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La función supervisora para la Nueva Escuela Mexicana

La Secretaría de Educación Pública (SEP) dio a conocer las orientaciones para la Primera Sesión Ordinaria del Consejo Técnico Escolar y el Taller Intensivo de Formación Continua para docentes de educación preescolar, primaria y secundaria que se realizará el último día hábil del noveno mes. Y, en esta ocasión, fue considerada la participación de las y los supervisores escolares, formalmente. La autoridad educativa federal busca la resignificación de la función supervisora con la finalidad que se ponga al servicio de la implementación de la Nueva Escuela Mexicana. Se busca reunirlos y que reflexionen en torno a ciertos tópicos.

1. El papel de la y el supervisor para fortalecer la autonomía de las y los docentes.

2. Las acciones administrativas que fortalecen las actividades pedagógicas.

3. El acompañamiento en la implementación del Plan y Programas de Estudio 2022.

Se toma como punto de partida el caso de un supervisor del municipio de Nezahualcóyotl, en el Estado de México, quien narra sus experiencias de acompañamiento a las escuelas de su zona en el codiseño del programa analítico y el diseño de la planeación didáctica del primer mes.[1] Para su desarrollo sugieren la lectura “La transformación democrática de la escuela”[2]. Sobre esa base, inducen a deliberar en torno a tres aspectos:

a) los elementos que contribuyan a revalorar la transformación de la gestión escolar

b) las acciones administrativas que fortalecen las actividades pedagógicas

c) el impacto de la democracia en la renovación del Consejo Técnico Escolar

El texto trata sobre las quejas de los maestros hacia el trabajo administrativo: llenado de formatos, elaboración de informes, planificación de actividades por semana a la dirección escolar, responder cuestionarios y formularios, entre otros. Todo ello en detrimento de la atención académica a las y los estudiantes. De manera literal, se identifica como la tensión permanente entre prescripciones normativas, curriculares y administrativas y la necesidad de replantear las relaciones escolares desde prácticas democráticas a fin de transformar los espacios de decisión, gestión y coordinación.

Y sobre el tercer punto, les proponen leer “Componentes de la intervención formativa, problematización de la práctica” [3]. Esta es una estrategia impulsada por la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu) que busca fortalecer la práctica de acompañamiento pedagógico de supervisores, asesores técnico pedagógicos, asesores técnicos, tutores o a quienes desempeñan funciones equivalentes. Estas figuras forman parte de la estructura del Servicio de Asesoría y Acompañamiento a las Escuelas (SAEE).

A partir de la apretada síntesis anterior, acerca de la forma en cómo la autoridad educativa federal pretende involucrar de una forma distinta a las y los supervisores, destaco algunas cuestiones. Es clara la intensión de incidir en las acciones de las y los supervisores mas no de la función supervisora. Como que aquí no entran las otras figuras de asesoría. Por otra parte, es un reconocimiento tácito que las y los supervisores han sido un factor que poco han aportado si no es que han obstaculizado la autonomía profesional de los docentes. Uno de los aspectos que afectan sobremanera dicha autonomía lo representa la burocracia en sí misma. La tramitología excesiva a través del llenado de papeles y mas papeles, muchas veces sin ton ni son o sin ninguna razón pedagógica de por medio, que a las y los maestros distraen, desconcentran, ocupan sus esfuerzos en tareas insulsas y hacen perder foco en lo sustancial: el aprendizaje de las y los niños.

Por eso me parece loable que la autoridad educativa pretenda reorientar el trabajo de las y los supervisores hacia aquellas acciones administrativas que realmente fortalezcan las actividades pedagógicas. Y tal parece que la SEP se deslinda de la descarga administrativa. Se la atribuye a las y los supervisores como si ellos fueran los únicos en propiciar la burocracia. También les endilga a las y los supervisores, con la complacencia o complicidad de los Jefes de Sector y demás autoridades superiores, la responsabilidad del autoritarismo que impide a las y los profesores el ejercicio pleno de su autonomía profesional. Como si se mandaran solos o no tuvieran control sobre ellos. Las autoridades educativas federales ven la solución en el impulso de prácticas democráticas en la renovación de los Consejos Técnicos.

Otra de la asignaturas pendientes ha sido la puesta en marcha del SAAE. Ha quedado en un documento normativo que sirve para consulta aunque poco o nada de lo ahí establecido se aplique conforme a las orientaciones emitidas. Para comprobarlo, bastaría conocer la opinión de los directores escolares acerca de la operación del SAAE y cómo su escuela ha sido la beneficiaria de las acciones ahí consideradas. Ahora, con el impulso a la estrategia del Mejoredu, el SAAE se convierte en la piedra angular. Se transita pues de la función supervisora encauzada en asegurar el cumplimiento de los ordenamientos legales hacia la asesoría para la mejora de las prácticas docentes y directivas. Vigilar y dictar órdenes es insuficiente para instalar la Nueva Escuela Mexicana y concretar en las aulas la implementación de los planes y programas de estudio.

Carpe diem quam minimun credula postero

Facebook: SergioDunstan

Twitter: @SergioDunstan

[1] Video Avances y desafíos en la planeación didáctica y uso de LTG. Alfredo Chávez. Supervisor de Primaria. Disponible en: https://youtu. be/5fYGxeVtp-c

[2] Un libro sin recetas para la maestra y el maestro. Fase 5. Disponible en: https://libros. conaliteg.gob.mx/2023/P5LPM.htm

[3] Re-construir el acompañamiento del supervisor y asesor técnico pedagógico hacia el cambio curricular. (MEJOREDU, 2023, pp. 7-21). Disponible en: https://www.mejoredu.gob.mx/images/programa- formacion-docente/docenteseb/EB_reconstruir-if.pdf

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