Isabel Román Vega y Jennyfer León Mena *
Las brechas de género se manifiestan desde la escuela.
Las desigualdades por género se materializan en el mercado laboral, pero se gestan desde edades tempranas mediante estereotipos que se transmiten entre las personas en los espacios de convivencia. Niñas y niños se ven expuestos a estos estereotipos en espacios de socialización desde que nacen.
La escuela es un lugar especialmente importante en este proceso: porque el estudiantado pasa gran parte de su día compartiendo con pares y docentes en los planteles escolares, y porque durante la etapa escolar las personas construyen su propia identidad, sentido de pertenencia de grupo y las áreas de interés que determinan su especialización futura (Wigfield et al., 2015).
El Noveno Informe Estado de la Educación de Costa Rica (PEN, 2023), realizó un abordaje especial al tema de brechas de género en la educación, con énfasis en la formación docente. Con datos administrativos del Ministerio de Educación Pública y los resultados de pruebas estandarizadas de la UNESCO y OCDE se encontró que las brechas inician a edades tempranas, afectan de distinta forma a hombres y mujeres y se consolidan hacia la educación secundaria. Costa Rica tienen de las brechas más amplias entre hombres y mujeres. Por ejemplo, los datos de PISA revelan que las mujeres obtienen puntajes mucho menores que sus pares masculinos en las pruebas de Ciencias y Matemática (Gráfico 1).
La evidencia indica que el apoyo desde edades tempranas mediante entornos propicios y estimulantes incrementan la probabilidad de reducir brechas de género.
Los datos de ERCE-UNESCO indican que los ambientes educativos libres de violencia y discriminación, la promoción de la tolerancia y la diversidad, y el apoyo a estudiantes por parte de sus docentes contribuyen a reducir las brechas de género. En la misma línea, PISA documenta la importancia de reforzar los factores socioemocionales claves en el aula: autoeficacia percibida, mentalidad de crecimiento, actitud frente al fracaso y ansiedad frente al futuro.
El trabajo docente en el aula es central para reducir la desigualdad.
La investigación coincide en que la reducción de la desigualdad por razones de género es posible desde las aulas. No obstante, la calidad de los sistemas educativos tiene como techo la calidad de las personas docentes que lo integran (Barber y Mourshed, 2007). Es por ello que el recurso más valioso para romper el ciclo de la reproducción de sesgos y actitudes discriminatorias entre la población estudiantil son las personas docentes (sus saberes y quehacer diario en las aulas) (OCDE, 2015). Esto solo es posible si cuentan con una preparación inicial adecuada y un marco de políticas educativas y curriculares que promueva y respalde su trabajo cotidiano.
Para el caso de Costa Rica la evidencia disponible indica que en los centros educativos una parte significativa de docentes en servicio no cuentan con la preparación suficiente sobre el enfoque de género y cómo trabajarlo en las aulas. Se trata de un problema estructural cuyo origen requiere abordarse desde la raíz en las carreras de educación que se imparten en las universidades.
Un estudio realizado en Costa Rica analizó las políticas educativas y los planes de formación docente junto con una consulta a formadores de formadores de universidades públicas y privadas (Beirute, 2023) encontró tres hallazgos relevantes que se destacan a continuación.
⦁ Aunque el país ha asumido una serie de compromisos políticos nacionales e internacionales para promover la igualdad de oportunidades y la equidad de género, estos no se traducen en políticas concretas o lineamientos en los programas de estudio vigentes. Una excepción importante es el Programa de Educación para la afectividad y sexualidad integral que marcó un hito nacional en el tema, pero está relativamente aislado en la medida que los programas de otras asignaturas no integran el tema de género de manera transversal o lo hacen de manera general y parcial.
⦁ En las carreras de educación prevalecen planes de formación que no incluyen cursos o contenidos que trabajen la perspectiva de género, sexismos y estereotipos en la educación. Tampoco cuentan con perfiles de personas egresadas que hagan referencia al dominio de conocimientos para la promoción de habilidades con equidad de género ni el abordaje de factores (sociales, psicológicos, culturales y familiares) que impiden el desarrollo y el aprendizaje de las niñas y los niños. En general, en los programas de formación docente inicial predominan referencias sólo tangenciales sobre la influencia del género como un factor que incide en el desarrollo de habilidades de los estudiantes y afecta sus trayectorias educativas.
⦁ Las personas formadoras de docentes reportan poco dominio de temas relacionados con género en la educación. Mediante una encuesta aplicada a docentes universitarios de carreras de educación sobre sus concepciones en temas de género y el desarrollo de habilidades en los estudiantes, León y Beirute (2022) encontraron persistencia de sexismos o mitos relacionados con el aprendizaje de hombres y mujeres, por ejemplo, se sigue pensando que los cerebros y los tipos de inteligencia difieren según el sexo (gráfico 2). Estas afirmaciones, no cuentan con sustento científico y más bien obedecen a estereotipos de género construidos y difundidos socialmente.
La información recolectada indica que la política educativa y la normativa disponibles no son suficientes para abordar el tema de género en los centros educativos y cerrar las persistentes brechas. Los cambios en educación dependen de los cambios que ocurren en las aulas. La reproducción de estereotipos es un ciclo que puede terminar con el cuerpo docente por su influencia en las personas que se encuentran en formación.
La falta de igualdad de oportunidades por razones de género en los procesos educativos es una manifestación de incumplimiento de derechos fundamentales de las personas estudiantes. Procesos de educación y resultados distintos para hombres y mujeres limitan sus oportunidades de desarrollo personal, profesional y ciudadano. Por ello, trabajar para revertir este flagelo sigue siendo un desafío estratégico de la educación costarricense, al igual que en el resto de los países de América Latina.
https://www.muxed.mx/blog/igualdad-aulas
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Isabel Román Vega y Jennyfer León Mena * Plumas invitadas. Isabel es socióloga y Coordinadora de Investigación del Informe Estado de la Educación. Programa Estado de la Nación-CONARE, Costa Rica. Jennifer es economista e investigadora del mismo informe.
Referencias bibliográficas
Beirute, T. 2023. Programas de formación inicial y abordajes en la formación de formadores respecto al desarrollo de habilidades según género, sexismos y estereotipos en la educación. Informe de Investigación para el Noveno Informe sobre el Estado de la Educación, San José: CONARE, PEN,
Barber, M., Mourshed, M. (2007). How the World’s Best-Performing Social Systems Come Out on Top, McKinsey & Company.
PEN, 2023 Desigualdades por género en primaria y secundaria. Capítulo 4, Noveno Informe sobre el Estado de la Educación, San José: CONARE, PEN,
OCDE 2015. The ABC of Gender Equality in Education: aptitude, behavior, Confidence in PISA.
OCDE, 2019. PISA 2018. Results. What School life means for students lives (Volume III) https://bit.ly/3SWAgo7.
Wigfield, A., Eccles, J., Fredricks, J., Simpkins, S., Roeser, R., y Scheifele, U. 2014. Development of achievement motivation and engagement en Lerner, Lamb y Coll. https://bit.ly/3VyWrlS