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Después del encierro: cuidando las emociones en la escuela

by Pluma Invitada
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Lucía Rodríguez Rodríguez

 Universidad Iberoamericana Ciudad de México

luroro2002@gmail.com

La pandemia y sus repercusiones en las emociones de la niñez

De acuerdo con datos de la UNICEF (2020), la pandemia tuvo un impacto muy grande en el bienestar emocional de niños, niñas y adolescentes en América Latina y el Caribe: 27% de ellos reportó sentir ansiedad y 15% depresión durante el transcurso de esta crisis. Además, 46% reportó no tener motivación para realizar actividades que solía disfrutar y 36% se observa poco motivado para hacer actividades cotidianas. Estos problemas continuaron cuando la pandemia ya había terminado. De la misma forma, el incremento de problemas de salud mental ya existentes fue evidente y contribuyó a la disminución del aprendizaje de los niños y jóvenes, pues su estado emocional repercutió en su vida escolar y en su calidad de vida (Bergin et al., 2023).

Mi experiencia como estudiante de preparatoria durante la crisis sanitaria fue muy similar a las descritas por los datos. Mis niveles de ansiedad incrementaron de manera significativa debido al aislamiento social. Me sentía triste por no poder salir, desmotivada al tener que realizar mis tareas escolares en un ambiente sin estructura y extrañaba la interacción con mis compañeros. Sin embargo, cuando retomamos las actividades, en lugar de sentirme mejor, me sentí más ansiosa. Ya no estaba acostumbrada a interactuar con otras personas fuera de la virtualidad, lo cual me causaba mucho estrés. En 2021, cuando inicié la universidad, comenzó la modalidad híbrida. Tenía algunas clases presenciales y otras en línea. Era muy extraño ver a todos utilizando cubrebocas; sentía que realmente no conocía a mis docentes de las clases presenciales, pues sólo veía la parte superior de sus caras. Esto generaba en mi un sentimiento de separación. A pesar de que compartíamos el mismo espacio, realmente no conectábamos de la misma manera en la que lo hacíamos antes de la crisis. Las mascarillas y la desconfianza que surgía de no saber cómo era la persona que la utilizaba generaban estrés en las clases y limitaban mi capacidad de abrirme y de participar en la construcción del conocimiento. A partir de estas experiencias, me di cuenta de que me hacían falta herramientas para manejar las emociones que estaba sintiendo y para perder el miedo de convivir con los demás.

La educación socioemocional como respuesta

La educación socioemocional brinda las herramientas necesarias para enfrentar situaciones adversas, como la pandemia. Implica el desarrollo de habilidades emocionales y sociales en los niños y adolescentes y les permite conocer lo que sienten, por qué lo sienten, de manera que logren manejar estas emociones de forma asertiva. El aprendizaje de dichas habilidades contribuye al desarrollo integral de los estudiantes y les ayuda a estar bien consigo mismos y con los demás (Bisquerra y Chao, 2021). Este bienestar también repercute en la escuela, pues permite que los chicos disfruten del aprendizaje, lo cual mejora la convivencia en el salón de clases y el rendimiento académico (Bisquerra y Chao, 2021). 

La educación socioemocional se empieza a aplicar con más fuerza en los salones de clases a partir de la pandemia. Actualmente cuenta con un espacio en el currículo y en las actividades escolares. Se busca que los niños identifiquen y regulen sus emociones para que más tarde logren ponerse en el lugar de otros, ayudarlos y convivir de manera respetuosa (Bisquerra y Chao, 2021). Algunas de las actividades que se implementan son ejercicios diarios de respiración para calmar la ansiedad, durante los mismos los estudiantes registran cómo se sienten y por qué; también se hacen representaciones teatrales en las que los chicos actúan situaciones estresantes y las resuelven a través de estrategias de regulación, entre otros. Todo esto ayuda a los niños a enfrentar los efectos de la pandemia y a adaptarse a la “nueva normalidad” a través del desarrollo de habilidades no adquiridas o perdidas debido al aislamiento social. 

Al ser la escuela un espacio donde no sólo se aprenden contenidos teóricos, sino que se adquieren habilidades muy valiosas a través de la convivencia con los demás, la colaboración, la empatía y la resolución de conflictos, el riesgo que implica el aislamiento es muy grande. Todos estos aprendizajes fundamentales para la vida social se pierden sin la interacción con otros (Santo-Mauro et al., 2021, citado en Wang et al., 2023). La educación socioemocional responde a esto a través de las actividades planteadas antes y permite que las escuelas sigan siendo un espacio de convivencia, conexión y aprendizaje mutuo.

Gracias a los aprendizajes obtenidos durante la pandemia, hoy en día muchos docentes reconocen la importancia de la educación socioemocional (Bergin et al., 2023). Como resultado de este reconocimiento, muchos profesores se preocupan por las necesidades afectivas de sus estudiantes y por su salud mental. Una docente de primaria a la que entrevisté comenta lo siguiente “…Una de las estrategias que más me ha servido es escucharlos, porque ellos no se sienten escuchados, se sienten… solos… con escucharlos, ellos se sienten más que mejor… y, pues, motivándolos a que participen… que se sientan importantes.” (docente de escuela pública, Ciudad de México, 22 de febrero, 2023). La preocupación genuina que demuestran esta maestra y muchos otros por el bienestar de sus estudiantes es fundamental para consolidar el abordaje de la educación socioemocional en las escuelas. Sin embargo, es importante tomar en cuenta los retos que enfrentan los docentes para implementar esta metodología en sus aulas. La docente entrevistada explica algunos de los principales retos que enfrenta “…se nos marcó dar esta materia de socioemocional, pero no teníamos nada… yo lo que solicitaría …es… no’más una asesoría… como para estar más seguros nosotros de que realmente estamos ayudando a los chicos…” (docente de escuela pública, Ciudad de México, 22 de febrero, 2023).

