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La importancia del Asesor Técnico Pedagógico en el sistema educativo

by Pluma Invitada
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“El maestro debe caminar con una legítima rabia, 

con una justa ira, con una indignación necesaria, 

buscando transformaciones sociales”

Paulo Freire

Hablar de educación en México es reflexionar sobre las diversas coyunturas y las complejas situaciones que afectan el funcionamiento escolar, no solo en el desempeño académico, sino también en aquellas que provocan un bajo rendimiento en la práctica docente. En las escuelas se entretejen dinámicas administrativas y académicas entre los supervisores, los Asesores Técnico Pedagógicos, los directivos, los profesores y los estudiantes, debido a que son piezas primordiales en el engranaje escolar. Todo ello cuando nos encontramos en una nueva forma de llevar la enseñanza debido a que la pandemia provocada por el COVID-19 nos dejó la incorporación de nuevas didácticas y otras herramientas tecnológicas de la informática y la comunicación (TIC) para contribuir al logro del aprendizaje en los estudiantes.

Aunque el rezago por el cual atravesamos en educación es un problema que se debe agendar como tema primordial durante los próximos ciclos escolares, en los meses en los cuales las escuelas estuvieron cerradas se rompió el dinamismo académico y se burocratizó la enseñanza. Las secretarías de educación, tanto federales como estatales, solo cuantificaron los resultados de estrategias descontextualizadas y alejadas de la realidad de la infraestructura con la que cuentan las escuelas. Estas estrategias nacieron desde el escritorio, sin tomar en cuenta la realidad que los maestros viven frente a los alumnos.

Considero que al implementar una medida de este talante, es preciso ser realistas, y en este sentido, las autoridades educativas debieron tomar en cuenta la condición económica que prevalece en nuestro país. De acuerdo con cifras proporcionadas por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), en el año 2018 había 52.4 millones de personas en situación de pobreza y 9.3 millones en condición de pobreza extrema. (CONEVAL, 2018). En un país de más de 120 millones de habitantes, la situación se vuelve preocupante puesto que estos números, por sí mismos, nos revelan la cruda e imperante realidad. No podemos sustraernos de ella porque resulta ser un factor determinante para poner en marcha un plan educativo como lo es Aprende en casa (Mata, 2021, p.160).

Por lo anterior, se debe realizar un análisis sobre la importancia que tiene la administración educativa, de una forma sintética (ahora que está de moda este término) y también desde la perspectiva analítica, dentro de los centros escolares. Ya que el hecho de analizar cada una de las partes de forma separada nos permitirá determinar las causas y las consecuencias, para comprender cómo intervienen ciertos actores en el funcionamiento y en el desarrollo académico, social y sindical entre los niveles educativos. Desde esta premisa, se puede afirmar que, dentro del organigrama educativo, nada se encuentra aislado, sino más bien todo es parte de una misma conexión llamada política educativa.

“Debemos recordar que en los últimos sexenios federales, la educación ha pasado de ser una política de estado a una política electorera. Solo se busca justificar los desaciertos que hemos tenido en el desarrollo y en el aprendizaje de los estudiantes. Países como la India, Singapur o China han avanzado a pasos agigantados en su sistema educativo, ya que se consideran potencias educativas debido a su inversión en educación, enfoque en la educación en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), exigencia de excelencia, enfoque en la tecnología y altos estándares en investigación y desarrollo. Estas estrategias han permitido a sus sistemas educativos producir estudiantes altamente capacitados y competitivos a nivel global. Mientras tanto, nosotros seguimos viendo a nuestras escuelas y al magisterio como una política que solo busca legitimar al gobierno en turno. Cada cambio de legislación nos sumerge en un limbo en materia educativa. Con base en lo anterior, los maestros se tienen que adaptar a modelos educativos al vapor, a dinámicas escolares factibles y carentes de sentido académico y a capacitación en donde el eje rector es fingir que todo se encuentra bien.

Docentes investigadores, es decir, profesionales de la educación que reflexionan permanentemente acerca del contexto escolar, de las relaciones que se establecen en el mismo, de las necesidades y características de los estudiantes, así como de los factores externos que inciden en su educación y desarrollo (Roldán, 2021, p. 77).”

