María Guadalupe Pérez Martínez*
Es probable que como docentes de educación superior tengamos acceso a textos de estudiantes producidos a solicitud nuestra y que, al revisarlos, nos hayamos preguntado si las ideas que incluyen son propias y les representan, o si fueron construidas con ayuda de alguna herramienta de inteligencia artificial generativa.
Asimismo, en nuestro rol docente nos cuestionamos acerca de las repercusiones de este uso y en particular acerca de la información que proporcionan sobre el aprendizaje de las y los estudiantes.
Estas experiencias han sido catalogadas como una nueva revolución digital en educación, comparables con cambios previos como el uso del Internet o los dispositivos móviles en las actividades escolares.
Además, no son experiencias aisladas, pues en encuestas internacionales se ha reportado que la mayoría de las estudiantes de pregrado y posgrado utilizan con regularidad herramientas de inteligencia artificial, al menos una vez por semana, y la herramienta más utilizada es el ChatGPT. Sin embargo, este uso extensivo se acompaña de inseguridad, pues las y los estudiantes consideran que sus habilidades y conocimientos son insuficientes y desearían contar con orientaciones y apoyo de las instituciones de educación superior para su uso.
Una preocupación emergente para el colectivo docente es la posible dependencia que estas herramientas puedan provocar en la población estudiantil, porque afecte negativamente el desarrollo de su pensamiento crítico, limite sus habilidades de búsqueda de información, su capacidad de comunicarse por escrito y, en general, erosione el logro del perfil de egreso que se espera que cada estudiante construya a lo largo de sus estudios universitarios.
También preocupan los efectos de estas herramientas sobre las decisiones en la docencia, pues es habitual que adecuemos nuestras prácticas para reducir la brecha entre los aprendizajes esperados y aquéllos que revelan los productos generados por las y los estudiantes. Si los productos no representan suficientemente sus aprendizajes, podríamos tener referentes limitados para tomar decisiones como docentes.
Para mí, como profesora universitaria, estos encuentros con la inteligencia artificial generativa han derivado en múltiples cuestionamientos orientados a lograr una mejor comprensión sobre la manera en que se están usando estas herramientas, las oportunidades que brindan y los desafíos que plantean para la enseñanza y el aprendizaje.
A continuación sugiero algunos temas sobre los que es posible conversar con las y los estudiantes para resolver los cuestionamientos que expuse más arriba. En particular, destaco información que considero relevante identificar y algunas rutas de acción ante la información obtenida.
Uno de los temas que me parecen claves es conversar con el estudiantado acerca de las herramientas que utilizan y sus características. Las herramientas son diversas. Algunas proporcionan referencias de la información generada mientras que otras no las señalan. Las características distintivas de cada herramienta tienen implicaciones en las decisiones sobre su uso pues en el ejemplo mencionado, contar con fuentes facilita la verificación de información, y la verificación es una condición para el uso de estas herramientas.
La capacitación para el uso de estas herramientas es fundamental, es probable que el alumnado se haya enterado por sus pares sobre estas herramientas y que la capacitación obtenida no sea en función de sus necesidades por lo que pueden carecer deuna estructura o guía institucional. La falta de capacitación podría ponerles en riesgo, por ejemplo, al desconocer el proceso sugerido para decidir si utilizar o no ChatGPT: cuando importa la veracidad de la información que se solicita, se debe primero reconocer si se cuenta con la pericia suficiente para verificar si la información es correcta y precisa, y posteriormente considerar si se tiene la disposición para asumir la responsabilidad completa por las imprecisiones de la información (Tiulkanov, 2023).
Los propósitos del uso de estas herramientas pueden revelar oportunidades para fortalecer habilidades necesarias en sus estudios universitarios y al egreso, y también para mejorar la docencia. Dentro de estas habilidades se encuentran: la búsqueda de información, ¿conocen, las y los jóvenes cómo plantear preguntas que guíen la exploración de información?, ¿reconocen diferentes tipos de fuentes de información, buscadores y bases de datos donde se aloja información confiable?, ¿son capaces de distinguir información confiable de otra que no lo sea?; síntesis de información, ¿están familiarizados con diferentes instrumentos para sistematizar la información y estrategias para encontrar patrones?; planificación de textos, ¿han probado recursos para crear ideas sobre un texto y organizarlas de tal forma que derive en estructuras lógicas?; revisión de textos, ¿conocen los aspectos que pueden revisar en los textos, la secuencia para revisarlos y fuentes de apoyo para hacerlo? (Marín, 2015); comprensión de información compleja, ¿reconocen cuando no comprenden lo que están leyendo?, ¿identifican vocabulario especializado y la manera de encontrar su significado?, ¿emplean estrategias para descomponer ideas y deducir la estructura de un texto?
