Una relectura de su pensamiento en sus obras muestra la vigencia de su filosofía
“Porque ya atardece y
el día está por terminar
(LC 24, 29) octubre 2008”
Pablo Latapí Sarre (1927–2009)
Pablo Latapí Sarre es el pionero de la investigación educativa multidisciplinaria en nuestro país. Su obra intelectual ha sido recopilada en muy distintas casas editoriales y revistas especializadas en las que destacan sus escritos sobre política educativa, equidad y justicia social, investigación educativa y valores. Una relectura de su pensamiento en sus obras, muestra la vigencia de su filosofía. Fue también promotor del Primer Congreso Nacional de Investigación Educativa (1981), que se ha seguido realizando organizado por el Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE), con el objetivo central de promover la investigación educativa dentro estándares científicos de calidad. En noviembre del 2021 se llevó a cabo en Puebla el XVI Congreso.
Este 17 y 18 de noviembre en la IBERO Tijuana se llevará a cabo el evento anual de la “Cátedra Pablo Latapí Sarre”, auspiciada por el Sistema Universitario Jesuita, cuyo propósito es el de reflexionar sobre los aportes de este gran investigador. El viernes 18, se hablará en específico del papel de los Observatorios de la Educación como promotores del derecho a la educación con pertinencia y calidad; en él dialogarán representantes de diversas universidades entre ellas la Ibero CDMX, dentro de un espacio de reflexión sobre el papel que ahora desempeñan.
De manera personal, me une un vínculo especial con don Pablo, su obra y su caminar, ya que desde el 2001 y hasta su muerte en el 2009, tuve oportunidad de aprender y resignificar lo que la educación puede y debe hacer con respecto a su papel social dentro del equipo que conformó. Si bien todo su trabajo realizado dentro de la investigación educativa es notable y ampliamente difundido, también es importante destacar su labor en la difusión de la investigación educativa en diversos medios como la prensa y el radio.
El Observatorio Ciudadano de la Educación (OCE, 1998) era una asociación civil cuya tarea estaba centrada en el ejercicio de un análisis crítico del desarrollo educativo particularmente de las políticas gubernamentales, así como abrir un espacio social de carácter plural para la reflexión sobre los problemas educativos del país; aportar conocimientos y opiniones documentadas sobre temas fundamentales; difundir sugerencias y posibles alternativas a los graves problemas que enfrentaba el sector y demandar de las autoridades educativas el esclarecimiento de sus acciones.
Don Pablo y los miembros de OCE, nos propusimos plasmar en un organismo concreto aspiraciones que se venían manifestando en el ámbito de la sociedad mexicana a partir de tres rasgos distintivos: su identidad como grupo académico, su carácter colectivo con acuerdos siempre grupales y democráticos, y la colaboración voluntaria y muy intensa de sus miembros. Su estructura de organización, el trabajo sistemático, ininterrumpido e informado y el reconocimiento de las producciones elaboradas con la experiencia profesional de cada uno de sus integrantes y puesta al servicio del grupo, permitió potenciar las estrategias del organismo para el mejor logro de sus fines y presentar posturas consensuadas sobre una gran diversidad de temas educativos.
En su trabajo se logró proyectar la actitud y el enfoque común construido por todos, que se expresó a través del reconocimiento a los artículos, libros y foros que se organizaron dentro de la apertura de espacios para la discusión, el diálogo y los consensos. De manera periódica, desde enero de 1999, se publicaban: “Comunicados”, “Debates Educativos”, “La educación a debate” y “Observatorio presenta”. Los medios fueron diversos en distintas etapas y ciclos: La Jornada, Diario Monitor, Este País y El Financiero. Una extensa difusión realizada a través de ruedas de prensa, foros ciudadanos y programas de radio como: Radio UNAM del Instituto Mexicano de la Radio (IMER) y Radio Monitor; por varios años en la revista Educare y en la Gaceta de la Secretaría de Educación Pública, así como en e- consulta y Síntesis, ambas publicaciones del estado de Puebla.
Se buscaba siempre formar en los ciudadanos una opinión informada sobre los temas educativos, así como dar a conocer públicamente algunas propuestas de solución a los problemas analizados e idealmente, aspirar a acercarlas a quienes toman decisiones en materia educativa. Se publicaron tres libros: La educación en México, una propuesta ciudadana, La educación preescolar: ¿hacia dónde debería dirigirse la política educativa? y La Participación social en la educación: del análisis a las propuestas. También se llevaron a cabo foros ciudadanos nacionales y a escala regional.
Se empezó a caminar en la promoción, formación y fortalecimiento de sus capítulos estatales como instancias independientes, descentralizadas y autónomas del organismo, pero de quienes se buscaba retomaran su metodología, sus principios y crearan canales de diálogo crítico e informado con las autoridades estatales y municipales e incidir directamente sobre el curso de acción de las políticas educativas locales. Siete estaban ya trabajando: Hidalgo, Jalisco, Puebla, Saltillo, Michoacán, Zacatecas y Durango.
¿Por qué es importante en este momento retomar esta experiencia mexicana impulsada por Pablo Latapí Sarre? Los tiempos actuales demandan la participación de la sociedad en la educación para mejorar el carácter democrático de la toma de decisiones en materia de política educativa y en su caso, ejercer presión en la demanda de la calidad del servicio, buscando como OCE, una opinión pública mejor informada sobre su derecho a la educación y con conocimiento de las problemáticas educativas para incidir.
Intento seguir el camino marcado por la experiencia vivida en OCE, especialmente por la huella profunda que dejó en mi don Pablo. Actualmente existen otras iniciativas que tienen propósitos generales similares y que son necesarias, porque el gobierno y México necesitan de la mirada de los especialistas y de una sociedad civil organizada en torno a lo educativo. Finalizó este breve recuento, con las palabras expresadas en una de sus últimas intervenciones pública, que, para mí, son el faro que sigue guiando mi camino:
“Estoy convencido de que hay que seguir trabajando por lo que queremos, en lo que nos corresponde a todos. Creo que eso es la vida, es construir esperanza, abrir horizontes, tender puentes hacia un futuro mejor. Sembrar alegría y construir esperanza invocando nuestras utopías y trabajando tenazmente por realizarlas hasta el último día de nuestra vida”.