En esta oportunidad expongo y argumento algunas contradicciones observadas durante los procesos de formación continua organizados o inducidos por la Secretaría de Educación Pública (SEP) y las autoridades educativas estatales o locales (AEL), en el contexto de la llamada “transformación curricular” de la educación básica en México (2022-2023).
Como antecedente, cabe recordar que durante los meses de enero-febrero de 2022 la SEP dio a conocer, -de manera extraña porque se filtró un documento preliminar en redes sociales-, una versión del “Marco curricular y Plan de estudios 2022 de la Educación Básica Mexicana”, cuya dependencia responsable de su elaboración fue la Subsecretaría de Educación Básica, y específicamente la Dirección General de Desarrollo Curricular, texto que contenía la propuesta de “reforma” curricular del gobierno del presidente López Obrador.
Aunque se han hecho actualizaciones o nuevas versiones del “Marco curricular…”, los documentos que se han publicado tienen el carácter de “preliminares”, lo cual indica que no hay consensos, al menos, al interior de las filas de la alta burocracia de la SEP con respecto a las orientaciones y los alcances educativos y políticos de la actual propuesta curricular.
No queda claro si existen otros ámbitos de discrepancia sobre los contenidos del planteamiento curricular y su expresión más visible, es decir, sobre el plan y los programas de estudio para educación básica entre las/los integrantes del segundo alto círculo del diseño: Me refiero a las/los especialistas. Lo único que la SEP hace público es el documento en cuestión, no da más detalles de lo que sucede tras bambalinas.
En relación con lo anterior, en primer lugar, considero que la formación continua sobre el plan y programas de estudio (PyPE) para docentes y directivos escolares de la educación básica (preescolar, primaria y secundaria), en el esquema de uno o de 4 días, que se realiza esta semana, no sirve de nada. A no ser que las autoridades educativas, federales y estatales, apuesten por la simulación.
En este aspecto, una primera conclusión es que la SEP actúa de espaldas a los principios generales de la formación continua.
¿Cuáles son esos principios generalmente aceptados? Un programa de formación continua y de profesionalización magisterial, más allá de la simple capacitación y actualización, que para docentes y directivos escolares no puede concebirse con dispositivos formativos (cursos o talleres), con una duración menor a 40 horas. Por lo tanto, la SEP y las autoridades educativas estatales o locales, hoy, llevan a cabo distorsiones formativas que no cumplen, al menos, con este criterio de temporalidad.
Según los Criterios Generales de los programas de formación continua y desarrollo profesional docente, y para la valoración de su diseño, operación y resultados en educación básica y media superior, publicados en el Diario Oficial de la Federación el 27 de mayo, 2022, los programas de formación continua deben cumplir objetivos de mediano plazo, no de corto plazo. Aparte, existen una serie de consideraciones que tienen que ver con los contextos, los actores y los contenidos de la formación que no vamos a analizar aquí.
Referente a los programas de formación continua y desarrollo profesional docente, programas de formación o programas de esa naturaleza, la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (MejorEdu), en los criterios establece que se denomina así (programa de formación continua) “al instrumento de planeación que define una perspectiva y un objetivo de mediano plazo a 6 años, en el que se plantean acciones públicas que establecen el enfoque, dirección y sentido para fortalecer la práctica de los docentes”.
Queda la impresión que, a la SEP y por encargo del presidente, le urge sacar a flote y de prisa el tema curricular en educación básica, a través de microcursos o microtalleres como paso previo e indispensable para emprender el camino hacia la incorporación de loslibros de texto gratuitos “actualizados”, sobre todo para primaria.
En otras colaboraciones me he referido a ese fenómeno de la fallida estrategia del reformismo curricular actual con una analogía: El gobierno federal y la SEP se han preocupado más por la silla que por el caballo, es decir, más por los libros que por el plan y los programas de estudio.
Esa es la razón por la que el director general de materiales educativos, Marx Arriaga, fungió como cabeza visible o vocero por parte de la SEP, en aquellos eventos a los que llamaron “asambleas”, por cierto, controladas y realizadas durante 2022, donde supuestamente se discutiría con docentes y directivos escolares el marco curricular, así como el plan y los programas para renovar los libros de texto gratuitos de la educación básica.
Cadena de inconsistencias
Cabe recordar que el partido Morena y luego el gobierno de la “4T” no formularon, en principio, un proyecto educativo nacional consolidado y consensuado con docentes, directivos escolares y especialistas en educación desde que se organizó la campaña presidencial en 2018, puesto que, sobre la marcha y según lo observado, sólo construyeron algunas ideas en torno a la “reforma educativa” (incluso sin hablar de la “transformación curricular”). Un primer esbozo de ello fue dado a conocer dentro del documento llamado “Proyecto 18″, pero nada más.
El ejemplo claro de esta cadena de inconsistencias es la presencia de la vaga noción de “Nueva Escuela Mexicana”, que se elaboró sobre las rodillas durante las negociaciones de la reforma al texto constitucional, Artículo 3o. (del derecho a la educación), en 2019, con las diferentes fuerzas políticas tanto aliadas como de oposición.
Eso se hizo con la intención de colocar, aunque de modo improvisado, un proyecto educativo alternativo a los ensayados por las reformas educativas, en general, o curriculares, en particular, durante los sexenios anteriores (2000-2018), dominados por las políticas públicas educativas neoliberales.
En estos días (3-6 de enero, 2023) en que las/los docentes de educación básica y directivos escolares se reúnen para llevar a cabo el mini Taller intensivo de Formación Continua para Docentes: Plan y Programas de Estudio de la Educación Básica 2022, sería conveniente o deseable que las propias autoridades educativasfederales y estatales respetaran y se apegaran a los criterios que recién el año pasado emitió la Comisión MejorEdu.
Al fin que todavía estamos en temporada para hacer propósitos de año nuevo.
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