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¿Quemar los libros de texto?

“El texto escolar que satisfaciera a todos está por escribirse. Probablemente resultaría un libro en blanco”.

Pablo Latapí Sarre

Las controversias siguen presentes relacionadas con lo libros de texto. Más allá de las decisiones drásticas que se han tomado en algunos lugares como prohibirlos, detener su distribución, propagar que son comunistas o hasta quemarlos, son muestra de los juegos de poder que no tiene nada que ver con la defensa de la educación pública.

Sin duda, sigue siendo necesario el llamado a la reflexión y el cuestionamiento en cuanto a los claroscuros que pueden presentarse en los libros de texto gratuitos; de ahí la necesidad de continuar   analizando, discutiendo, comparando, buscando respuestas, interactuando con ellos, leerlos de las muy diversas maneras que su estructura y su contenido lo permiten.

Desde sus inicios, los libros de texto han reunido en sus páginas los más variados problemas de índole política, educativa y social que se entretejen en los diversos momentos en que se han implementado las reformas educativas en nuestro país y siempre han existido temas controvertidos.

Los problemas políticos y sociales que los han rodeado y los conflictos que han suscitado por sus características no es nuevo.  Los libros laicos, únicos, obligatorios y gratuitos han sacudido a la iglesia, al Partido Acción Nacional (PAN), a la Unión Nacional de Padres de Familia y a los empresarios, quienes iniciaron en su momento, abierta o oculta, el estigma permanente alrededor los “libros del gobierno”, lo que encierra la discriminación enmascarada de nuestra sociedad y su profunda escisión social (Villa Lever, 2009).

Ahora sucede más o menos lo mismo. En fechas recientes (nota de La Jornada) se realizó un mitin en la capital de Chihuahua en rechazo a los libros de texto gratuitos, convocado por la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) y otras cámaras empresariales, así como por setenta organizaciones civiles, religiosas, Provida y la Unión Nacional de Padres de Familia -fundada en 1917 y que no pertenece a ninguna Asociación de Padres de Familia ni está regulada por la Ley General de Educación-. La concentración se efectuó bajo el lema “Libros libres” y solicitaban que los libros sean libres de adoctrinamiento, de comunismo, de hipersexualidad y de brujería. Insisto, ¿los han leído?

Es cierto, existen resistencias, negarlo sería no comprender las complejidades que se presentan en las diversas aulas, escuelas e instituciones en los diversos niveles y modalidades educativas, pero también hay que reconocer que a veces, tiene que ver  con las resistencias que se tiene por la tradición anclada sobre un modelo de escuela, donde se efectúan las mismas prácticas: se fomenta la memorización y la repetición, a partir de los mismos contenidos y de una forma homogénea de enseñar y de aprender.

Es un hecho que, a pesar de las últimas reformas educativas implementadas, en muchas aulas se sigue reproduciendo la pasividad infantil como rasgo de los procesos de aprendizaje, por lo que transformar las prácticas fomentando el diálogo, las interacciones, la participación activa de las y los alumnos, los proyectos de aula, los escolares, los comunitarios, en donde las actividades de aprendizaje tengan significado y valores que puedan ser vinculados con tradiciones, saberes, relaciones y procesos de sus comunidades no será  una tarea fácil, pero si la sociedad se transforma de manera continua,  las prácticas necesariamente  deberán de transformarse.   

Muchas de las controversias tienen que ver con los cambios propuestos en la Nueva Escuela Mexicana (NEM) que, si bien ha sido dada a conocer en gotero y a veces desorganizada, su planteamiento sobre el pensar, el aprender, el reflexionar sobre la realidad, de relacionarse con los demás, de participar, de desarrollarse personalmente, de comunicarse, de desarrollar creatividad, buscan darle valor al aprendizaje en la actividad escolar cotidiana. Lo que es un hecho, es que los destinatarios principales de los libros de texto son los millones de niñas, niños y adolescentes NNA mexicanos y especialmente, aquellos cuya situación de marginación y pobreza extrema les impediría tener acceso a cualquier otro material porque constituye lo poco con lo que cuentan.

