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El ciclo escolar 2022-2023 inició con retos mayores, cambios en la SEP y con la propuesta de nuevo plan de estudios para la educación básica

María Mercedes Ruiz Muñoz

Arcelia Martínez Bordón

Alejandra Luna Guzmán

Seminario de Política Educativa Faro-ODEJ. Departamento de Educación. Universidad Iberoamericana Ciudad de México

En septiembre pasado, en el marco del Seminario de Política Educativa Faro-ODEJ, tuvimos la oportunidad de reflexionar sobre el inicio del ciclo escolar 2022-2023, marcado por nuevos retos, a raíz de la pandemia por covid-19, y por cambios importantes, como el de la titularidad de la Secretaría de Educación Pública y el planteamiento de un nuevo Plan de estudios para la educación básica. En la conversación, moderada por Mercedes Ruiz Muñoz, del Departamento de Educación de la Universidad Iberoamericana, participaron Roberto Rodríguez Gómez, del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, Juan Carlos Yáñez, de la Universidad de Colima, y Arcelia Martínez Bordón, integrante también del Departamento de Educación de la Ibero.

A lo largo de la décima sesión del seminario de política, que cumplió ya un año de vida, convocando a la discusión de temas de coyuntura en materia de política educativa, los especialistas señalaron que el regreso presencial generalizado a clases se daba sin un diagnóstico claro que permitiera dar cuenta de la situación de las instituciones escolares y de cómo se estaban reinsertando las niñas, niños, adolescentes y jóvenes después de un encierro de casi dos años. En el seminario se comentó que entre las preocupaciones más apremiantes están la pérdida de los aprendizajes escolares -sin una estimación clara de su magnitud por parte de la autoridad educativa- y la situación emocional en la que regresan estudiantes y profesores, así como la desvinculación de miles de estudiantes de la escuela.

En el seminario también se comentó que el inicio del ciclo escolar, además, también llegó con el cambio de la titular de la Secretaría de Educación, Leticia Ramírez Amaya, de quien se cuestionó su perfil para ocupar el cargo, en virtud de su cercanía con el presidente Andrés Manuel López Obrador y su distanciamiento del sector por más de veinte años. Se discutió que el cambio de Secretaria no parecía anticipar el tan necesario giro en el rumbo y toma de decisiones para resolver la crisis del sistema, sino más bien continuidad con lo ya establecido; ello en virtud de que el cambio obedeció a la participación de la anterior secretaria, Delfina Gómez, en la contienda por la gubernatura del Estado de México.

Un tercer punto que se abordó en el seminario fue la propuesta de un nuevo plan de estudios para su implementación en el ciclo escolar 2023-2024, que se tenía contemplado comenzar a pilotear para octubre de este año -lo cual no ocurrió luego del amparo interpuesto por la asociación Educación con Rumbo.[1] Además de conversar sobre la poca pertinencia del plan, cuando otros temas deberían ocupar la agenda -por ejemplo, el resolver la crisis de aprendizajes- se comentó que había retos para la comunicación de la propuesta a las y los docentes, dada la complejidad epistemológica de sus fundamentos decoloniales. Se señaló, de hecho, que dicho documento no podía considerarse aún como un modelo educativo ni como un plan de estudios, en tanto este no cuenta aún con una malla ni con contenidos curriculares para instrumentarse o implementarse.

Al final del seminario se destacó el gran vacío de información de carácter sólido para fundamentar el rumbo de la educación. Se cuestionó que a dos años de que concluya la actual administración, una vez más, como ocurrió en el sexenio anterior, se pretenda realizar un cambio -en referencia al nuevo plan de estudios- que por sus características y alcances requeriría un mayor aliento. Estos cambios apresurados y a destiempo, destacó Roberto Rodríguez, son casi ya un lugar común en todas las administraciones de cualquier color y partido.

Entonces, sí, el ciclo escolar arrancó con cambios y muchas incertidumbres… Ante una coyuntura como la que atraviesa el país en materia educativa, qué tendríamos que hacer. ¿Es pertinente arrancar un nuevo plan de estudios en el último año de la administración de gobierno? ¿Es bueno o malo que se haya suspendido el pilotaje del nuevo plan de estudios? ¿Qué piensan las y los docentes? Ante la ausencia de una entidad como el INEE -responsable en su momento de la evaluación educativa del sistema, ¿quién debe generar la información que se requiere para hacer un buen diagnóstico del sector y tomar mejores decisiones? ¿Les corresponde a los estados, a la academia? ¿Qué papel le corresponde en todo esto a la ciudadanía?


[1] Para octubre de 2022, este pilotaje fue suspendido provisionalmente por orden del juzgado del VI Distrito en Materia Administrativa de la Ciudad de México por considerarlo inconstitucional ante la denuncia de la asociación Educación con Rumbo asentado en el expediente 1457/2022 (https://politica.expansion.mx/mexico/2022/10/03/juez-suspende-plan-piloto-educativo-y-la-sep-anuncia-que-presentara-accion-legal).

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