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La antesala de la puesta en marcha del Plan de Estudios 2022 y sus Libros de Texto Gratuitos

by Pluma Invitada
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Dra. Carolina Irene Crowley Rabatté

El Plan y programas de Estudios 2022 y sus Libros de Texto Gratuitos (LTG), han puesto a girar en muchos aspectos el mundo del magisterio y el de la sociedad en general. Esta movilización, sin duda turbulenta, surge al tratar de encontrar un equilibrio mental, entre la escuela que se conoce y lo mucho, poco o nada que se sabe de la nueva escuela que hoy se plantea desde la Secretaría de Educación Pública (SEP).

El pasado ciclo escolar 2022-2023, fue el escenario en el que las autoridades educativas presentaron de manera oficial el nuevo Plan de Estudios, al parecer, en un momento que no brindaba las condiciones idóneas para ello, ya que las y los maestros apenas regresaban a sus escuelas después de dos largos años de permanecer cerradas a causa de la pandemia por COVID-19 y, por ende, sus necesidades e intereses, no estaban en lo absoluto centrados en el deseo de un cambio curricular.

Para dar a conocer el Nuevo Plan de Estudios, la SEP sugirió a las escuelas utilizar la mitad del tiempo de las reuniones dedicadas a los Consejos Técnicos Escolares (CTE). [1] Este espacio, lo denominó el Taller intensivo de Formación Continua para docentes: Nuevos Planes y Programas de Estudio. En total se destinaron 16 días del calendario escolar para su realización, lo cual en una escuela de jornada regular representó únicamente 32 horas de trabajo. Valdría la pena preguntarnos si ese tiempo ha resultado suficiente para que las y los maestros puedan implementar el próximo ciclo escolar, el cambio curricular que se pretende.

De acuerdo con los documentos del Plan de Estudios 2022 y Avances de los programas sintéticos, el nuevo proyecto educativo es un currículo inconcluso que está en constante construcción. Su estructura propone una organización por fases que abarcan desde el nivel inicial hasta la secundaria. Los contenidos se organizan en 4 campos formativos y en 7 ejes articuladores y la comunidad se coloca en el centro de todo el proceso educativo. Se trata de un currículo interdisciplinario y deliberativo.

En este nuevo modelo curricular, el docente se reconoce como un profesional de la formación y del aprendizaje. Cuenta con autonomía curricular y profesional y debe ser visto también como un líder comunitario. Es un docente capaz de eliminar el rol histórico del alumno y alumna en donde se privilegian cosas como tomar apuntes, hacer planas, rellenar libros, memorizar y aprender únicamente lo que viene en los exámenes, entre otras cosas.

Dentro de las acciones que las y los docentes deben realizan en el marco del nuevo modelo educativo, está el codiseño curricular, es decir, lo contextualiza para que los estudiantes se apropien de él. Esto implica agregar o quitar contenidos, establecer su gradualidad y decidir su secuencialidad. Hay que considerar que ahora, el proceso de enseñanza-aprendizaje recae en la autonomía curricular de las y los docentes en el marco de las condiciones que establezca la comunidad en donde se encuentre la escuela.

En cuanto a los alumnos, lo que aprenderán son capacidades, las cuales no son únicamente conocimientos y habilidades, sino que además engloban todo lo que significa una vida digna. Las capacidades son los referentes para establecer el perfil de egreso, los contenidos, los ejes articuladores y las actividades de enseñanza aprendizaje. En este modelo educativo, el estudiante se concibe como un sujeto de su propio proceso educativo con capacidades para crear proyectos. El plano de los alumnos y los maestros se encuentra en el mismo nivel y esta situación, propicia que siempre dialoguen todo lo que sea de su interés.

En el Plan de estudios 2022 se indica que el conocimiento no se aprende para adaptarse a la sociedad, ni para responder a perfiles que se establecen en el mercado laboral y se señala también que la escuela debe formar niños y niñas felices, ciudadanos críticos del mundo que les rodea, emancipados y capaces de tomar decisiones que beneficien su vida y la de los demás.

