Regina Escalona Rascón
Universidad Iberoamericana Ciudad de México
No se trata de enseñar las ciencias a los niños,
sino de desarrollar su gusto por ellas
y proporcionarles los métodos para aprenderlas
Jean-Jacques Rousseau
¿Alguna vez te has preguntado por qué en una clase tradicional algunos estudiantes siguen la lección con facilidad, pero otros parecen perderse o aburrirse? En México, según el Estudio Regional Comparativo y Explicativo (2019) más de 50% de los estudiantes de tercer grado de primaria no alcanzan el nivel mínimo esperado en lectura. Este dato resalta un desafío que tiene sus raíces en los métodos pedagógicos desde la primera infancia, donde a menudo se asume que todos los niños deben aprender al mismo ritmo, sin tener en cuenta sus ritmos y estilos de aprendizaje diversos.
Durante la práctica docente en un jardín de niños en la Ciudad de México, tuve la oportunidad de trabajar con un grupo de niños de 5 años. Uno de los estudiantes, a quien llamaremos “Jesús” mostraba dificultades para comprender el nombre de los colores. Mientras que sus compañeros ya se sabían casi todos los mismos, Jesús se veía desmotivado y en ocasiones evitaba participar.
Al observar su comportamiento, noté que él tenía un gran interés por los animales. Así que decidí adaptar actividades según su interés, en las que, para enseñarle los colores, utilicé figuras de animales de diferentes tonalidades con el fin de fomentar su participación; también le proporcioné cuentos ilustrados sobre animales. Con el tiempo, Jesús comenzó a mostrar mayor entusiasmo por las actividades, participaba activamente y su reconocimiento de los colores mejoró.
Esta experiencia refuerza la importancia de reconocer y adaptar la enseñanza a las necesidades e intereses individuales de cada niño.
Enfoque desde la primera infancia
En la etapa de la educación infantil, personalizar el aprendizaje implica mucho más que adaptar contenidos; significa reconocer que cada niño y cada niña atraviesa un proceso único de desarrollo. A los tres, cuatro o cinco años, las diferencias entre estudiantes suelen ser muy diversas. Algunos reconocen letras, otros apenas afinan la coordinación para trazar un círculo. Algunos siguen instrucciones con facilidad, otros aún exploran el lenguaje oral para expresar sus ideas. El aprendizaje personalizado permite que el docente planifique experiencias flexibles y adaptadas a lo que cada infante necesita para crecer y desarrollarse plenamente, sin imponer una ruta homogénea ni esperar resultados al mismo tiempo.
Por ello la importancia de integrar el aprendizaje personalizado dentro de las aulas, ya que abarca un conjunto de enfoques educativos orientados a atender el desarrollo individual de cada estudiante. Esto incluye programas, metodologías de enseñanza y estrategias de acompañamiento que se ajustan a sus necesidades de aprendizaje, intereses personales, metas individuales y contextos culturales, con el propósito de brindar experiencias educativas significativas y pertinentes, pues “para que valga la pena, la educación tiene que ser personal: no podemos aprender algo bien si no hemos comprendido primero, qué pertinencia tiene y cómo puede aplicarse a nuestra situación personal” (OIE y UNESCO, 2017, p. 4).
La experiencia de Jesús es un claro ejemplo de cómo el aprendizaje personalizado puede transformar la experiencia educativa de un niño. Al principio, Jesús mostraba temor y desmotivación al participar en clase, en especial al enfrentarse a actividades relacionadas con el reconocimiento de colores. Sin embargo, al adaptar las actividades a sus intereses personales utilizando figuras de animales de diferentes tonalidades y proporcionándole cuentos ilustrados sobre animales, Jesús comenzó a mostrar entusiasmo y alegría por asistir a la escuela. Esta adaptación no sólo facilitó su comprensión de los colores, sino que también fortaleció su confianza y participación activa en el aula.
