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La desaparición de la Comipems en 2025: implicaciones y desafíos para la política educativa en México

ODEJ-Lab es un espacio de análisis y posicionamiento sobre el acontecer de la política educativa en México y en América Latina. Nuestro objetivo es fomentar debate crítico, producir conocimiento basado en información veraz y coadyuvar en la formulación de la política pública y estrategias político-pedagógicas enfocadas en el pleno ejercicio del derecho a la educación.*

Luis Antonio Mata Zúñiga / Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación, Ibero

La desaparición de la Comisión Metropolitana de Instituciones Públicas de Educación Media Superior (Comipems) en 2025 representa un cambio significativo en el panorama educativo del Valle de México. Durante décadas, el proceso de asignación/selección implementado por la Comipems se convirtió en la llave de acceso a la educación media superior, con importantes repercusiones en las trayectorias educativas de cientos de miles de jóvenes cada año. Es preciso analizar de manera crítica dicho cambio, considerando su impacto en la política educativa y en el ejercicio pleno del derecho a la educación en la Zona Metropolitana del Valle de México.

Desde su creación en 1996, la Comipems ha sido responsable de coordinar el ingreso a instituciones públicas de Educación Media Superior (EMS) en la ZMVM mediante un examen unificado entre las 20 instituciones participantes, a fin de garantizar una distribución más equitativa y eficiente de los aspirantes a las distintas opciones educativas, considerando la capacidad de cada una, así como las preferencias de los estudiantes. Cada año, alrededor de 300 000 jóvenes participaban en este proceso, el cual no sólo evaluaba conocimientos básicos, sino que también configuraba las trayectorias educativas futuras de los jóvenes participantes. 

Aunque el modelo de la Comipems ha sido criticado por su carácter meritocrático y excluyente, su desaparición plantea interrogantes sobre qué mecanismos sustituirán esta función y cómo se garantizará el acceso a la EMS en una región con alta demanda e importantes limitaciones estructurales. Esto, además, en el marco de una nueva recomposición del sistema de educación media en México, que marcará un antes y un después para entender este ciclo educativo dadas las implicaciones que se planean luego del comunicado de la presidenta Claudia Sheinbaum el pasado lunes 13 de enero, a través del Plan Integral del Sistema Nacional de Bachillerato de la Nueva Escuela Mexicana.

La eliminación de un esquema centralizado como el de la Comipems sin un esquema alternativo que contemple criterios integrales podría agravar la segmentación socioeconómica existente en el área metropolitana. Un posible mecanismo de asignación basado exclusivamente en la proximidad geográfica, como el código postal, corre el riesgo de condenar a los estudiantes a asistir a opciones educativas y planteles no deseados, que reflejan y refuerzan las desigualdades socioeconómicas de sus comunidades de origen. Este enfoque limita la posibilidad de que estudiantes de diferentes condiciones interactúen, convivan y aprendan juntos, lo que resulta fundamental para mejorar el aprendizaje de todos los actores escolares. Además, la mezcla de estudiantes de diferentes orígenes socioeconómicos no sólo enriquece el aprendizaje académico, sino que también fomenta valores como la colaboración, la empatía y la solidaridad, elementos clave para construir una sociedad más justa. Sin un modelo que promueva la diversidad y contemple estas interacciones, el sistema educativo corre el riesgo de profundizar las brechas sociales existentes y de perpetuar la exclusión de estudiantes de sectores vulnerables al concentrarlos en escuelas con menores recursos y oportunidades. 

Además, la desaparición de la Comisión sin una estrategia clara y bien planificada podría generar problemas de organización y planeación, especialmente en un contexto donde la necesidad de incrementar la matrícula, la permanencia y los aprendizajes resulta por demás apremiante. Para dar un dato de referencia, de acuerdo con el informe Principales Cifras del Sistema Educativo Nacional (2023-2024), sólo 6 de cada 10 estudiantes de entre 15 y 17 años forman parte de la tasa neta de escolarización, y la tasa de conclusión de los estudios es de 59% (SEP, 2024). El reto no sólo es garantizar el acceso, sino también asegurar que éste sea en el marco de una mejora educativa sustancial, con infraestructuras adecuadas, docentes capacitados, en condiciones laborales dignas y planes y programas de estudio pertinentes.

