Por: Alberto Sánchez Cervantes
Por decisión de la Autoridad Educativa Federal en la Ciudad de México (AEFCM), cuyo titular es Luciano Concheiro Bórquez, niñas y niños de la Ciudad de México que egresaron de sexto grado en julio de 2025 no podrán gozar de la beca que otorga la Fundación BBVA.
Origen y antecedentes
Desde 1961, niñas y niños de sexto grado participan en un concurso de cuya finalidad es reconocer su esfuerzo y desempeño académico. Instaurado por el presidente Adolfo López Mateos y el afamado secretario de Educación Pública, Jaime Torres Bodet, dicho concurso ha tenido importantes transformaciones a lo largo de 64 años de existencia.
En su origen llevó el nombre de “Ruta de la Independencia”, pues los ganadores del certamen organizado por la Secretaría de Educación Pública (SEP) recorrían los lugares emblemáticos de la gesta insurgente de 1810 para culminar en la Ciudad de México, donde eran recibidos por el presidente de la República.
En la década de 1970 el nombre cambió a “Viaje Cultural” y en 1989 a “Concurso nacional para el reconocimiento a la excelencia en el sexto grado de educación primaria”. Desde 1993 se le conoce como “Olimpiada del Conocimiento Infantil (OCI)”.
Pese a los cambios de nombre, en esencia se conservó la idea de reconocer a los estudiantes (que obtenían el mayor puntaje en el examen de conocimientos aplicado), el paseo cultural y el encuentro con el presidente en la ceremonia de premiación.
A partir de 2002 el concurso se hizo obligatorio para todos los estudiantes de sexto grado, pues desde ese año los ganadores son acreedores a una beca y, según comenta un supervisor de zona consultado, fue para garantizar el derecho de todos a obtener la beca.
Cambios postpandemia
Con la pandemia de Covid-19 dos cosas cambiaron: no se realizó más el paseo cultural ni la recepción con el presidente. Desde 2022 cada entidad federativa organiza su propia ceremonia de premiación para distinguir a los estudiantes ganadores del concurso.
En agosto del mismo año, con la normalización de las actividades escolares, la Comisión Permanente del Congreso de la Unión exhortó a la Presidencia y a la SEP a retomar el paseo cultural y la convivencia con el presidente. Hasta la edición 2025 del concurso ha sido ignorado el exhorto de los legisladores.
Beca a los ganadores del concurso
De 2002 a 2018 la Fundación BBVA y la SEP becaron a los ganadores de la OCI, pero a partir de 2019 la Fundación cubre la totalidad de la beca. Hasta 2023, la Fundación había aportado 910 millones de pesos para reconocer a niñas y niños.
En sus orígenes la selección se realizó tomando en consideración aspectos como el comportamiento (disciplina), el promedio de aprovechamiento y el dominio de contenidos de historia. En los años recientes se aplican exámenes de conocimientos (matemáticas, lenguaje, ciencias, historia, geografía) elaborados a nivel escuela, zona, región y entidad federativa.
A partir de 2024 la OCI comenzó a hacer agua al entrar en contradicción con los postulados pedagógicos e ideológicos de la Nueva Escuela Mexicana (NEM), el modelo educativo impulsado por el gobierno de la Cuarta Transformación.
Discordia entre la OCI y la NEM
Los reformadores de la Cuarta Transformación impulsan una educación crítica con un enfoque emancipador cuya finalidad es —dicen— empoderar a las comunidades. El objetivo es que los estudiantes se liberen de la opresión y dominación capitalista y asuman el compromiso de transformar sus condiciones de vida, por lo tanto, rechazan la educación que denominan neoliberal porque según ellos es competitiva, estandarizada, promotora de contenidos eurocéntricos y legitimadora del modelo patriarcal, colonial, homofóbico y racista.
La OCI esencialmente es un concurso en el que los estudiantes presentan exámenes de conocimientos en diferentes etapas y de acuerdo con el puntaje obtenido son seleccionados para pasar a las etapas sucesivas previstas (escuela, zona, región, entidad).
La evaluación basada en este tipo de exámenes ha sido condenada por los reformadores de la NEM, quienes argumentan que fragmenta el conocimiento, genera escalas numéricas que hacen recaer el resultado obtenido exclusivamente en los estudiantes y los clasifica escolar y socialmente.
En septiembre de 2024, el polémico director de Materiales Educativos de la SEP, Marx Arriaga Navarro, incitó a los maestros del país a no aplicar la evaluación diagnóstica de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación, según él era “un ejercicio neoliberal” que no generaba reflexión, acción o transformación y convertía a la NEM en “algo banal e inhumano”.
Indefinición y desconcierto
La convocatoria de la OCI fue publicada por la SEP el 4 de abril de 2025, desde esta fecha hasta fines de mayo docentes, directivos y supervisores de educación primaria de la Ciudad de México estuvieron en zozobra porque no recibieron instrucciones de la AEFCM para proceder a organizar el concurso.
Directores y supervisores escolares consultados manifestaron que ante la indefinición y el desconcierto algunas escuelas y zonas escolares optaron por elaborar, preventivamente, los exámenes. Un supervisor dijo que en su zona escolar ya estaban listos los exámenes cuando el 25 de mayo le avisaron vía WhatsApp que no se realizaría la OCI por indicaciones de la AEFCM. Para esa fecha, según la convocatoria de la SEP, las etapas de zona escolar y región debían estar concluidas.
Comenta otro supervisor que ninguna indicación relativa a la cancelación del concurso se dio por escrito de forma oficial; todo fue verbalmente o por medio de mensajes de texto. Piensa que posiblemente las autoridades educativas no instruyeron por escrito para no dejar constancia de su desacato. “No hubo ningún documento sobre la suspensión de la olimpiada”, dijo.
