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La vorágine, o sobre la calidad educativa en México

by Pluma Invitada
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Luis Alan Acuña Gamboa[1]

Aunque existe un interés personal, este texto surge ante la necesidad de ampliar mi respuesta a los comentarios y preguntas que muy amablemente Marcos Gutiérrez Martínez (perfil personal) realizó en mi página oficial de Facebook al respecto de su lectura de mi más reciente artículo: Aprendizajes Basados en la Incertidumbre: Construyendo Escenarios Educativos Post-Covid en México (Acuña-Gamboa, 2022). En este intercambio de ideas en la red sociodigital, se interpela el concepto de calidad educativa que en el artículo recupero para sustentar los aportes que, considero imprescindibles, para mejorar nuestro Sistema Educativo en términos generales; a decir de Marcos Gutiérrez, “la calidad de la educación en México basicamente (sic) es la misma antes y después de la pandemia de Covid. Son otros los factores que sí afectan esa calidad”.

En definitiva, abordar la calidad de la educación en el plano conceptual es complejo por las diferentes aristas desde las que se le puede comprender; por consiguiente, podemos definirla que como la “… ampliación de la matrícula y/o mejora de las condiciones en las que se lleva a cabo el proceso educativo (infraestructura, formación docente, materiales instruccionales, entre otros) … y un largo etcétera que lleva a pensar que … puede ser cualquier cosa” (Acuña Gamboa y Pons Bonals, 2016, p. 156). En este sentido, argumentar que la obvia reconfiguración en los procesos de enseñanza y aprendizaje que nos deja la sindemia por la Covid-19, donde más de 1,600 millones de estudiantes en el mundo migraron de la educación presencial a la virtual (World Bank, 2020),  no marcan un antes y un después para todos los sistemas educativos, pienso que es arriesgado e incluso peligroso para el análisis dentro del campo educativa en cuanto a calidad se refiere.

Primero, resulta altamente probable que las y los docentes en todos los niveles educativos del sistema educativo mexicano (SEM) poco o nada hemos aprendido sobre cultura de la prevención. En nuestro país hemos vivido en lo que va del siglo, situaciones de salud y naturales que han obligado el confinamiento social y no se apreciaron como escenarios óptimos para repensar lo que entendemos por educación y calidad; por citar ejemplos, la pandemia de Gripe A(H1N1) de 2009-2010 (Fajardo-Dolci et al., 2009) y; los sismos de 2017 que afectaron a las regiones Sur-Sureste y Centro del país (UNICEF, 2019).

Estos problemas excluyeron en su momento a un porcentaje considerable de la población estudiantil, donde conceptos como calidad fueron obviados del discurso político de la época, por el de salvaguarda de la comunidad; en efecto, primero la vida y después la educación; sin embargo, ¿cuántos estudios o investigaciones se realizaron para estimar el grado de pérdida de aprendizajes que nuestras niñas, niños y jóvenes sufrieron por no contar con estrategias didácticas y pedagógicas, así como políticas públicas educativas que esbozaran estos escenarios (cultura de la prevención)? ¿Qué se acciones se realizaron para intentar paliar dicha pérdida de los aprendizajes? Ante esta situación, argumento que es preciso que las y los docentes sean conocedores y críticos de la realidad social que les es propia, para que logren trasladar los aprendizajes esperados a espacios de apropiación del alumnado (confrontar de manera amplia en Acuña-Gamboa, 2022, p. 131), de lo contrario; concuerdo con Marcos Gutiérrez, seguiremos en procesos académicos de cuatro tiempos: 1) mirar el pizarrón; 2) copiar en la libreta física o digital; 3) Memorizar todo y; 4) Aprobar/reprobar pruebas objetivas.

Por motivos de espacio, segundo y último, en el artículo referido hago hincapié en el hecho de que la Covid-19 demostró que no estamos formados para el uso adecuado de las Tecnologías de la Información, la Comunicación, el Conocimiento y el Aprendizaje Digital (TICCAD) en los procesos de enseñanza y aprendizaje de nuestras y nuestros estudiantes, situación que impidió pensar en llevar a los hogares una educación virtual de calidad, esto se comprueba en vastos estudios realizados en los últimos años (Acuña-Gamboa et al., en presa; Cabero-Almenara et al., 2021; Díaz-Arce y Loyola-Illescas, 2021; Mérida Martínez y Acuña Gamboa, 2020; Sánchez-Caballé et al., 2020).