Con el panorama expuesto hasta aquí, es un hecho que, si los docentes, alumnos, padres de familia y sociedad en general logran apropiarse de este nuevo planteamiento curricular, tarde o temprano sucederá un cambio en el paradigma educativo de México. Sin embargo, parece que estamos lejos de que eso suceda. Muchos maestros no han logrado vincularse aún con el nuevo proyecto y siguen pensando que enseñarán lo mismo, pero de diferente manera. Otros, creyeron que todas sus dudas se disiparían al ver los diferentes LTG, pero eso tampoco sucedió.  

Estamos en la antesala de un cambio curricular que requiere de docentes que miren la educación de forma diferente. La SEP se ha quedado corta en su propuesta para acompañarlos y formarlos para asumir tan relevante cambio.

Una cosa es conocer y vincularse con los postulados expuestos en un documento y otra muy diferente formase en las habilidades y conocimientos que se requieren para implementarlo.

El lugar, el tiempo y los recursos que se destinaron para la formación del magisterio en el tema del nuevo proyecto curricular, fueron inadecuados y pocos. Se siguió el modelo de cascada tan criticado por las y los maestros; los textos base para conocer este proyecto se trabajaron con la leyenda documentos de trabajo y bajo ese pretexto, las autoridades educativas presentaron una, dos, tres y hasta cuatro versiones de un mismo documento. Algunas de estas versiones presentaron cambios realmente significativos en su contenido. Basta recordar que el primer documento que la SEP socializó para dar a conocer los nuevos programas de estudio, lo tituló Programa Analítico, en él proponía una organización que hablaba de diálogos, progresiones de aprendizaje, orientaciones didácticas y sugerencias de evaluación. La segunda versión la tituló Programa Sintético y en ella, desaparecieron los diálogos, las orientaciones didácticas y las sugerencias de evaluación. Esos errores no son poca cosa y terminaron por mandar el mensaje de que cualquier texto que contuviera la leyenda “Documento de trabajo” podía sufrir cambios drásticos.

El nuevo Plan de estudios coloca al docente como un diseñador curricular que debe saber problematizar, contextualizar, seleccionar, secuenciar y graduar contenidos y finalmente vincularlos con unos ejes articuladores y el problema es que nadie le explica cómo se hace todo eso.

De acuerdo con el Plan de Estudios 2022, el currículo es un todo integrado con diferentes niveles de concreción y articulación del Plan de Estudios, los programas de estudio y los Libros de Texto, que buscan aterrizar las intenciones educativas propuestas en las diferentes fases u grados de la educación básica. Con el propósito de hacer efectivo el derecho a la educación de los estudiantes (p.16).

Ante esa definición del currículo, no me queda más que apuntar que la formación que recibieron las y los docentes durante los CTE del ciclo escolar pasado, estuvo incompleta ya que se capacitó sólo con dos elementos: El Plan y los programas de estudio. Por lógica, las reacciones que los nuevos LTG han ocasionado en el país se presentan debido a que finalmente, es en esos materiales en donde todo el proyecto termina aterrizándose.

En un ambiente tan polarizado por el tema de los LTG, es importante que la SEP reconozca que, durante todo el ciclo escolar, manejó la idea de que la implementación del nuevo modelo educativo, comenzaría sólo en los primeros grados de preescolar, primaria y secundaria y que la idea de que se aplicaría el currículo a todos los grados escolares causó sorpresa; que la socialización de todos los LTG se hizo a destiempo y fue inoportuna; que no se ha orientado a los y las docentes en las estrategias didácticas para manejar los nuevo LTG; que el proceso de codiseño del programa analítico fue un ejercicio poco comprendido por la mayoría de las escuelas por lo que muchas escuelas no encontraron ningún sentido en hacerlo y por último, que el tema de cómo se va a implementar la evaluación formativa en este proyecto y qué se debe hacer ante la movilidad estudiantil de una escuela a otra, aún están en el tintero.

Para concluir, hay que señalar que el tiempo y las prisas, han sido los peores enemigos de las autoridades educativas en esta administración. Los diferentes intentos por modificar o cambiar los LTG han sido varios y todos han sido proyectos al vapor. ¿Cuál es la necesidad o la urgencia de implementar en todos los grados escolares de la educación básica un proyecto educativo tan polémico como este?


[1] Los CTE por lo regular se realizan en un día durante la última semana de cada mes. Ese día, los estudiantes no asisten a clase. 

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