar que hay cuatro indicadores fundamentales en que se deben centrar las políticas públicas para poder mejorar este nivel educativo: la cobertura, la permanencia, el aprendizaje y la equidad (indicador transversal). El indicador educativo más importante es la tasa neta de escolarización; es decir la atención al grupo de jóvenes que se encuentra entre 15 y 17 años, que en 2024 alcanzó a poco más de 6 de cada 10 jóvenes; cifra que en la práctica no cambió en todo el sexenio pasado, a pesar del programa de becas implementado por AMLO. El segundo indicador en importancia es la retención escolar. En la medida en que los estudiantes que logran ingresar a la escuela salen de ella, antes de terminar el nivel educativo, podemos afirmar que las políticas educativas han fracasado, pues la escuela es incapaz de retener a los estudiantes por diversas razones (además del económico), tales como: bajo nivel académico, falta de pertinencia de los planes y programas de estudio, pobre calidad de la docencia y un sistema administrativo excesivamente rígido. El aprendizaje es el tercer indicador de la calidad (o excelencia) de un sistema educativo y principal propósito de la educación. La historia de las evaluaciones en México, tanto nacionales como internacionales, han mostrado que de los escasos estudiantes que logran permanecer en la escuela, muy pocos adquieren los aprendizajes esenciales. La evaluación de PISA (la única fuente de información que nos queda) señala que muy pocos estudiantes de 15 años adquieren las competencias básicas en lectura y matemáticas y que en los últimos años esta situación ha empeorado. Finalmente, la equidad en cada uno de estos indicadores es la cereza en el pastel. A lo largo de los años, el país ha mostrado que su sistema educativo es especialmente inequitativo, privilegiando a las escuelas de las grandes urbes en menoscabo de aquellas que se encuentran en poblaciones pequeñas.
Con el tiempo, veremos si el Plan de Sheinbaum fue pertinente y suficiente para resolver los grandes problemas que padece actualmente la EMS en México, o solo resultó ser un paliativo muy oneroso.
Presidente de Consejo Directivo de Métrica Educativa, A. C.
@EduardoBackhof