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Se fue la Semana Santa y ¿dónde quedó la pedagogía de la reflexión?

La Semana Mayor ha sido una oportunidad de reflexión colectiva y exploración espiritual para comprender y manejar nuestras emociones ¿de verdad sirve?

David Auris Villegas*

La Semana Santa es una conmemoración religiosa y laica que se lleva a cabo en todo el mundo. Celebramos la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, que debería representar una reflexión cognitiva sobre nuestros actos, lo que hace que sea una experiencia de aprendizaje de vida. En este contexto, la pedagogía de la reflexión puede aplicarse como una herramienta para ayudar a los estudiantes a desarrollar una conexión más profunda entre las personas a través de la paz, el perdón y solidaridad colectiva como valores ineludibles para remar con éxito estos tiempos de incertidumbre.

Sin embargo, la Semana Santa es vista alrededor del mundo como una oportunidad de huir de la atroz realidad a cambio de pasarla bien como la diversión. Hechos que desde las escuelas podemos analizar si es correcta, pues, ¿acaso no es más rentable reflexionar sobre el sacrificio sublime de Cristo?

En este sentido, la pedagogía de la reflexión es un enfoque educativo centrado en el pensamiento crítico y la evaluación de las experiencias vividas, sostiene el educador estadounidense Henry Giroux. Este enfoque es especialmente útil en el contexto de la Semana Santa, ya que nos permite mirar introspectivamente nuestras acciones.

Asimismo, los estudiantes pueden cuestionar sus propias ideas, creencias y analizarlas desde diferentes perspectivas y tomar decisiones correctas en su vida diaria, desarrollando una comprensión más profunda y significativa del mundo que los rodea y encontrar un sentido a la vida, como diría Paulo Freire, así como gestionar sus emociones para solucionar sus problemas y ver al ser humano como su verdadero prójimo que, con la tecnología y el culto al individualismo parece que hemos olvidado.

Por ejemplo, los estudiantes pueden ser llevados a reflexionar sobre el significado detrás del sacrificio de Jesús y cómo pueden aplicar en sus propias vidas. ¿Qué significa perdonar a alguien que nos ha hecho daño? ¿Cómo podemos encontrar la esperanza en la resurrección?, son cuestiones necesarias en las escuelas que nos hace entender que la resurrección significa que todos tenemos la capacidad de resiliencia, para lograr nuestra transformación en una versión mejor de nosotros.

Los maestros pueden fomentar la reflexión y la sensibilidad en los estudiantes hacia los demás, a través de actividades emotivas como visitar hospitales, casas de ancianos y campañas de bien social, con el objetivo de vivir el espíritu de la Semana Santa.

En resumen, la Semana Santa es una oportunidad pedagógica de reflexión colectiva y exploración espiritual para comprender a las personas y manejar nuestras emociones y lograr tener una visión de vida en complicidad con las escuelas, sobreponiendo el amor para un mundo más feliz.

*Escritor, columnista, pedagogo peruano y creador del ABDIV.

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