Una persona servidora pública confirmó para este reportaje que las indicaciones de no participar en la OCI nunca se dieron por escrito, siempre fueron verbales.
El costo de la decisión
De acuerdo con el “Listado de alumnas y alumnos ganadores a nivel nacional”, emitido por la SEP, la Ciudad de México fue la única entidad federativa del país que no participó en la OCI.
En un oficio enviado por la Coordinación General de Enlace Educativo de la SEP a Concheiro Bórquez se le informa que las 31 becas que correspondía entregar a alumnos de la Ciudad de México serían redistribuidas en el resto de las entidades participantes debido a “la falta de información y comunicación respecto a algún tipo de evaluación que se haya aplicado en la capital del país”.

La pérdida para los probables estudiantes beneficiados fue de 60 mil pesos por persona, los cuales se entregarían, durante 30 meses, en parcialidades de 2 mil pesos mensuales mientras cursaran la educación secundaria y obtuvieran un promedio igual o mayor a 8.0 (ocho punto cero).
Con la decisión tomada por la autoridad educativa de la Ciudad de México los estudiantes perdieron la oportunidad de acceder a becas por un monto total de 1 millón 860 mil pesos, los cuales serían prorrateados de 2025 a 2028.
A nivel nacional, la Fundación BBVA entregará mil becas durante tres ciclos escolares por un monto total de 60 millones de pesos.
Evidentemente, la decisión tomada por la AEFCM no consideró el interés superior de la niñez. La Constitución de la República establece que en “todas las decisiones y actuaciones del Estado se velará y cumplirá con el principio del interés superior de la niñez, garantizando de manera plena sus derechos.”
Arriaga Navarro alegó en su cuenta de X que la OCI no es NEM y que los premios los patrocinaba el BBVA, el banco —apuntó— que financia el genocidio de Palestina y que “juega” con las afores de los maestros.
En varios foros Concheiro Bórquez ha rechazado las evaluaciones estandarizadas porque, según él, cosifican a las personas mediante la calificación.
Al parecer, en la suspensión de la OCI pesó más la ideología de los altos funcionarios de la SEP que el interés superior de la niñez.
Funcionarios de la Cuarta Transformación en desacato
Otra arista de este suceso es la notoria discrepancia entre los funcionarios de la SEP y el desacato a sus mandos superiores.
El jefe inmediato superior de Luciano Concheiro Bórquez es Mario Delgado, titular de la SEP, la dependencia responsable de convocar a la OCI a todas las entidades federativas del país. Evidentemente, el titular de la AEFCM, al negarse a participar en el concurso, desairó la convocatoria expedida por su jefe.
Noemí Juárez Pérez es la Subsecretaria de Educación Básica de la SEP, firmante de la convocatoria y responsable del concurso a nivel nacional, sin embargo, uno de sus subordinados, Arriaga Navarro, se opuso abierta y públicamente al concurso.
En el Reglamento de las Condiciones Generales de Trabajo del Personal de la Secretaría de Educación Pública, de observancia obligatoria para funcionarios y empleados, se establece que es su obligación “obedecer las órdenes e instrucciones que reciban de sus superiores en asuntos propios del servicio. Una vez cumplidas expresarán las objeciones que ameriten”.
En lugar de primero obedecer las órdenes superiores y después inconformarse, Concheiro Bórquez y Arriaga Navarro incurrieron en evidente desacato.
La voz de docentes y directivos escolares
Sobre la suspensión del concurso, docentes, directores y supervisores consultados opinaron lo siguiente.
Alma Rosa Cuervo (maestra frente a grupo/Gustavo A. Madero) considera que la OCI choca con el humanismo de la NEM, debido a que fomenta la discriminación y la competencia entre los alumnos. La prueba de la OCI contiene preguntas de memorización que no contribuyen a la reflexión y “dedicas más tiempo a preparar para el concurso a uno o dos niños, pero olvidas el proceso del resto”.
Concepción Garcés (directora/Milpa Alta) dice que la prueba de la OCI nada tiene que ver con la NEM. Sostiene que la suspensión está bien mientras se tiene una evaluación adecuada al nuevo modelo educativo, que incluya aspectos como “la educación socioemocional, los valores y las relaciones humanas”.
María de Lourdes Reyes (asesora pedagógica/Miguel Hidalgo) sostiene que el examen estandarizado de la OCI se contrapone a la NEM porque esta promueve una evaluación formativa en el contexto de la territorialidad del aula, la escuela y la comunidad, donde niñas, niños y adolescentes son parte importante del proceso de aprendizaje.
Francisco Morgan (supervisor/Iztapalapa) comenta que la suspensión fue buena porque la olimpiada implica mucho trabajo administrativo y genera muchos gastos a las escuelas que son sufragados con recursos de la cooperativa escolar e incluso de los propios maestros.
Mauro Baroja (director/Iztapalapa) expresa que en su escuela esperaron las indicaciones de la autoridad educativa, pero nunca llegaron. Dice no estar de acuerdo con la suspensión porque los resultados del examen que diseñan los docentes a nivel escuela y zona escolar son un parámetro para valorar los logros de los estudiantes, no solo en sexto grado, sino a lo largo de toda su trayectoria escolar. Puntualiza que en las siguientes etapas del concurso “los exámenes son elaborados por autoridades que no toman en cuenta lo trabajado en las escuelas, se basan en el perfil de egreso o en conocimientos que supuestamente debe tener un alumno de sexto. Creo que aquí se establece la diferencia con la NEM”.
Se entregó en el correo oficial de Concheiro Bórquez un cuestionario de cuatro preguntas para conocer las razones por las que la AEFCM decidió no participar en la OCI, pero hasta el cierre de este reportaje no se obtuvo respuesta.