Dentro del sistema educativo, el cual se encuentra en una transformación radical, desde las reformas para el ingreso, permanencia, promoción, con la creación del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) en el año 2002, el cual buscaba evaluar al sistema educativo y después en el año 2013 a los docentes, posteriormente con la creación de la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (USICAMM) con sus leyes que pugnan por la revalorización del magisterio, y ahora, con la entrada en vigor de la Nueva Escuela Mexicana (NEM), que tiene como eje principal a la comunidad, para fortalecer el aprendizaje de las niñas, niños y adolescentes de una forma congruente a su contexto, donde el trabajo del profesor, como un agente de cambio en el entorno en el cual se desarrollan los alumnos es fundamental para una educación de calidad, en la cual se busca erradicar el rezago educativo que impera en las escuelas. 

Es por lo anterior que, dentro de estos cambios, que se han presentado en la última década en el sistema educativo nacional; la administración educativa juega un papel importante, debido a que esta instancia tiene por objeto de estudio la organización de todos los niveles escolares, tanto nacionales como estatales. 

La administración educativa se ha interesado por investigar diversos aspectos adyacentes a su propio quehacer como la legislación, los actores sociales que conforman el proceso enseñanza aprendizaje, la estructura del sistema educativo nacional, entre otros. Por esta razón, puede dar cuenta de estos en función de su propio objeto de estudio. (Madriz, 2003, p. 13).

Se busca analizar y sobre todo; entender el comportamiento de los principales actores que viven estos cambios, para poder saber cómo afecta la organización estructural a los alumnos, a los docentes, a los directivos, a los supervisores o a los jefes de sector, pero principalmente, a los Asesores Técnicos Pedagógicos, figuras educativas que ha estado siendo sesgada y marginada dentro del sistema educativo, tanto nacional como estatal, “Cada nivel educativo exige a la organización educativa procesos de administración distintos, en el tanto sus responsabilidades, objetivos y metas son diversos y obedecen a las características propias de cada etapa de formación”. (Madriz, 2003, p.11) Los cuales se encuentran en el limbo de lo que manifiesta la Secretaría de Educación Pública (SEP), con lo que se vive realmente en los cientos de supervisiones escolares en todo el país. Es por ello, que la administración educativa, busca dar soluciones a lo que se dicta burocráticamente con lo que es la práctica docente en cada escuela. 

Podemos reflexionar que el ámbito educativo no debe ser ajeno a la sociedad, sino más bien, es un tema que debemos ahondar y profundizar desde cualquier perspectiva, ya que invirtiendo adecuadamente en políticas educativas que busquen la mejora de los alumnos bajo cualquier circunstancia, lograremos que paulatinamente exista un mejor nivel social en nuestro país. Por ello, la administración educativa debe intervenir como la disciplina que ayude a mejorar las relaciones entre lo administrativo y lo académico, ya que se busca mejorar las relaciones entre los niveles educativos, para tratar de combatir el rezago acrecentado por la pandemia, como se muestra a continuación: “Destacan el rezago en habilidades previas a la lectoescritura en grupos de primaria y el deterioro de habilidades de redacción en secundaria. Estos resultados son similares a los hallazgos de la investigación cualitativa realizada por Fernández Escárzaga et al. (2020)” (Cortés, 2023, p. 248).

Desde esta perspectiva, existen alumnos que aún no logran consolidar la lectoescritura, estudiantes que muestran un deficiente manejo del pensamiento lógico-matemático, un dominio parcial de las operaciones aritméticas y una falta de comprensión lectora. Estas situaciones, antes de la pandemia, no estaban tan arraigadas y marcadas en las niñas, niños y adolescentes (NNA) de una misma generación o de diversos grados escolares.

Para ello, reflexionaremos en congruencia con la administración educativa, la cual:

Está apegada a una visión simplista de tipo empresarial, donde se le da mayor relevancia al factor de la ganancia que al sistema de servicio (…) Se pierde el valor pedagógico y se pierde de vista la trascendencia del fin de la institución educativa. (Martínez, 2012, p. 17).

En este sentido, la educación se muestra como un producto febril, donde importa más la cantidad que la calidad, donde dejamos de lado lo que el alumno aprende para poder aplicarlo en su contexto y en su vida diaria. Es aquí donde la educación pierde su orientación académica y formadora de ciudadanos analíticos, reflexivos y competentes para volverse un instrumento del Estado que produce ciudadanos de acuerdo a sus intereses fácticos o políticas externas.

