Revista Aula

Saldos de la contienda

Carlos Ornelas
Carlos Ornelas

De modo que tienes por enemigos a todos los que has ofendido al ocupar el principado, y no puedes conservar como amigos a los que te han ayudado a conquistarlo, porque no puedes satisfacerlos como ellos esperaban, y puesto que les estás obligado, tampoco puedes emplear medicinas fuertes contra ellos…

Niccolò Machiavelli

Los militantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación decretaron un receso en su lucha; se van, pero subrayaron el viernes de la semana pasada que la lucha continúa. Eva Hinojosa, secretaria de la Sección 18 de Michoacán, declaró contundente: “No nos estamos rajando”. Filiberto Frausto Orozco, jefe de la Sección 34 de Zacatecas, fue terminante: “La CNTE no se dobla, seguiremos con la misma firmeza o incluso mucho más, porque estamos convencidos de que con el paso de los días irá incrementando la cantidad de sectores… Y de otras secciones que hasta el momento no han participado”. En definitiva, el romance entre la CNTE y la Cuatroté llegó a su fin.

La presidenta Claudia Sheinbaum se comprometió durante su campaña a derogar las leyes del ISSSTE de 1997 y 2007 (que establecen el régimen de pensiones para los trabajadores del Estado) y cancelar en definitiva a la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y (los) Maestros. Pero ante la huelga de la CNTE y el plantón de miles de maestros en el zócalo, argumentó que cumplir la promesa de derogar la ley es inviable; implicaría endeudar al país o poner en riesgo el resto de sus programas sociales. Se comprometió a reformar la Usicamm por medio de consultas con los docentes, pero la CNTE —y también la otra facción— exigen su desaparición.

La Cuatroté se ostenta como un régimen justo, en contraste con el pasado neoliberal, pero la “austeridad republicana”, impone recortes al gasto público. La CNTE no acepta el alegato presidencial y exige la ejecución exacta de las ofertas de campaña.

La presidenta Sheinbaum apuesta por fortalecer el Fondo de Pensiones para el Bienestar; este —argumenta— permite que los trabajadores se jubilen con una pensión equiparable a su último salario. También propuso congelar el aumento gradual en la edad de jubilación que establecía la ley: mantiene vigente los requisitos de 58 años y 30 de servicio para hombres; 56 años y 28 de servicio para mujeres. En definitiva, no arriesga a derogar la ley del ISSSTE de 2007.

Algunos pensaron que el incendio que provocó un grupo de acelerados de la CNTE en el edificio del Comité Ejecutivo Nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación era una provocación que el gobierno no dejaría pasar. Un desafío a la presidenta que —pensaban— incitaría a una respuesta de fuerza y una condena política. No hubo la una y la otra fue enclenque. A la presidenta le faltan operadores políticos, razonan otros. Argumento que tiene peso, pero la CNTE ha resistido a apoderados de otros presidentes y hasta se ha burlado de ellos, sin importar que tuvieran fama de duros, Fernando Gutiérrez Barrios y Patrocinio González-Blanco, entre otros.

La CNTE es hoy la nueva oposición, su brazo más agresivo. Un grupo antagónico desleal que no respeta —ni le interesa respetar— la ley. Por lo pronto, quienes llegaron de fuera en buenos autobuses y acamparon en tiendas de campaña de alta calidad, regresaron a sus entidades a reagruparse, descansar un poco, presionar a las autoridades locales y prepararse para la siguiente jornada. Sospecho que en algunos lugares amenazarán con no entregar calificaciones de sexto de primaria ni de tercero de secundaria. Un instrumento que hace temblar a gobiernos débiles, sin importar si son morenistas.

La presidenta Claudia Sheinbaum cayó en la trampa que previó Machiavelli, pierde amigos que la apoyaron porque no puede satisfacerlos como ellos esperaban ni va a emplear medicinas fuertes contra ellos. La educación nacional y la ciudadanía pagan por los excesos de la CNTE. Pero tal vez en el futuro le cobren al gobierno. Estará entre la CNTE y la ciudadanía.

Retazos

Ayer se cumplieron 54 años cuando los halcones asesinaron a estudiantes. El Estado mexicano está en deuda con los supervivientes y las familias de los fallecidos. ¡Nunca más!

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