Hojeé los cinco libros de mi querido sobrino que cursa el segundo año de primaria, cuando su mamá realizaba la tradicional tarea de forrarlos. A mí me gustaron mucho las ilustraciones de cada uno de los cinco libros titulados Nuestros saberes; Múltiples lenguajes; Proyectos de aula, Proyectos Escolares y Proyectos Comunitarios, que presentan una organización general derivada del empleo de íconos relacionados con la manera en la que se vinculan los campos formativos y los ejes articuladores.

En Nuestros saberes se presenta un material de consulta para apoyar los proyectos a lo largo del ciclo escolar, a partir de tres seccionesExploremos para las y los alumnosProfundicemos para las maestras y los maestros y Situaciones para aprender en familia para reforzar los procesos de aprendizaje de los alumnos, a partir de aventuras.

El de Múltiples Lenguajes invita a descubrir diversas maneras de aprender esos lenguajes y leer su entorno, motivando su interés y curiosidad al observar el mundo y comunicarse con él, así como retos académicos. Se señala que podrán saltar de un lado a otro del libro para sumergirse en historias escritas, pintadas o fotografiadas, sueños, emociones, ejercicios visuales y retos matemáticos, incluyendo narraciones y leyendas en lenguas originarias, a partir de elementos de la naturaleza vistos desde diversas culturas.

El libro Proyecto de aula está organizado a partir de diversas aventuras de aprendizaje que conforman cada uno de los capítulos o unidades de conocimiento de los diferentes campos formativos de segundo grado. Al inicio de cada aventura hay un signo calendario azteca que simboliza el diálogo entre la comunidad del tiempo actual y el pasado donde se hallan sus raíces. Cada aventura contiene un título, un párrafo introductorio sobre los aprendizajes que adquirirán y el producto final, así como el escenario al que pertenecen los proyectos, las fases o momentos para guiar y organizar las experiencias de aprendizaje.

El de Proyectos escolares presenta una organización similar al de aula, destacando que, en el trabajo en la escuela se apropiaran de nuevos aprendizajes relacionados con su vida diaria y con los retos que los formaran como ciudadanos de una sociedad democrática, conociendo puntos de vista plurales y diversos a través de los ejes articuladores que vinculan los temas de diferentes disciplinas con un conjunto de saberes comunes.

El último, Proyectos comunitarios está organizado de la misma manera que los otros dos. Presenta las aventuras de aprendizaje contando con la guía de sus maestros y en donde se enfrentarán a situaciones cotidianas del entorno relacionadas con diversos saberes y aprendizajes disciplinares organizados en cuatro campos formativos, destacados por el ícono al inicio de cada aventura de aprendizaje.  

Estoy de acuerdo que los puntos de vista sobre los libros de texto pueden ser tan coincidentes como antagónicos, pero siempre el hilo conductor que debe de guiar los análisis es que la educación es un proyecto social, un bien social de carácter público por lo que son inaceptables aquellas expresiones carentes de argumentos y de mínimos elementos analíticos sobre la educación que propician conductas tan aberrantes como quemar los libros.

Coincido que es necesario que el debate no se quede solamente entre los especialistas, los actores de la educación y la sociedad deben de estar presentes porque la educación es una cuestión pública, además considero esencial recuperar los argumentos de quienes viven la cotidianeidad escolar a partir de las experiencias que irán acumulando con la implementación de esta reforma y del uso de los libros de texto.

Lo que no debemos aceptar son las opiniones carentes de información que buscan un impacto mediático. Las NNA constituyen lo mejor que tenemos, por ellos hay que mantener la atención en la escuela pública y ofrecer los mejores escenarios a quienes forman y se forman en estos espacios.

Referencias
Villa Lever, L. (2009). Cincuenta años de la Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuitos: cambios y permanencias en la educación mexicana. México: Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuitos.

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