Con base a lo anterior, vale la pena analizar el comportamiento de los diferentes entes que interactúan en las instituciones educativas, desde las escuelas, supervisiones y las propias secretarias de educación estatales, en donde se gestan los mecanismos administrativos que la mayoría de las veces dan más importancia a estas cuestiones que a lo verdaderamente importa; el aprendizaje de los estudiantes.

Por lo tanto, la función que realizan los Asesores Técnico Pedagógicos, quienes también son parte de la administración educativa y fueron los encargados de mediar las estrategias propuestas por las autoridades y la realidad que se vivía en los contextos escolares, con la intención de apoyar y contribuir en el fortalecimiento de la práctica docente a distancia durante la contingencia sanitaria y los cuales han implementado estrategias para poder ser esos puentes de interacción entre lo administrativo y lo académico, con la intención de fortalecer y contribuir en el desempeño de los maestros frente a grupo, que muchas veces son rebasados por la carga administrativa. 

La figura del ATP, tiene sus orígenes desde varias reformas atrás, para ello nos remitimos Manual de Organización del Departamento de Telesecundaria donde menciona lo siguiente en relación a sus funciones: “Asesorar al personal de supervisión, directivo y docente del servicio de telesecundaria en el desarrollo de las actividades técnico pedagógicas y de los programas de trabajo social, orientación y extensión educativa”. (SEP, 1982, p. 45).

El trabajo del ATP no se limita a lo anterior; con la entrada en vigor de la Nueva Escuela Mexicana, se presentó a finales de diciembre de 2022 un avance preliminar del programa sintético 2022. Desde entonces, esta figura educativa ha participado en una serie de capacitaciones estatales y nacionales, implementadas por la Secretaría de Educación Pública (SEP), para capacitar a las supervisiones y zonas escolares en la aplicación de los nuevos contenidos que se implementarán en el ciclo 2023-2024. El objetivo es que los profesores, quienes son los que se enfrentan y sufren estos cambios tan abruptos en la dirección educativa, estén mejor capacitados e informados ante una posible falta de información por parte de las autoridades educativas.

El Asesor Técnico Pedagógico es una pieza imprescindible en la administración educativa, no sólo a nivel federal, sino también en la estructura de cada Secretaría de Educación en los estados. Es responsable de capacitar académicamente, apoyar y acompañar a los profesores frente a grupo en los diversos procesos de enseñanza y aprendizaje, de acuerdo con las metodologías que constantemente se innovan. Además, orienta sobre los procesos pedagógicos en los modelos educativos para dar congruencia entre la práctica frente a grupo y los planes y programas. Busca abatir el rezago que existe en las escuelas que conforman la zona escolar, promoviendo estrategias encaminadas a subsanar las áreas de oportunidad que muchas veces se presentan en la heterogeneidad de los centros escolares que se conforman en las relaciones educativas. Asimismo, busca crear proyectos educativos donde el aprendizaje de los alumnos con ciertas situaciones sea atendido por los docentes, de acuerdo con proyectos de enseñanza que buscan abatir el rezago educativo.

Como podemos leer, el Asesor Técnico Pedagógico no es una figura académica reciente, sino que ha transitado de una reforma educativa a otra con la intención de contribuir académicamente en intervenciones focalizadas en escuelas para dar acompañamiento puntual y preciso en las áreas de oportunidad que se detectan durante los ciclos escolares. Su función no es sancionar, evidenciar, solapar o castigar, sino ser ese enlace entre la realidad educativa frente a grupo y la política educativa que se elabora en las altas esferas burocráticas, con la intención de ayudar a los maestros que muchas veces no son comprendidos por sus propias autoridades locales inmediatas.

Es decir, el ATP, como figura académica desde su experiencia, desde su capacitación o autocapacitación (la mayoría de las veces), busca contribuir al fortalecimiento y como apoyo en la solución de los aspectos académicos que están a su alcance, no con la intención de ser un actor sancionador, sino un mediador y un líder académico que busque generar espacios en donde se solucionen todas esas fracturas académicas o de desempeño que son provocadas por el propio sistema, el contexto en donde se encuentra inmiscuida la escuela o bien, aquellas situaciones extraescolares que son ajenas a las manos del docente frente a grupo. Busca a través de la administración escolar, que en los últimos años lo ha lacerado y vilipendiado, ser un líder dentro de su contexto educativo.

