Inicio » ¡Regresaron!

¡Regresaron!

by Manuel Gil Antón
525 Vistas

¿Mandarán una avanzada antes de iluminar la ciudad cada año? No lo sé de cierto. Muy temprano, con febrero en sus días de estreno, caminaba por Vértiz y antes de llegar a la Glorieta de la SCOP, rumbo al sur, la vi. Es pequeña, pero ya estaba repleta de esas flores violeta (azul violáceo, me han enmendado) que cada año hacen refunfuñar a quienes barren las calles y a los propietarios de los coches que se estacionan debajo de ellas: son una monserga, me dicen. Será el sereno: son bellísimas y sorprende su retorno pese a todo. Ya luego abundaron: “Manuel, ya florearon las jacarandas…”

Antecitos del inicio de la pandemia en el país, confluyó su entramado violeta y verde con otro, portador de los mismos colores: la enorme marcha de las mujeres el día 8 de marzo de 2020, previo al paro programado para el día siguiente. Las pañoletas, verde y violeta, fueron acompañadas por las jacarandas. Se saludaban. Nuestro lugar, me refiero a los hombres, fue aprender, guardar silencio y observar. Hay que seguir así frente al movimiento social más importante de nuestra época. Escuchar luego de tantos siglos de acaparar la voz e indicar cómo se han de hacer las cosas.

Según mi parecer, las jacarandas significan la esperanza en que la vida insiste y persiste en surgir: terca. Como seguro este miércoles 8 y el sábado 11 veremos que la exigencia de “nos queremos vivas” es aún más tozuda, firme y clara, pues las cosas no han ni siquiera mejorado un poco.

También son las fechas en que cientos de miles de estudiantes, que terminaron la secundaria y pueden seguir con un elemento educativo en su mirada al futuro, se inscriben, pagan, estudian como nunca con la obcecada expectativa de “pasar el examen y ojalá en la primera opción”. Como sus colegas floridas, se presentan cada año y dejan a sus padres pasar tres horas en el camellón de la avenida. Salen y escuchamos: “¿Cómo te fue, te atoraste en algo?” Varían las respuestas, mas no le expectativa de lograrlo. “Algunas estaban fáciles, otras muy pesadas, y le tuve que hacer al tin-marín en pocas, y hasta al Jesús, José y María, dame puntería: en una de esas ayuda”. Ya veremos… Habrá que esperar meses para saber el resultado.    

Una sociedad tiene futuro cuando sus mujeres salen y toman la calle para expresar, con toda libertad, su indignación por tantas muertes derivadas de una sola “razón”: ser mujeres. ¿Que es ruda, rasposa y agreste la manera en que se demuestra? No más digo: ni siquiera se acerca un milímetro de milímetro a la rudeza y crueldad de un feminicidio. Ni a la violenta circunstancia de vivir, cada día, con miedo por ser mujer en zona minada por el machismo, y abundante en el descuido de las autoridades desde hace décadas.

Y también cuando las y los jóvenes sostienen expectativas, aún, del sentido e importancia de la educación en sus futuras trayectorias, habida cuenta de atajos ilegales, no pocos, a su alcance. 

A contracorriente del gris cemento y la contaminación en que vivimos, extraviada casi en su totalidad la posibilidad del diálogo entre quienes piensan distinto, que tratan de aplastar el porvenir –  incluso la vida misma –  de tantas y tantos, las marchas y los pasos en procura de la educación son signos de la persistencia de buscar y construir otro futuro, donde ser mujer no sea nunca un peligro ni estudiar apuesta vana o simple inercia. Ojalá lo sepamos ver, como a las flores en las ramas o tapetes banqueteros. Más nos vale. No es poco lo que está en juego: es hora de hacernos cargo.

Profesor del Centro de Estudios Sociológicos de

El Colegio de México

mgil@colmex.mx

@ManuelGilAnton

Facebook Comentarios

También te puede interesar

Contacto

Revista Aula. Revista de periodismo y análisis especializado en temas educativos que fortalece el debate de manera libre y plural.

Publicaciones destacadas

Suscríbete

Suscribirse para recibir noticias de Revista Aula