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Aprender dialogando

by Teresa Galicia
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Mucho se ha escrito e investigado sobre los docentes, especialmente en lo referido a su formación, algo demasiado importante para no tomarlo en cuenta. En los noventa, Giroux (1990) hacía referencia en la necesidad de que los profesores fueran unos verdaderos intelectuales, que propusieran alternativas, que fueran críticos, en el sentido de que la crítica siempre va acompañada del lenguaje de la posibilidad y que, siguiendo la postura freudiana, la enseñanza alcance su dimensión transformadora del contexto; cuando el profesorado trabaja con la comunidad, dialoga con sus familias y se acerca a sus vidas.

Se plantea hoy a los maestros que decidan sobre su ejercicio didáctico, los programas de estudio y establezcan un diálogo pedagógico en los procesos de enseñanza y aprendizaje, ¿pero, cómo hacerlo? Una alternativa es la de formarse con las bases del aprendizaje dialógico, coherente con la sociedad de la información, la multiculturalidad y el giro dialógico de las sociedades (Flecha, Gómez y Puigvert, 2001).

Hay que tomar en cuenta que en los tiempos que estamos viviendo, las formas tradicionales de poder sirven cada vez menos para alcanzar consensos en la sociedad en general, por tanto, ¿cómo podemos pensar que esas relaciones de poder van a funcionar en los centros educativos si las antiguas relaciones de poder están siendo cuestionadas? La crisis de autoridad en todos los ámbitos sociales es un proceso que exige el aumento del diálogo en la toma de decisiones en ambientes donde existe una pérdida de libertad y sentido resultado de la colonización de la vida cotidiana de las personas, porque poco se participa en los procesos de decisión.

En general, no se valora a las familias y a las comunidades que quieren participar en el diseño y desarrollo de las escuelas y de la educación que quieren para sus hijos e hijas. La educación se basa en acciones llevadas a cabo de manera unilateral y se requiere del diálogo y del consenso para la superación del fracaso escolar y la mejora de la convivencia.

Cuando las personas y los grupos buscan alcanzar consensos y encontrar soluciones a través de las interacciones y del lenguaje, es cuando se habla de un giro dialógico, porque se describe la creciente centralidad del diálogo en todos los ámbitos sociales especialmente en las escuelas y las comunidades.

Las principales características del aprendizaje dialógico son la interacción y la comunicación, factores clave de un aprendizaje que tome en cuenta la diversidad de saberes, con enfoque interdisciplinar como se especifica hoy. Vivimos en una sociedad extremadamente desigual, por lo que iniciar un proceso de transformación a través del diálogo en los entornos educativos, revitalizaría y demandaría prácticas docentes diversas.  

En las capacitaciones previas al inicio del ciclo escolar, los docentes de educación básica revisaron la manera en la que se nombran y definen los elementos del Plan de Estudios, Programas, Fases de aprendizaje, Campos Formativos, Ejes articuladores y Perfil de Egreso con el propósito de generar un lenguaje común sobre ellos que, según las indicaciones: “permitirá su comprensión, apropiación y resignificación”. ¿Será suficiente lo anterior para iniciar un proceso de transformación?

La respuesta es  no, porque se requiere mucho más para lograrlo, esperamos que exista un proceso de formación continua  donde, a través del aprendizaje dialógico, se promuevan nuevas interacciones dentro de los salones de clase, porque el diseño curricular supone  el logro de mejores resultados a partir de una comunicación entre iguales, profesores, familiares y otros agentes educativos,  donde la diversidad se tome en cuenta  dentro de  los contextos de los aprendizajes de las niñas, los niños y adolescentes.

Habría que tomar en cuenta lo que Bruner (2000) plantea: convertir a las aulas en subcomunidades de aprendizajes mutuos, donde las y los docentes no tengan el monopolio del proceso de aprendizaje y del andamiaje, donde los alumnos se apoyen mutuamente. Esto implica una transformación inicial para los centros educativos, en donde se generen interacciones y diálogos en espacios en donde puedan expresar sus propias ideas y que puedan ser objeto de reflexión, debate y propuesta para que entonces sí, se aprenda dialogando.

Referencias
Bruner, J. S. (2000). La educación, puerta de la cultura. Madrid: Visor
Flecha, R. Gómez, J. y Puigvert, L. (2001) Teoría sociológica contemporánea. Barcelona. Paidós
Giroux, H. (1990) Los profesores como intelectuales. Barcelona, Paidós.

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