El liderazgo es considerado como el arte o proceso de influir en otras personas, para que se esfuercen voluntaria y entusiastamente en el cumplimiento de metas grupales. Las metas grupales son los objetivos de los comités en el campo administrativo de una organización. (Koontz, 1998, p. 108).

Por lo cual, el Asesor Técnico Pedagógico es un líder en materia académica. Tiene la obligación de ir un paso más adelante que los docentes en cuanto al conocimiento de los nuevos planes de estudio. Tiene el liderazgo de estar autocapacitándose para poder asesorar académicamente a sus compañeros. En sus manos se encuentra la obligación de ser ese líder innato, capaz de solventar a la medida de sus posibilidades estas nuevas transformaciones en los planes educativos, para poder ser esa figura académica que los docentes necesitan para apoyarles, ayudarles y acompañarlos en este tránsito de reformas.

El Asesor Técnico Pedagógico más allá de encaminarse por el complejo camino académico, trata de motivar, impulsar y romper esos paradigmas o vicios que quizás, muchas veces se han quedado arraigados, para perpetuarse y no romper esa zona de confort, que muchas de las veces es propiciada por lazos que se establecen en las relaciones entre los maestros, directivos, supervisores y que la administración educativa, con su misma burocracia permite o exime constantemente, por ello, el liderazgo y principalmente el académico es difícil de implementar bajo estas premisas; ya que una de las funciones que deben cumplir como agentes centrales de procesos de cambio y mejora en las escuelas. 

Asesorar, apoyar y acompañar en aspectos técnico-pedagógicos, a docentes y técnico docentes de forma individualizada y colectiva, en colaboración con otros actores educativos, con el fin de coadyuvar, en su ámbito de competencia, a la mejora de la práctica docente y de los aprendizajes en los alumnos, considerando las características de los docentes y técnico docentes, los contextos socioculturales y lingüísticos en que se ubican las escuelas (SEP, 2019, p.21).

Apelando a lo antes citado en función de lo que representa el Asesor Técnico Pedagógico, es primordial que exista más apoyo para esta figura, ya que su trabajo no sólo reside en cuestiones administrativas, como muchos han tratado de hacer creer bajo esquemas ajenos y diferentes a los propuestos por las autoridades educativas. Los cuales denostaron la función, haciéndola creer como un espacio creado para allegados sindicales o del supervisor. Sin embargo, como hemos analizado, representa y en él se anquilosan muchas de las prácticas académicas y pedagógicas que transcurren en la administración educativa. Con la entrada en vigor de la Ley General para el Servicio Profesional Docente (LGSPD), se fue afianzando académica y administrativamente bajo los esquemas de promoción y de verticalidad. Sin embargo, con la Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (LGSCMM), esta figura educativa cedió unos cuantos pasos y retomó su aspecto de reconocimiento temporal y no definitivo. Con ello, pierde la fuerza académica que se buscaba construir en las zonas escolares, ya que al estar o ser sometidos a un periodo de un corto lapso, no se pueden consolidar proyectos académicos a largo tiempo, ya que no se les dará el seguimiento oportuno y primordial para lograr los objetivos trazados.

Con todo lo anterior, se plantea que la administración educativa tanto federal como estatal tome más en cuenta el trabajo académico que realizan los ATP. Para ello, se propone que la función sea definitiva, ya que al ser temporal o por reconocimiento, los proyectos trazados a largo plazo pierden su sentido académico para fortalecer a los docentes. Con ello, se burocratiza la práctica de asesoría técnico-pedagógica, convirtiéndose en un actor que solo busca cumplir con lo que le indica la USICAMM para poder justificar el pago del incentivo económico.

Otra de las propuestas que buscan mejorar las condiciones del Asesor Técnico Pedagógico es mayor capacitación en formación, actualización y desarrollo, con la intención de que la figura siempre esté en constante innovación académica, con la finalidad de estar al día de los cambios en el devenir educativo y de poder ayudar a los docentes de su zona escolar. El ATP es medular como agente de transformación educativa y capacitador dentro de las escuelas para que el diálogo académico entre los docentes y su práctica de enseñanza sea acorde a los retos que se viven con el cambio hacia la Nueva Escuela Mexicana, todo ello con el único fin de contribuir al mejoramiento de los profesores frente a grupo para lograr una enseñanza de calidad para los estudiantes.