Impacto en la política educativa

La desaparición de la Comipems debe analizarse en el marco de las políticas públicas que buscan universalizar el acceso a la EMS, obligatoria desde la reforma constitucional de 2012. Si bien esta decisión puede interpretarse como un intento por eliminar barreras al acceso, también plantea riesgos significativos:

  1. Desorganización del sistema de asignación de espacios: la falta de un mecanismo centralizado podría derivar en la falta de coordinación entre las instituciones y mayor incertidumbre para los aspirantes, sobre todo si los bachilleratos de la UNAM no participarán de esta reorganización; recordemos que estos planteles representan la primera opción para más de 50% de los aspirantes a estudiar el bachillerato en el sistema público y sólo 2 de cada 10 ingresan a sus planteles. 
  2. Aumento de desigualdades: en ausencia de un sistema de asignación, podrían prevalecer prácticas discriminatorias o la selección basada en criterios arbitrarios, perjudicando a estudiantes de sectores vulnerables. Como es el caso de la asignación de opciones educativas y planteles basados únicamente en el código postal de los aspirantes, lo que reproduciría desigualdades de base afectando negativamente las trayectorias de miles de jóvenes.
  3. Débil planeación educativa: la eliminación de la Comipems no soluciona el problema estructural de la falta de oferta educativa atractiva. Para impulsar un nuevo esquema de ingreso al bachillerato incluyente, pertinente y con equidad educativa, primero se deberían garantizar las condiciones mínimas, tales como una infraestructura adecuada, condiciones laborales justas para sus docentes, y una correcta evaluación de los planes y programas de acuerdo con su pertinencia.
  4. Impacto en la calidad educativa: sin un sistema robusto que regule el ingreso poniendo por delante la equidad, que contemple las diferencias entre los aspirantes y que no imponga criterios de acceso arbitrarios, existe el riesgo de saturación en algunas instituciones, lo que podría comprometer la calidad de la educación.

Si bien es necesario replantear los modelos de ingreso que perpetúan desigualdades, la desaparición de la Comipems debe entenderse como parte de un proyecto integral de política pública que contemple diversas estrategias. Es fundamental ampliar la infraestructura educativa mediante la creación de más planteles, especialmente en aquellas zonas con alta demanda, sin descuidar las zonas pequeñas y de difícil acceso, para garantizar el derecho a la educación sin comprometer la calidad educativa. Asimismo, resulta prioritario rediseñar los criterios de admisión, de modo que se considere un modelo que combine sí la proximidad geográfica, pero también la capacidad instalada de las instituciones, las diferencias en la composición social de los actores escolares y las preferencias de los estudiantes, lo que permitiría una distribución más inclusiva y justa de los espacios educativos.

Por otro lado, el fortalecimiento de la educación básica es esencial para abordar las desigualdades desde las primeras etapas del sistema educativo, asegurando que los estudiantes cuenten con mejores oportunidades para ingresar a la educación media superior. Además, es imprescindible implementar mecanismos de evaluación continua que permitan monitorear el sistema educativo, identificar áreas de mejora en los procesos de asignación para garantizar la calidad de la educación ofrecida en todos los niveles. Estas acciones conjuntas son necesarias para construir un sistema más equitativo y efectivo que responda a las demandas actuales.

La desaparición de la Comipems abre un espacio para repensar la política educativa en México, pero también exige un debate informado y participativo que involucre a todos los actores relevantes: estudiantes, docentes, familias, autoridades educativas y expertos en el tema. Este cambio expone la necesidad de implementar estrategias claras y efectivas que eviten la falta de organización y desigualdades. Algunas preguntas que debemos hacernos son: ¿la desaparición de la Comipems realmente contribuye al cumplimiento del derecho a la educación en el nivel medio superior?, ¿qué mecanismos podrían garantizar un acceso equitativo y de calidad en un sistema sin esta Comisión?, ¿qué papel deben jugar las instituciones educativas, docentes, estudiantes y familias en este proceso de cambio?, y ¿hacia dónde debe dirigirse la política educativa para lograr una verdadera inclusión en la educación media que no contemple sólo el incremento de matrícula?

Es fundamental que las decisiones en materia educativa estén basadas en datos objetivos, estudios de impacto y experiencias internacionales que puedan enriquecer el diseño de estrategias adecuadas. 

Referencias

SEP (2024). Principales Cifras del Sistema Educativo Nacional (2023-2024). SEP. https://www.planeacion.sep.gob.mx/Doc/estadistica_e_indicadores/principales_cifras/principales_cifras_2023_2024_bolsillo.pdf

* Consejo editorial integrado por: Ibero-Ciudad de México (Alejandra Luna Guzmán, Luis Antonio Mata Zúñiga, María Mercedes Ruiz Muñoz, Silvia Schmelkes del Valle y Marisol Silva Laya); Ibero-Puebla (Laura Bárcenas Pozos e Itzel López Nájera); Ibero-Torreón (Eiko Gavaldón Oseki); ITESO (Juan Carlos Silas Casillas). 

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