A través de la historia, la formación docente  se ha convertido en el eje más importantes sobre el que se sustenta la calidad educativa en México y el mundo (Escribano Hervis, 2018; Schmelkes, 1995) partiendo de esta premisa, resulta evidente que la normalidad educativa que conocimos antes de la Covid-19 no va a regresar; que también, como producto de la 4ª Revolución Industrial (Schwab, 2016), el futuro de la educación ha dado un giro copernicano que obliga el replantamiento del ejercicio profesional de la docencia; con base en esto, difiero con la mirada de Marcos Gutiérrez Martínez, puesto que si buscáramos “Mucho mejor Español, Matemáticas, Civismo, Biología, Física … con libros de texto de calidad y su PRACTICA (sic) o experimentos …” seguiríamos pensando en un modelo de docente consumidor de contenidos educativos y; por el contrario, sostengo la premisa de que debemos suceder esto, como profesionales de la enseñanza y la educación, por práctica alineadas a la creación de nuestros propios contenidos educativos, esos que se relacionen con la realidad social de las y los estudiantes (confrontar en Acuña-Gamboa, 2022, p. 132).

Cierro estas breve reflexión tal y como la inicié, sirva el presente texto como una oportunidad para discutir, más allá de dos personas, los aciertos, errores, retos y horizontes que la Covid-19 deja como aprendizaje para analizar la calidad educativa en México, ¿estamos seguros que los procesos de enseñanza y aprendizaje antes de la sindemia son los mismos de cara al 2030 con los objetivos previstos en la Declaración de Incheon (UNESCO, 2015)? ¿son los mismos problemas de antaño por los que transita la educación post-covid en nuestro país? ¿es la calidad educativa la misma que antes de marzo de 2020, o estamos ante una vorágine de nuevos escenarios educativos por considerar?

Háganos saber lo que usted piensa …     

Referencias

Acuña-Gamboa, L.-A. (2022). Aprendizajes basados en la Incertidubre: Construyendo escenarios educativos post-covid en México. Revista de Investigación en Educación, 20 (2), 127-139. https://doi.org/10.35869/reined.v20i2.4220

Acuña-Gamboa, L.-A., Mérida-Martínez, Y. y Pons-Bonals, L. (en prensa). Covid-19, competencias digitales docentes y educación especial en México. Siglo Cero. Revista Española sobre Discapacidad Intelectual, en prensa.

Acuña Gamboa, L. A., Pons Bonals, L. (2016). Calidad educative en México. De las disposiciones internacionales a los remiendos del Proyecto Nacional. Revista Internacional Investigación en Ciencias Sociales, 12 (2), 155-174. https://bit.ly/3wIOZbT

Cabero-Almenara, J., Barroso-Osuna, J. y Palacios-Rodríguez, A. (2021). Estudio de la competencia digital docente en Ciencias de la Salud. Su relación con algunas variables. Educación Médica, 22 (2), 94-98. https://doi.org/10.1016/j.edumed.2020.11.014

Díaz-Arce, D. y Loyola-Illescas, E. (2021). Competencias digitales en el contexto de COVID-19: Una mirada desde la educación. Revista Innova Educación, 3 (1), 120-150. https://doi.org/10.35622/j.rie.2021.01.006

Escribano Hervis, E. (2018). El desempeño del docente como factor asociado a la calidad educativa en América Latina. Revista Educación, 42 (2), 1-25. https://doi.org/10.15517/revedu.v42i2.27033

Fajardo-Dolci, G. E., Hernández-Torres, F., Santacruz-Varela, J., Lamy, P., Arboleya-Casanova, H., Gutiérrez-Vega, R., Manuel-Lee, G. y ordova-Villalobos, J. A. (2009). Perfil epidemiológico de la mortalidad por influenza humana A (H1N1) en México. Salud Pública, 51 (5), 361-371. https://bit.ly/3gVZODp   

Mérida Martínez, Y. y Acuña Gamboa, L. A. (2020). Covid-19, pobreza y educación en Chiapas: Análisis a los programas educativos emergentes. Revista Internacional de Educación para la Justicia Social, 9 (3), 61-82. https://doi.org/10.15366/riejs2020.9.3.004

Sánchez-Caballé, A., Gisbert-Cervera, M., & Esteve-Mon, F. (2020). The digital competence of university students: a systematic literature review. Aloma: Revista de Psicologia, Ciències de l’Educació i de l’Esport, 38 (1), 63–74. https://bit.ly/31kdi42

Schmelkes, S. (1995). La calidad educativa y la formación docente. Sinéctica. Revista Electrónica de Educación, (7), 1-11. https://bit.ly/3H5IV3N

Schwab, K. (2016). La Cuarta Revolución Industrial. Debate. https://bit.ly/3ukIBH1

UNESCO. (2015). Educación 2030. Declaración de Incheon y Marco de Acción a la realización de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 4. https://bit.ly/3q1leQH

UNICEF. (2019, 19 de septiembre). Después de los sismos de 2017, falta información sobre estado de la niñez. Esto impide que se generen las condiciones para garantizar sus derechos. UNICEF. Comunicado de prensa. https://bit.ly/3Utu7z9

World Bank. (27 de abril de 2020). Cómo educar a los niños durante la pandemia de COVID-19 (coronavirus) [Video]. Youtube. https://bit.ly/3sRkkc3


[1] Docente Investigador de la Universidad Autónoma de Chiapas. Correo electrónico: luis.gamboa@unach.mx

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