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Nueva Escuela Mexicana: saldo en contra 

Alberto Sebastián Barragán*

Cerramos un sexenio en donde los titulares de la secretaría de educación tuvieron estancias intermitentes, de poca continuidad y eso puso en jaque al proceso de reforma. A pesar de todas las vicisitudes, hubo avances, pero también fue evidente el margen de maniobra que no se quiso operar, o que se tuvo que limitar las intervenciones apadrinadas en las conferencias mañaneras, en lugar de trabajar como una secretaría de estado.

En educación, el cambio radical, que demanda la implementación de una Nueva Escuela Mexicana, no se tiene que reducir a la mera reforma curricular, porque la expectativa y el horizonte de posibilidades va muy adelante, y las acciones del gobierno se quedaron atrás.

En efecto, nos referimos al sexenio que tuvo una pandemia que generó contingencia en el mundo, y puso en evidencia las grandes dificultades de nuestro sistema educativo mexicano, pese a las lamentables pérdidas, nuestra educación sobrevivió, y germinó la NEM. 

El planteamiento de la NEM, tiene cuatro elementos sustantivos, que no pueden operar solos desde la prescripción curricular. 

  1. La integración curricular. La organización de contenidos, a partir de campos transversales y ejes articuladores es una gran promesa. Es un trabajo que tiene que ser interiorizado por todos los actores educativos, no solamente los maestros; y se requiere de muchos insumos y materiales impresos (no en PDF). Acciones de habilitación, procesos permanentes de construcción de materiales educativos, colaboraciones entre docentes de resultados exitosos y especialistas.
  2. La autonomía profesional del magisterio. Es un proceso que se ha encabalgado por varios sexenios. Desde el Plan 2011, se asomaba una noción del docente como gestor del aprendizaje, con temas de relevancia social, como opciones de trabajo. Luego en el 2017 se impulsó la autonomía curricular, con varios aciertos y fracasos. Y ahora, la autonomía profesional del magisterio tiene que fortalecerse con directrices que trasciendan hacia la revisión de procesos por supervisiones, reordenamiento de prioridades locales, reingeniería de la estructura orgánica de las escuelas, para ejercerla.
  3. La comunidad como núcleo integrador de los procesos de enseñanza y aprendizaje. Sin bien, la participación de los padres de familia, ha transitado distintos escenarios que han ido desde ser el apoyo y acompañamiento, ser fiscalizadores y exigentes, hasta ser demandantes y enemigos. En esta nueva etapa, se tienen que fortalecer los mecanismos de participación de las familias y de vinculación interinstitucional, para fomentar que el mundo de la vida cotidiana sea el insumo del aprendizaje comunitario, los procesos educativos como enlaces en la red de comunidades (como refiere Günther Dietz).
  4. El derecho humano a la educación. Es un imperativo categórico reforzar el papel de la educación como garantía constitucional, pero se requiere revisar y actualizar las normatividades y protocolos. Necesitamos medidas de acción afirmativa, para que los docentes y directivos, de nuevo ingreso, de 20 ó 30 años de servicio, transitemos hacia el reconocimiento de las nuevas demandas de las nuevas realidades. Y que tengamos un trabajo asertivo, que garantice el derecho humano a la educación, y nuestros derechos humanos como docentes.

La NEM, incluyó la promesa de siete estrategias nacionales. Es una promesa inspiradora, pero quedó como personaje de referencia dentro de un cuento. Existe, a veces se les nombra, y participan poco en el la trama de la historia. Son estrategias indispensables para llevar a buen puerto a la educación. Ya están trazadas, hay que revisarlas para terminar de definirlas y darles cauce en la coyuntura de la NEM.

  1. Estrategia nacional para la enseñanza de lenguas y culturas indígenas y afromexicanas.
  2. Estrategia nacional de educación inclusiva.
  3. Estrategia nacional para la educación multigrado.
  4. Estrategia nacional para la atención a niñas, niños y adolescentes en situaciones de migración, interna y externa.
  5. Estrategia nacional para fortalecer a las escuelas como parte del tejido comunitario en contextos urbanos.
  6. Estrategia nacional con perspectiva de género para mantener a las escuelas libres de violencia y acoso.
  7. Estrategia nacional de lectura.

A pesar de todo lo señalado, quiero aprovechar este espacio para reconocer el trabajo que han hecho miles de maestras y maestros en todo el país. Hay resultados positivos y casos exitosos de muchos docentes que han refrendado la esencia de la profesión, y a pesar de las desatenciones del patrón han incursionado, por su cuenta, en la lógica de la integración. Con esto no quiero normalizar los esfuerzos individuales, más bien quiero enfatizar la necesidad de la recompensa. Son indispensables los programas de estímulos, para seguir impulsado la justa retribución a los docentes comprometidos.

Del mismo modo, es indispensable poner en la mesa, la impronta con que James Beane (1997) construyó la primera propuesta de integración del currículum, como el núcleo de la educación democrática. El cambio radical en la educación, también tiene que ver con la horizontalidad en la construcción de líneas institucionales, desde la escuela, zona y sector. Si bien, esa jerarquía burocrática tal vez no sea posible modificar, lo que sí se requiere es que los mandos medios se actualicen y acompañen, con propuestas y fundamentos, el trabajo de la renovación de las escuelas de educación básica.

En el corte de caja hay ganancias, pero más pérdidas. En el estado de cuenta, también hay cargo por los sindicatos, que en lugar de velar por la inserción laboral y el perfilamiento hacia la basificación, jinetean los interinatos y velan por los intereses de sus cúpulas y no de sus agremiados. Del mismo modo, el cambio de Servicio Profesional Docente, por USICAMM, no hizo más que legitimar la política de la meritocracia mexicana, en lugar de construir rutas profesionalizantes. 

La formación inicial, participa con el co-diseño en escuelas normales, pero con el desfase y poco entendimiento que genera esta reforma que se ha construido piso a piso como una Torre de babel. Los centros de maestros como espectadores. Mejoredu, como el equipo que quiere ayudar, pero no lo dejan, incluso los quieren desaparecer con motivos de capricho, pero no con fundamentos.  

El relevo del sexenio, ya nos amenazó con Mario Delgado como futuro secretario de educación. Un egresado de la neoliberal educación privada, a dirigir los destinos de la educación pública. En educación esperamos que se pague lo que se debe, pero antes del de sexenio ya se cargó otra deuda. 

*Coordinador de Voces Normalistas

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