Raíces del aprendizaje personalizado
Enfoque de Rousseau
El aprendizaje personalizado no es un enfoque completamente nuevo. A lo largo de la historia de la pedagogía, diversos autores han abogado por centrar la educación en el alumno. Jean-Jacques Rousseau (1712-1778) fue uno de los pioneros en plantear una visión centrada en el niño dentro del ámbito educativo. En su obra Emilio (1762), Rousseau sostenía que los niños debían ocupar el lugar central en cualquier propuesta pedagógica, proponía que el rol del docente fuera crear situaciones de aprendizaje que estimularan la curiosidad y la reflexión del estudiante. Un ejemplo, el Emilio, el personaje principal del tratado, quien aprende a leer siguiendo pistas que su maestro le deja en pequeñas notas con instrucciones para encontrar caramelos escondidos.
La propuesta de Rousseau sobre la centralidad del niño en el proceso educativo resuena aún hoy, en especial al considerar que los niños no sólo deben recibir conocimiento, sino ser guiados para descubrir su propia curiosidad y pasión por aprender.
La Teoría de Bloom
Otro referente vinculado al aprendizaje personalizado es el concepto de dominio del aprendizaje, sugerido por Benjamin Bloom (1968), quien sostiene que los estudiantes sólo deberían avanzar al siguiente nivel de formación una vez que hayan alcanzado un dominio completo del contenido. Esta propuesta implica un alto grado de personalización, ya que reconoce que cada estudiante aprende de forma distinta y necesita diferentes tiempos y apoyos para lograr los objetivos educativos.
El Método Montessori
María Montessori desarrolló el método que lleva su nombre, el cual se basa en el respeto por el ritmo individual de aprendizaje de cada niño; ella propone un ambiente organizado en módulos didácticos que los niños exploran de manera autónoma, con mínimas intervenciones del adulto. Los alumnos trabajan en pequeños grupos o de forma individual, desplazándose libremente entre distintas estaciones o áreas de aprendizaje. Cada módulo les plantea desafíos como resolver problemas, participar en actividades sensoriales, asistir a exposiciones didácticas o sumergirse en la lectura.
Los niños aprenden mejor cuando la enseñanza responde a sus características individuales. Este principio, en la primera infancia, no se traduce en mejores resultados académicos, sino en mayor autonomía, motivación y bienestar emocional, donde los alumnos disfruten de aprender.
En el panorama contemporáneo, las bases del aprendizaje personalizado en la primera infancia se ven reforzadas por propuestas como el Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA), que promueve la flexibilización del currículo y de la enseñanza para responder a la diversidad de formas en que los niños aprenden, expresan lo aprendido y se motivan (CAST, 2018).
Estrategias para implementar el aprendizaje personalizado en la educación inicial
Diagnóstico del desarrollo y de los intereses individuales
Antes de iniciar cualquier planificación personalizada, es fundamental conocer a cada alumno desde sus intereses, habilidades, necesidades y nivel de desarrollo. En el diagnóstico del desarrollo, los docentes pueden organizar actividades lúdicas en las que los niños se sientan cómodos para expresarse, lo cual ayuda a detectar las áreas de interés y dificultad, como podría ser la identificación de colores o la coordinación motriz.
Según Gutiérrez (2020) se deben comprender las características individuales de cada niño y adaptar la experiencia educativa a partir de ello, con el fin de contar con un aprendizaje profundo que logré captar su interés educativo.
Ambientes de aprendizaje flexibles y diversos
Diseñar espacios de aprendizaje ricos y variados es valioso para la autonomía y para responder a los diferentes estilos y ritmos de aprendizaje en la educación inicial. Los entornos deben ofrecer materiales diversos que inviten a la exploración, al juego simbólico, a la experimentación y a la lectura, permitiendo que los niños elijan con libertad cómo y con qué interactuar. Asimismo es importante que los rincones o zonas del aula como el de lectura, construcción, arte o ciencia estén organizados de manera accesible, visualmente estimulante y adaptados a distintos niveles de desarrollo, de modo que todos los niños puedan encontrar propuestas significativas y retadoras, alineadas con sus intereses y capacidades.