Esto demuestra que es fundamental apoyar a los docentes para que se pueda integrar la educación socioemocional al currículo de manera efectiva. Considero importante brindar formación en el tema de educación emocional para que los profesores conozcan las actividades que pueden utilizar en las aulas y se sientan acompañados. Los docentes se preocupan por el bienestar de los estudiantes y buscan ayudarlos, pero requieren preparación y acompañamiento para lograr esta meta. Otro punto importante es que los docentes tengan conocimiento de las estrategias y herramientas de regulación emocional disponibles y que las utilicen cotidianamente para ser un ejemplo de los estudiantes. Si el docente identifica y expresa sus emociones y las regula frente a los chicos, ellos comprenderán, a través del ejemplo, cómo se comporta una persona emocionalmente inteligente. 

Un enfoque comunitario de educación socioemocional

Además de implementar actividades de educación socioemocional con los estudiantes y de dotar a los docentes con las herramientas necesarias para la aplicación de éstas, es necesario trabajar con las familias. Abordarlas en el ámbito familiar permitirá que se refuerce lo visto en la escuela y se logre que los resultados sean más efectivos. Además, crecer en un ambiente familiar respetuoso, empático y asertivo influye en el bienestar integral de los chicos, lo cual permea en todas las demás áreas, incluyendo la escolar. Si todos los miembros de la familia poseen estrategias de regulación emocional se puede fortalecer el vínculo entre ellos, formando un círculo de apoyo sólido que ayude al estudiante a superar las secuelas de la pandemia (González, 2023). Esto refleja que el trabajo de la educación socioemocional, aunque puede tener su núcleo en las escuelas, debe extenderse a toda la comunidad para que los resultados perduren y se logre mejorar la calidad de vida de los niños y adolescentes.

Reflexiones finales

La pandemia incrementó los problemas emocionales y sociales que enfrentaban los niños y adolescentes. Nos forzó a reconocer la importancia de cuidar las emociones de los niños y de enseñarles cómo manejarlas. La educación socioemocional responde a estas necesidades, pues brinda herramientas para que los niños conozcan sus emociones, las regulen y puedan relacionarse de manera sana con los demás. Esto permitirá que la mayoría de los aprendizajes que se adquieren a través de la socialización no se pierdan, sino que se enriquezcan en ambientes educativos seguros, asertivos y empáticos. Es sumamente importante implementar programas de este tipo en todas las escuelas de nuestro país para asegurar que todos los niños tengan una formación integral que logre prevenir el incremento de problemas como la ansiedad y la depresión. Para que esto funcione, debemos incluir a los docentes y a las familias, dándoles herramientas para aplicar en sus vidas cotidianas la empatía, la gestión emocional, la asertividad, etc., siendo un ejemplo para los niños y jóvenes. Finalmente, a raíz del presente texto surgen las siguientes interrogantes para reflexionar. ¿Cómo podemos medir el impacto de estos programas en el tratamiento de las secuelas de la pandemia?, y ¿es posible implementar programas de educación socioemocional para adultos cuya salud mental se deterioró después de la pandemia?

Referencias 

Bergin, C., Cipriano, C., Wanless, S. B., y Barnes, T. N. (2023). Five Key Questions Educators Ask about SEL. Phi Delta Kappan, 104(7), 47-53. https://doi.org/10.1177/00317217231168263

Wang, X., Wang, B., y Wei, P. (2023). Social Emotional Learning in the Covid-19 Pandemic: Opportunities and Challenges. Creative Education, 14(01), 11-18. https://doi.org/10.4236/ce.2023.141002

Bisquerra, R., y Chao, C. (2021). Educación emocional y bienestar: por una práctica científicamente fundamentada. Revista Internacional de Educación Emocional y Bienestar, 1(1), 9-29. https://doi.org/10.48102/rieeb.2021.1.1.4

 González, I. (2023). Tratamiento socioemocional de las secuelas de la Covid-19 en niños después de la pandemia. UCE Ciencia. Revista de postgrado, 11(3). https://uceciencia.edu.do/index.php/OJS/article/view/339

UNICEF (2020). El impacto del Covid en la salud mental de adolescentes y jóvenes. UNICEF. https://www.unicef.org/lac/el-impacto-del-covid-19-en-la-salud-mental-de-adolescentes-y-j%C3%B3venes

  • ODEJ-Lab es un espacio de análisis y posicionamiento sobre el acontecer de la política educativa en México y en América Latina. Nuestro objetivo es fomentar debate crítico, producir conocimiento basado en información veraz y coadyuvar en la formulación de la política pública y estrategias político-pedagógicas enfocadas en el pleno ejercicio del derecho a la educación. El Consejo editorial está integrado por: Alejandra Luna Guzmán, Luis Antonio Mata Zúñiga, María Mercedes Ruiz Muñoz, Silvia Schmelkes del Valle y Marisol Silva Laya (Ibero-Ciudad de México); Lorena Yazmín García Mendoza e Itzel López Nájera (Ibero-Puebla); Eiko Gavaldón Oseki (Ibero-Torreón); Juan Carlos Silas Casillas (ITESO). 
  •  Texto elaborado en el marco del seminario: Divulgación de la Ciencia y la Cultura, coordinado por la Dra. María Mercedes Ruiz Muñoz.

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