¿Qué piensa hacer el gobierno estatal ante la situación que enfrenta la Normal Rural de Teteles?
Esta semana, se realizó en Ibero Puebla, el XXXVIII Encuentro InterSUJ, que reunió a más de mil trecientos estudiantes deportistas del Sistema Universitario Jesuita, en México: Ibero Tijuana, Ibero Torreón, Ibero León, Instituto Tecnológico Superior de Occidente, Ibero Ciudad de México, Instituto Tecnológico Universitario de Chalco, Instituto Superior Intercultural Ayuuk y por supuesto Ibero Puebla; en esta ocasión recibimos delegaciones de la Universidad Rafael Landívar, de Guatemala, y de las Universidades Javeriana de Cali y Javeriana de Bogotá, ambas de Colombia.
Una de las mañanas, de escapada de mi trabajo cotidiano, me doy la oportunidad de disfrutar de una jornada en el Gimnasio de la Ibero Puebla; cuanta energía, cuanta alegría, cuanta juventud en estado de disfrute y de encuentro con otros, que, sin ser iguales, son lo mismo. No puedo sino emocionarme, al ver que aún hay espacios en los que los jóvenes, pueden ser, en libertad; y hacer efectivo el lema del encuentro: “Espíritu que se fortalece”.
En medio de esta euforia universitaria, pienso en lo afortunados que son estos jóvenes, de disfrutar de este ambiente formativo, pequeña muestra de lo que le ofrece, pertenecer a un Sistema Educativo, de estas características; sin embargo, formado familiar y profesionalmente para nunca desconectarme de lo que sucede en mi contexto, y con ese defecto que se encuentra instalado en mí, hasta el tuétano, de Ser utópico, imagino a todo joven de nuestro país con esta oportunidad.
De regreso a las otras realidades, encuentro notas informativas sobre los acontecimientos recientes en la Normal Rural de Teteles. Ni la pregunta cabe, seguro estoy, de que las condiciones en las que se forman son completamente diferentes, a las que arriba se mencionan. No confundamos, perfectamente sé que pertenecen a condiciones socioeconómicas estructurales, igualmente diferentes, sin embargo ¿acaso no es esa la misión de la educación pública y por eso hay que defenderla?, ¿acaso no es obligación del Estado el garantizar que todo ciudadano tenga la oportunidad de educarse? Si no es así, ¿entonces de qué estamos hablando? Si la educación, sea pública o privada, no favorece la construcción de hombres libres, será cualquier otra cosa, menos, educación.
Una aclaración, el Estado hecho gobierno, tiene la obligación de utilizar nuestros impuestos, para garantizar el derecho a educarse, de todo mexicano; imbricada a ésta, tiene la de cuidar la integridad física y emocional, de cada persona que decida ejercer su derecho. Desde luego, que, al ser obligación, no cabe negociación alguna, entre grupos, sean partidos políticos u organizaciones de cualquier otro tipo, en las cuales se coloque a la población, sean estudiantes, profesores, o cualquier otra persona, en calidad de moneda de cambio.
La indiferencia de la administración en el gobierno se manifiesta en la postura que guarda, frente a la difícil situación que enfrentan los normalistas para poder formarse en un ambiente propicio, que permita, su desarrollo tanto profesional como personal. El Normalismo merece no solo subsistir, sino rehacerse para hacer frente a las exigencias de un nuevo México, para continuar siendo vigente; cabe exigir al gobierno, haga frente a la situación actual, aun cuando vea comprometido sus intereses políticos.
¿Qué piensa hacer el gobierno estatal ante la actual situación que enfrenta la Normal Rural de Teteles?, ¿la asumirá con seriedad y buscará cumplir su obligación o seguirá el camino rutinario de la “negociación” y el “dejar hacer”? Dejando, una vez más al garete, a la comunidad de la Normal, y con ello, refrendando su indiferencia. No se necesita ser adivino o especialista, para saber el rumbo que se seguirá, de negociaciones y concesiones, que conducirá a las Normales Rurales, a condiciones paulatinamente más apremiantes, condenándolas al colapso que termine por desaparecerlas.