No, estimada lectora, estimado lector, no voy a hablar de la generación de imágenes comunes al estilo de estudio Ghibli; suficiente se ha ofendido a Hayao Miyazaki, un artista en …
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A lo largo de la historia, la educación y el arte han sido fuerzas transformadoras capaces de elevar a comunidades enteras. Por ello este texto aborda dos realidades y una posibilidad. El Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, mejor conocido como El Sistema y la labor de Antonio Vivaldi en el Ospedale della Pietà son las realidades, mientras que el programa Jalisco con Estrella es la posibilidad. Los tres parecen compartir un propósito: empoderar a niños y jóvenes mediante la inversión en educación y cultura, pero cada uno aborda este objetivo desde ángulos distintos. Analizar sus similitudes, diferencias y lecciones históricas permite reflexionar sobre cómo Jalisco puede maximizar su impacto, si recupera lo aprendido de modelos que han demostrado que la educación transforma individuos, al tiempo que redefine el destino de sociedades enteras.
Los padres y madres llevan a sus hijos e hijas a la escuela con la certeza de que serán cuidados, protegidos y guiados en su proceso de aprendizaje. Confían en que las autoridades educativas y los planteles escolares cumplirán con su deber fundamental: garantizar entornos seguros donde niños y niñas puedan desarrollarse integralmente. Sin embargo, tragedias como ésta minan esa confianza y nos confrontan con una realidad preocupante: muchas de nuestras escuelas no están en condiciones de brindar esa seguridad básica que se espera de ellas.
Hace unos días se publicó en el medio Inside Higher Ed un texto de Rebecca Vidra, académica de la Nicholas School of the Environment de Duke University (Vidra, 2025). En el texto, Teaching is harder now (Enseñar es más difícil ahora), expone ideas que evidentemente surgen de un contexto estadounidense; sin embargo, como profesor con algunos años de experiencia, encuentro que las reflexiones de Rebecca Vidra sobre sus 20 años de enseñanza universitaria resuenan profundamente con las realidades que enfrentamos en nuestras instituciones mexicanas. El punto central de su escrito es que el mayor acceso a la información por parte de los estudiantes ha redefinido el papel que desempeñan los educadores, y exige adaptaciones en las metodologías de enseñanza para mantener la atención y motivación de los alumnos. Por otro lado, señala que la evolución de las expectativas estudiantiles y los retos en salud mental requieren de las instituciones y los académicos un enfoque integrado que logre balancear rigor académico con soporte emocional y psicológico, aspectos cruciales para fomentar un ambiente de aprendizaje efectivo y empático en la era digital. Para comprender plenamente los desafíos es crucial considerar las perspectivas de docentes y estudiantes. La educación universitaria es un proceso colaborativo, por lo que en la comprensión de ambos lados podemos encontrar soluciones efectivas.
Comencemos con definiciones: el término “momento Sputnik” se utiliza para describir un evento que marca un punto de inflexión en la historia, especialmente en el ámbito tecnológico o científico, y que tiene el potencial de impulsar cambios significativos en la sociedad. El nombre proviene del lanzamiento del Sputnik 1 por la Unión Soviética en 1957, el primer satélite artificial en orbitar la Tierra. Este evento no sólo demostró el avance tecnológico de la URSS, sino que también desencadenó una carrera espacial y una oleada de innovación, especialmente en Estados Unidos, que llevó a avances en ciencia, tecnología y educación.
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