El proceso que siguen al usar estas herramientas y lo que hacen con la información que obtienen de ellas es otro tema que se requiere conversar. Dentro del proceso, parece esencial que reflexiones sobre los propósitos previos al uso de la herramienta, los criterios para evaluar los resultados y el punto de finalización de uso de la herramienta; además, sobre los elementos que incluyen en la construcción de las consignas o prompts mismos que pueden influenciar la calidad de los resultados que se obtengan.
Con respecto al uso de la información generada, es necesario acercarse a las comprensiones que tienen las y los estudiantes sobre las limitaciones en cuanto a precisión, sesgos y sustento, y lo que estas limitaciones representan para el uso de la información; cuando la información se usa como insumo para la construcción de ideas, conviene explorar cómo aseguran que la producción final sea propia y cómo se reporta su uso.
En las conversaciones se podría también indagar sobre las condiciones específicas de la enseñanza vinculadas al uso de herramientas de inteligencia artificial generativa. Por ejemplo, si su uso se asocia con las fechas de entrega establecidas para los productos, con las oportunidades de revisión y retroalimentación brindadas, o con el tipo de materiales de consulta provistos.
Podría ser que los tiempos estrechos, las oportunidades de revisión escasas, y los materiales con un nivel técnico alto y sin mediación incrementen la probabilidad de uso de estas herramientas y el manejo que hacen de la información resultante.
Finalmente, las preocupaciones de las y los estudiantes con respecto al uso de herramientas de inteligencia artificial generativa pueden dar luz sobre sus necesidades de acompañamiento y formación. No sorprendería encontrar preocupaciones relacionadas con integridad académica, privacidad de la información, desarrollo personal, oportunidades profesionales futuras, y repercusiones sociales.
Los temas de conversación delineados en este artículo pueden generar información relevante para tomar decisiones en nuestras prácticas de enseñanza y también en los institucionales. Institucionalmente pueden contribuir en el establecimiento de expectativas sobre el uso de las herramientas, el diseño de estrategias de capacitación y apoyo, y la configuración de políticas que orienten a los diversos agentes educativos involucrados en los procesos de enseñanza y de aprendizaje y el fortalecimiento de habilidades esenciales en nuestros estudiantes. Como docentes, las discusiones con nuestras y nuestros estudiantes, pueden nutrir el tipo de mediación que establecemos entre estudiantes, los contenidos y los recursos educativos que empleamos para lograrlos, las políticas que definimos para las actividades a realizar en aula y fuera de ella, y el abanico de evidencias que recolectemos para dar seguimiento a los aprendizajes alcanzados. Estas conversaciones se vislumbran como medio para entender los desafíos que enfrentamos y para tomar decisiones que consideren las experiencias y necesidades del alumnado.
https://www.muxed.mx/blog/ia-educacion-superior………………..
María Guadalupe Pérez Martínez* Integrante de MUxED, es docente e investigadora del Departamento de Educación en la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Forma parte del cuerpo académico Competencias Intelectuales y Académicas Básicas y desarrolla proyectos de investigación e intervención sobre prácticas docentes, trabajo colaborativo, mejora escolar y evaluación educativa.
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Referencias bibliográficas
Digital Education Council. (2024). Digital Education Council Global AI Student Survey 2024. AI or Not AI: What Students Want. https://www.digitaleducationcouncil.com/post/digital-education-council-global-ai-student-survey-2024
Giannini, S. (2023). Reflexiones sobre la IA generativa y el futuro de la educación. UNESCO. https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000385877_spa
Marín, M. (2015). Escribir textos científicos y académicos (1a ed.). Fondo de Cultura Económica.
Moorhouse, B. L., Yeo, M. A., & Wan, Y. (2023). Generative AI tools and assessment: Guidelines of the world’s top-ranking universities. Computers and Education Open, 5, 100151. https://doi.org/10.1016/j.caeo.2023.100151
Tiulkanov, A. (2023, enero 19). Is it safe to use ChatGPT for your task? https://www.linkedin.com/posts/tyulkanov_a-simple-algorithm-to-decide-whether-to-use-activity-7021766139605078016-x8Q9
UNESCO. (2023). ChatGPT and Artificial Intelligence in higher education. Quick Start guide. UNESCO. https://www.iesalc.unesco.org/wp-content/uploads/2023/04/ChatGPT-and-Artificial-Intelligence-in-higher-education-Quick-Start-guide_EN_FINAL.pdf