El 2023 se termina, y parece bastante pertinente reflexionar sobre los diversos acontecimientos que en el ámbito educativo se presentaron a lo largo del año. Es obvio, la inquietud que …
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En anteriores entregas, di cuenta de algunos breves hallazgos que había obtenido derivado de las visitas y diálogos que regularmente establezco con maestras y maestros de educación básica, particularmente, de educación primaria.
Corría el año 2010 y las redes sociales y otros medios de comunicación locales, nacionales e internacionales, difundieron ampliamente un video donde se observaba a varios niños en un salón de clases acostados en el piso, mientras una docente de preescolar les pedía que colocaran su carita en el suelo al tiempo que les preguntaba si querían cantar una canción; como es natural, la respuesta de los niños no se hizo esperar: “si las gotas de lluvia fueran de chocolate me gustaría estar ahí, abriendo la boca para saborear…”.
La mal llamada reforma educativa de 2013 generó varios malestares entre varios sectores del gremio magisterial. Recuerdo que, por esos años, la discusión que se daba en varios congresos, foros, mesas redondas o en las mismas escuelas giraba en torno a la clasificación a la que fueron sometidos, por ejemplo, los docentes: la idoneidad.
Hay instituciones que se niegan a cambiar o transformarse, aunque en ello les vaya la vida. Sea por tradición o costumbre, difícilmente se desplazan o mueven hacia otros escenarios independientemente de que la sociedad, el entorno o el mundo entero así lo exija o demande. La Secretaría de Educación Pública (SEP), anacrónica por naturaleza, es un clarísimo ejemplo de ello.
La maravillosa oportunidad que tiene, particularmente la escuela normal para hacer investigación, es extraordinaria; esto por una sencilla razón: el vínculo que establece con escuelas de nivel básico para la realización de las prácticas docentes de las futuras maestras y maestros de México es inigualable.
En lo que va del ciclo escolar 2023-2024, con la implementación del Plan de Estudios 2022 (PE22), he podido identificar, al menos, cuatro o cinco formas a través de las cuales, las maestras y maestros están planeando sus actividades
Pareciera ser que el trabajo por proyectos en las escuelas mexicanas es nuevo; sin embargo, evidencia hay para afirmar lo contrario; no obstante, hablar de los antecedentes o el momento de su incorporación en nuestro país podría dejarlo para otro momento porque, en lo sucesivo, sin entrar en detalles y demasiados tecnicismos, intentaré dar cuenta de algunas cuestiones que he podido observar y registrar en mis constantes visitas a diversas escuelas primarias. Un asunto que, me parece, debiera ser documentado por investigadores, académicos, especialistas, pero, principalmente, por maestras y maestros mexicanos.
Desde hace varias semanas el tema de la planeación didáctica y de los Libros de Texto Gratuitos (LTG) de la Nueva Escuela Mexicana (NEM), han ocupado un lugar importante en las conversaciones entre propios y extraños; es decir, entre quienes se encuentran dentro del Sistema Educativo Mexicano, como en quienes, de alguna u otra forma, han visto en estos temas la oportunidad de obtener buenos dividendos, ya sea políticos o económicos.
El pasado viernes se efectuó la Primera Sesión del Consejo Técnico Escolar (CTE) y de Taller Intensivo de Formación Continua para Docentes; sesión en la que se pretendía que los colectivos docentes, entre otras cosas, valoraran la planeación didáctica, dieran seguimiento al Programa Analítico y al uso de los Libros de Texto Gratuitos, además de profundizar en los aspectos teórico-metodológicos del Plan de Estudios 2022 y los Programas Sintéticos (de las distintas fases), así como en el cauce que se le debería dar a la gestión escolar (con base en las necesidades específicas de cada centro escolar).
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