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¡No nos van a callar! No a la Ley del ISSSTE 2025

by Abelardo Carro Nava
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Manifestación de maestros con pancartas en contra de la reforma de la Ley del ISSSTE 2025.
Abelardo Carro Nava
Abelardo Carro Nava

¡No a la ley del ISSSTE 2025! y ¡Cumplan lo que prometieron! Ha sido la expresión más recurrente que se ha escuchado en nuestra República Mexicana desde el pasado 7 de febrero, cuando la presidenta Claudia Sheinbaum, dio a conocer su mal llamada reforma a la ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).

Tales expresiones han surgido de un sector que tal vez ni siquiera en los sueños más locos de la mandataria nacional habían aparecido; me refiero al educativo. Un gremio que en los últimos días se ha organizado para manifestar su rechazo ante esta iniciativa “reformista” que, a decir de muchos, es regresiva y lesiva porque atenta contra los derechos laborales de los trabajadores de la educación.

Sí, los cálculos políticos le fallaron a la presidenta Sheinbaum.

Sin lugar a dudas, su “equipo” de trabajo tampoco le ayudó mucho que digamos, porque ni sus más cercanos asesores, ni Martín Batres, director general del ISSSTE o Mario Delgado, secretario de educación pública, tuvieron la capacidad suficiente para vislumbrar el vendaval magisterial que les vendría encima si “sacaban” una iniciativa como la que en días pasados conocimos. ¿De verdad no hubo una mesa, para un café, en algún restaurante de Polanco en la Ciudad de México a los que regularmente acuden estos funcionarios, para que discutieran y analizaran los efectos que tendría para el gobierno de la “transformación” la publicación de esta reforma? Tal vez se pensó que no era necesario dialogarlo porque el magisterio siempre ha sido un “fiel aliado a la cuarta transformación” y… ¡vaya sorpresa! Claudia Sheinbaum no es López Obrador.

Y para acabarla de amolar, la aparición en escena de un líder sindical charro, pero flamante senador de la República que, en lugar de apaciguar las aguas evidentemente las revoloteó un poco más. Mira que no tener cordura al señalar que Morena le había entregado 6 mil tabletas para afiliar a miles de trabajadores de la educación como si estos fueran su rebaño, es no tener tantita… vergüenza. Peor aún, que haya tenido la osadía de expresar un discurso señalando que dicha reforma fue una mala estrategia del gobierno, o bien, que, de la mano de un ex

secretario de educación de Veracruz de no muy buena fama, se haya expresado que solo había “rumores” de una posible afectación hacia los trabajadores de la educación y que, por tal motivo, como fieles mosqueteros a su reina, jamás permitirían que dichos trabajadores fueran afectados, fue el colmo del cinismo.

Si la reforma a la ley del ISSSTE 2025 no tenía en su contenido ninguna afectación para los trabajadores de la educación, ¿por qué tendría que ser revisada, y, sobre todo, pausada, tal y como lo ha dicho la presidenta de la República? Dice el adagio popular: piensa mal y acertarás. En fin.

Ahora bien, con toda la fuerza del estado, igualito que ocurría con los gobiernos neoliberales que tanto son criticados por los “transformadores” de estos tiempos, se ha emprendido una campaña para desmovilizar al magisterio que a lo largo y ancho de nuestro país ha salido a manifestarse. Imagino que el jalón de orejas estuvo fuerte, porque varios funcionarios públicos de primer nivel de la federación y de los estados, líderes políticos y sindicales, entre otros tantos finos personajes de la farándula política afines a la 4T, han salido a defender a la presidenta, pero, lo más irrisorio, que han tenido la osadía de señalar que nunca se ha querido afectar al magisterio, cuando la propuesta de reforma a la ley del ISSSTE que miles de trabajadores de la educación leyeron así lo señalaba.

Craso error, porque si bien es cierto que las diversas manifestaciones recogen esta situación, la verdad de las cosas es que el gremio se siente traicionado porque la presidenta Claudia le ha dado la espalda, al no darle continuidad al proyecto que encabezaba el expresidente López Obrador quien, para acabar pronto, aseguró que se impulsaría una reforma a la ley del ISSSTE para que los trabajadores de la educación se jubilaran al cumplir 28 y 30 años de servicio (para mujeres y hombres, respectivamente) tal cual ocurría antes del 2007, fecha en que el gobierno Calderonista asestó un duro golpe a todos los trabajadores al servicio del estado. Pero eso no es todo, también se dijo, durante el lopezobradorismo, que se revisaría todo lo relacionado con el régimen de pensiones para la eliminación de las AFORES, así como el que dichas pensiones se pagarían en salarios mínimos y no en UMA’s, tal y como se viene haciendo. ¿Y pues qué creen? Que la reforma de la presidenta no contemplo ni contempla nada de ello, porque, a decir de ella misma: “el magisterio tiene que esperar”.

Curiosamente, en este vaivén de manifestaciones y eventos aparecieron algunos “fieles” distinguidos de la cuarta transformación, por ejemplo, el senador Fernández Noroña, para pedir calma al magisterio mexicano. Reconozco que este político ha sido de los pocos que entiende los movimientos y luchas sociales, sin embargo, hoy se olvida que esta lucha contra las reformas neoliberales que tanto han afectado a la clase trabajadora son la bandera que de alguna manera los llevo al poder. ¡Qué diferente se ven las cosas desde el senado de la República! Habría

que dialogar más con los trabajadores, pero no los que les sean cómodos a estos senadores, sino con aquellos que se encuentran en la sala de espera de un hospital del ISSSTE, que sufren porque no hay medicamentos o cirugías que son harto necesarias porque en ello se les va la vida, pero que no han podido conseguir porque no hay especialistas.

Bien dicen que prometer no empobrece, pero tengan tantita… fuerza para apoyar al magisterio mexicano; ese magisterio que ha sido denostado, agredido, violentado, menospreciado por los gobiernos neoliberales que tanto se han criticado en los últimos años. Pasa el tiempo y cada vez se parecen más a ellos.

Finalizo con parte de una breve charla que tuve con un colega de edad avanzada, con varias arrugas en la cara y con varias enfermedades encima; obviamente este apreciado maestro no se puede jubilar porque no cubre los requisitos para recibir una pensión al cien por ciento. En fin, después de acudir a una marcha me expresaba: “hace unos años, varios de los que hoy están en la secretaría de educación (de su estado) marchaban con nosotros para exigir solución a nuestras demandas que son las mismas que hoy exigimos; hoy ni siquiera nos hablan”. Después de una sentida pausa y de un fuerte suspiro, de su boca salieron estas palabras: ¡No nos van a callar! ¡Gobierne quien gobierne, los derechos se defienden!

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