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Como en los tiempos de Nuño, ahora en Tabasco.

by Redacción Revista Aula
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Abelardo Carro Nava Ya en tiempos de lo que se ha conocido como la “cuarta transformación de nuestro país”, a mediados de mayo de 2021, maestras y maestros – y algunos reporteros que cubrían la nota – fueron desalojados violentamente por elementos de seguridad pública del estado de Veracruz; entidad gobernada por el morenista Cuitláhuac García quien, como se sabe, conjuntamente con el Secretario de Educación de esa entidad, Zenyazen Escobar García, fueron férreos opositores a la mal llamada reforma educativa que impulsó el gobierno peñanietista.

Tal parece que no fue del agrado de estos funcionarios públicos, que los profesores se manifestaran en la Secretaría de Educación, para demandar una audiencia con el titular de esta Dependencia con la intención de que se reconociera la toma de nota de José Arturo Hernández, como secretario general del Sindicato Democrático de Trabajadores de la Educación.

Un par de días después, el mismo gobernador declaró ante los medios de comunicación, que no habían sido violentados los derechos de los manifestantes y que solo se había aplicado “cierto” protocolo de seguridad por la posible “afectación” a terceros, por lo que en su administración siempre se anteponía el diálogo. Los videos que circularon en las redes sociales, evidenciaron lo contrario.

El mensaje hacia el magisterio había sido enviado con “éxito”: primero te golpeamos y luego te atendemos. Es más, fue curioso observar en las mismas redes sociales, un video en el que dicho Secretario de Educación se encontraba afuera de las instalaciones donde fueron trasladados los profesores detenidos y, con la frase: “siempre estaremos del lado de las maestras y maestros”, éstos fueron liberados.

¿Por qué si, como se dijo, se estaba del lado de los trabajadores de la educación, no se les concedió su demanda inicial que no era otra cosa más que el de una  audiencia? De ese lamentable y desafortunado episodio, ¿cuántas manifestaciones se han dado en esta entidad de la República Mexicana?, ¿realmente se ha dado un diálogo “abierto y respetuoso” para la solución de los conflictos laborales y educativos después de este incidente?

Un año después, pero en otras latitudes, de nueva cuenta las redes sociales dieron cuenta de un violento desalojo de trabajadores de la educación muy al estilo del sexenio anterior; tal hecho tuvo lugar en Tabasco, nada más y nada menos, que en la tierra del secretario de gobernación y del propio presidente de la República. Grupos antimotines se dieron el verdadero lujo de golpear a quienes demandaban el pago de las quincenas del mes de junio de este año y, particularmente, el retroactivo que no había sido cubierto en esa entidad cuando en otras ya había sido pagado.

El gobierno del también morenista, Carlos Manuel Merino Campos, en el mismo tenor que su homólogo veracruzano aplicó la misma estrategia de comunicación, pues a través de su Secretario de Gobierno, afirmó que en la entidad tabasqueña se “antepone” el diálogo, no se reprimen las manifestaciones siempre y cuando no haya una “afectación” a terceros; y bueno, sobre el tema de los adeudos, este funcionario aseguró que en las próximas semanas se estarían cubriendo, tanto a maestros federales como estatales.

Otra vez el mensaje se envió con “éxito”: primero te golpeamos y luego de pagamos. Es más, este mismo servidor público, aseguró que ya se había acordado con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Sección 29, las fechas precisas de los pagos correspondientes a los ajustes salariales. Entonces, ¿por qué fue “necesaria” la agresión y detención de 5 trabajadores cuando, al parecer, hay un diálogo “abierto” con la dirigencia sindical de esa entidad? Si hay un “diálogo”, ¿qué es lo que se dialoga y cuál es o son los resultados de ese diálogo?

Ahora bien, independientemente de las disputas por el poder que en cualquier organización se dan como parte de un proceso de renovación, de reestructuración o de transformación, y que desde luego tienden a movilizar a grupos de trabajadores para sus propios fines, algo que es totalmente reprobable, ¿es aceptable el uso de la fuerza pública bajo la “supuesta” afectación a terceros?, ¿y el diálogo? Es más, no estaría nada mal conocer qué se entiende por diálogo porque, cualquier agresión a cualquier ser humano, es totalmente inaceptable en un país de libertades.

Dudo mucho que, si hubiese existido una explicación sensata, fundamentada y argumentada por parte de las autoridades, sobre el por qué en otras entidades del país ya se había cubierto el retroactivo a los trabajadores de la educación y en Tabasco no, el magisterio tabasqueño hubiese salido a las calles a manifestarse. Vaya, hoy día, parece que exigir, demandar o reclamar un atraso en los adeudos significa estar en contra de un sistema, gobierno o régimen; ¿no acaso se protesta para evitar ser reducidos a nada? ¿por qué imponer el silencio por la fuerza a favor de unos cuantos?, ¿cuál fue el papel de la Sección 29 del SNTE con relación a esta justa demanda magisterial?, ¿sirve de algo estar sindicalizado cuando no se vela por los derechos de los trabajadores de la educación?, ¿cuántas movilizaciones veremos en lo sucesivo en ese estado cuando se tiene como antecedente el actuar de un gobierno represor que se dice abierto al diálogo? En fin.  

Ahí tenemos a las y los candidatos a dirigir la Sección 29 de esa organización sindical en esa entidad. Una cosa es la campaña, el deseo, la aspiración y el discurso, y otra muy diferente los hechos. Todas y todos, sin excepción alguna ¿publicarán algún pronunciamiento sobre estos lamentables y desafortunados hechos cometidos en contra de los trabajadores a los que aspiran representar?

Ahí tenemos a la Secretaría de Educación Pública, a cargo de una profesora que, como el presidente lo ha dicho, conoce el sistema. Supongo que tan lo conoce, que ni un comunicado emitió para reprobar los hechos donde los trabajadores de la educación, colegas suyos, fueron salvajemente golpeados por elementos de las fuerzas de seguridad.

Se sabe pues, que para la organizaciones sindicales y gubernamentales los derechos de los trabajadores de la educación son parciales; es decir, cuando a ciertos líderes así conviene a sus intereses, el magisterio tiene derechos, pero cuando van en contra de sus políticas de “puertas abiertas” y de “diálogo”, son reprimidos.

Atinada, y reiteradamente, el presidente de nuestro país ha señalado que las libertades no se mendigan, se conquistan. Ojalá y tal expresión haga mella en ciertos líderes y gobiernos provenientes de un movimiento denominado de Regeneración Nacional porque, así como se pintan las cosas, con claridad se observa que el PRI no se ha creado ni se ha destruido, solo se ha transformado en Morena.

Aurelio Nuño, y el Pacto por México, con garrote en mano estarán muy contentos por ello.

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