Proyectos integradores basados en los intereses del niño
Implementar proyectos integradores que partan de los intereses genuinos de los niños permite abordar los contenidos curriculares. Por ejemplo, si varios de ellos muestran curiosidad por los insectos, el docente puede organizar un proyecto temático sobre estos seres, incorporando actividades de arte, exploración en el patio, clasificación de imágenes, lectura de cuentos y canciones relacionadas. Este tipo de proyectos no sólo integra diversas áreas del conocimiento, sino que también responde a las necesidades e intereses del grupo.
Según Mejoredu (2021) los proyectos integradores en preescolar fortalecen la práctica educativa de los maestros y promueven el aprendizaje en los niños, al permitirles explorar temas que les resultan significativos y cercanos a su realidad
Evaluación formativa y continua
En lugar de centrarse en los resultados esperados de los alumnos, la evaluación formativa implica un seguimiento constante del progreso de cada niño, utilizando herramientas como registros, portafolios, fotografías o videos. Por ejemplo, una docente documenta cómo Mateo ha mejorado su lenguaje oral a través de juegos simbólicos y, con base en esta observación, adapta sus estrategias para seguir promoviendo esa habilidad.
Este enfoque está respaldado por el Modelo de Evaluación Diagnóstica, Formativa e Integral (MEDFI) propuesto por Mejoredu (2022), el cual promueve una evaluación participativa e incluyente, que se integra de forma progresiva a los procesos educativos, y fortalece las capacidades de las comunidades escolares para enfrentar problemas.
Beneficios para los estudiantes en la primera infancia
Durante los primeros años de vida, el cerebro infantil experimenta un crecimiento y una plasticidad, lo que facilita la adquisición de habilidades cognitivas esenciales como el lenguaje, la memoria y la atención. “La atención y educación de la primera infancia, que abarca el periodo comprendido entre el nacimiento y los ocho años de edad, es crucial porque permite sacar provecho de una etapa significativa en el desarrollo del cerebro de los niños” (UNESCO, 2024, s. p.).
El aprendizaje personalizado en la educación infantil no sólo ofrece una alternativa a los enfoques tradicionales, sino que responde de manera efectiva a las necesidades individuales de los niños, respetando su ritmo, sus intereses y su desarrollo único. Se trata de implementar estrategias pedagógicas que se ajustan a las características particulares de cada uno, como la observación de sus intereses o la creación de ambientes de aprendizaje flexibles.
Al centrarse en las necesidades individuales de cada infante, la educación personalizada crea un ambiente seguro y acogedor que respeta sus ritmos y emociones. Esto es especialmente importante durante el proceso de adaptación al kínder, ya que los ayuda a establecer vínculos afectivos con sus docentes y compañeros, promoviendo la confianza y el bienestar emocional. Un entorno participativo y afectivo durante este proceso crea en los niños interés y curiosidad por lo que ocurre a su alrededor, lo cual les ayuda a una fácil inserción en su nueva y primera etapa escolar.
La experiencia con Jesús confirma una realidad que muchos educadores viven día con día, cuando la enseñanza se ajusta a los intereses, necesidades y ritmos de cada niño, el aprendizaje no sólo se vuelve posible, sino también transformador. Jesús, que al inicio se mostraba desmotivado y temeroso de participar, encontró en el aprendizaje personalizado una vía para conectar con los contenidos, desarrollar confianza en sí mismo y disfrutar ir a la escuela.
Este caso nos invita a volver al argumento central de este texto: ¿por qué seguimos enseñando como si todos los niños aprendieran igual? El dato alarmante de que más de 50% de los estudiantes en México no alcanzan los niveles mínimos en lectura no es un aspecto individual, sino estructural, y tiene raíces que se gestan desde los primeros años de escolarización, cuando con frecuencia se ignoran las diferencias en el desarrollo cognitivo.