También se sugiere incentivar económicamente y administrativamente esta función, ya que a pocos docentes les llama la atención el hecho de promocionarse para la asesoría técnico pedagógica, puesto que no ven en ella una categoría vertical que les ayude a superarse y que a la vez contribuya en su zona escolar debido a que no tiene bien definidas las cuestiones en las que incide constantemente. Por lo cual, muchas veces se tiene que participar en otras categorías en las cuales sus atribuciones se encuentran bien delimitadas. Mientras no exista una remuneración económica pertinente, oportuna y concreta por parte de la SEP y se siga dejando a los presupuestos económicos de cada estado, y además no se siga dando legitimidad sindical, jurídica y principalmente administrativa, esta figura tiende a extinguirse ya que la mayoría de los docentes aspiran a promociones como directivos y supervisores.

Conclusiones

Como conclusión podemos aseverar que aún existen lagunas dentro de la administración educativa, las cuales siguen estando lejos de beneficiar al sistema educativo, ya que se le da más peso a la carga burocrática y administrativa dentro de cada grupo, institución o zona escolar, dejando de lado lo que en verdad importa, el aprendizaje de los alumnos, quienes necesitan docentes concentrados en llevar a cabo una práctica educativa que no los distraiga de lo que en verdad importa, consolidar el aprendizaje de los estudiantes. Es por ello que la administración educativa, debe de centrar todos sus esfuerzos en ser más eficaz y eficiente en el desempeño académico; por lo cual el Asesor Técnico Pedagógico es una figura clave en la administración educativa, tiene la responsabilidad de apoyar a los docentes y directivos en el mejoramiento de la calidad educativa, es el enlace entre las autoridades educativas y las escuelas, y su papel es fundamental para garantizar que se cumplan los objetivos de la política educativa nacional. Dicha figura educativa es especialmente importante en el nivel educativo de Telesecundaria, ya que se trata de una modalidad que requiere de un enfoque pedagógico diferenciado, que considere las particularidades de la población estudiantil y de las zonas rurales y marginadas donde se ubican muchas de estas escuelas.

En resumen, la figura del Asesor Técnico Pedagógico es fundamental para la administración educativa en México, ya que su trabajo contribuye de manera significativa al mejoramiento de la calidad educativa en el país. En este sentido es esencial para la implementación de políticas educativas y para el logro de los objetivos de mejora de la calidad educativa en México. Su labor contribuye a la formación de ciudadanos críticos y comprometidos con su entorno, lo cual es fundamental para el desarrollo social y económico del país.

Finalmente, se concluye que el ATP es un actor clave en la administración educativa actual y su labor es fundamental para lograr una educación de calidad y equitativa que permita a los estudiantes desarrollar al máximo su potencial y contribuir al desarrollo sostenible de la sociedad. Es necesario que se valoren y reconozcan las habilidades, conocimientos y aportes para poder fortalecer su labor y garantizar que cuenten con los recursos y apoyo necesarios para llevar a cabo su trabajo de manera efectiva y eficiente. En definitiva, la labor del Asesor Técnico Pedagógico es de vital importancia para la mejora continua de la calidad educativa y el desarrollo integral de los estudiantes en cada una de las supervisiones y escuelas.

Referencias

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Carrasco, S. R. M. Desigualdad y rezago educativos como consecuencia de la ponderación tecnológica en tiempos de COVID-19.

Cortez Soto, A. J., Heredia Escorza, Y. Consecuencias del aprendizaje a distancia en educación básica: indicios de burnout docente y rezago educativo

Madriz, F. E. S. (2003). La administración educativa y su fundamentación epistemológica. Revista Educación, 27(1), 9-16.

Manual de Organización del Departamento de Telesecundaria en las Delegaciones Generales. (1982). Número 5. Colección de Manuales Administrativos, SEP.

Monroy Dávila, F. & Mercado Bautista, R. (2021). Formación docente en el marco de la nueva escuela mexicana. En J. López Sánchez (Ed.), Educación en México: Tendencias actuales (pp. 73 – 84). Ciudad de México: Dirección General de Educación Normal y Actualización del Magisterio

Sistema de asesoría y acompañamiento a las escuelas. (2019). Lineamientos generales del Sistema de Asesoría y Acompañamiento a las Escuelas en la Educación Básica. SEP 

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