Incorporar el aprendizaje personalizado desde el kínder no sólo es pertinente, sino indispensable. Ofrecerles una educación que valore su individualidad, que responda a sus ritmos y que los haga protagonistas de su propio proceso es una forma concreta de reconocer su derecho a una educación significativa desde el inicio. El kínder no puede seguir replicando modelos homogéneos de enseñanza si queremos formar estudiantes críticos, creativos y emocionalmente sanos.
Y entonces, como educadores, investigadores o futuros docentes, vale la pena detenernos a reflexionar: ¿qué tan dispuestos estamos cuestionando las estructuras rígidas del aula para realmente acoger la diversidad de nuestros estudiantes? Y ahora les devuelvo la pregunta a ustedes, lectores y lectoras: ¿qué hubiera significado para ti, en tu propia trayectoria escolar, haber contado con una educación verdaderamente personalizada, ¿cómo habría cambiado tu experiencia si alguien hubiera diseñado el aprendizaje pensando en tus intereses, tus tiempos y tus emociones?
Es necesario que, como docentes cuestionemos los modelos educativos homogéneos que aún predominan y pensemos en el impacto que tendría una educación que valore y fomente las diferencias individuales, tanto cognitivas como emocionales para formar no sólo estudiantes más preparados, sino individuos felices y seguros.
Referencias
CAST (2018). Pautas sobre el Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA) 2.0. EducaDUA. https://www.educadua.es/doc/dua/CAST-Pautas_2_0-Alba-y-otros-Actualizado%20versio%C C%81n-2018.pdf​:contentReference[oaicite:8]{index=8}
Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu) (2021). Proyectos integradores. Educación Preescolar (Fascículo 8). Mejoredu. https://www.mejoredu.gob.mx/images/publicaciones/fasciculo8_aprendamos-comunidad.pdf
Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (2022). Modelo de evaluación diagnóstica, formativa e integral (MEDFI). Mejoredu. . . https://www.mejoredu.gob.mx/images/publicaciones/Modelo_de_Evaluacion.pdf
OIE y UNESCO (2017). Aprendizaje personalizado: Herramientas de formación para el desarrollo curricular. UNESCO.
OREALC/UNESCO Santiago (2020). Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE 2019): Documento nacional de resultados. UNESCO. https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000373968
UNESCO (2024). Por qué es importante la atención y educación de la primera infancia. UNESCO. https://www.unesco.org/es/articles/por-que-es-importante-la-atencion-y-educacion-de-la-prim era-infancia
UNICEF (2019). Aprendizaje a través del juego. UNICEF. https://www.unicef.org/sites/default/files/2019-01/UNICEF-Lego-Foundation-Aprendizaje-a- traves-del-juego.pdf
* ODEJ-Lab es un espacio de análisis y posicionamiento sobre el acontecer de la política educativa en México y en América Latina. Nuestro objetivo es fomentar debate crítico, producir conocimiento basado en información veraz y coadyuvar en la formulación de la política pública y estrategias político-pedagógicas enfocadas en el pleno ejercicio del derecho a la educación. El Consejo editorial está integrado por: Alejandra Luna Guzmán, Luis Antonio Mata Zúñiga, María Mercedes Ruiz Muñoz, Silvia Schmelkes del Valle y Marisol Silva Laya (Ibero-Ciudad de México); Lorena Yazmín García Mendoza e Itzel López Nájera (Ibero-Puebla); Eiko Gavaldón Oseki (Ibero-Torreón); Juan Carlos Silas Casillas (ITESO).
** Texto elaborado en el marco del seminario: Divulgación de la Ciencia y la Cultura, coordinado por la Dra. María Mercedes Ruiz Muñoz.