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Difundir, divulgar o diseminar la investigación

Si la intención es comunicar no debemos desaprovechar espacios para promover la reflexión crítica.

Hay una premisa para los investigadores: “investigación que no se difunde, no existe”; de ahí la necesidad de la comunicación científica a través de diversas actividades como los artículos, las ponencias, los carteles, los paneles, conversatorios etc. Todos tenemos en mente que hay que publicar nuestras investigaciones en revistas científicas para que sea conocida y reconocida por la comunidad, sus resultados sean discutidos y su contribución forme parte del conocimiento universal.

Sin embargo, muchos consideramos que eso no es suficiente. El 21 de octubre se llevó a cabo el XX Foro del Campo Estratégico de Acción en Modelos y Políticas Educativas y el X Coloquio de Investigación Educativa “Comunicar la investigación educativa: Cómo y para qué” en la Universidad Iberoamericana de Puebla.

En el panel “Entre la Difusión y la Divulgación” participaron Leticia Gaeta González, investigadora de la Facultad de Educación de la UPAEP; Alejandra Luna Guzmán, gestora Editorial de Revistas Académicas arbitradas del Departamento de Educación de la Ibero CDMX y Erick Juárez Pineda, director Editorial de Educación Futura y director de la Revista Aula.

Lety Gaeta puso en la mesa para la discusión, si lo que se requería era difundir haciendo que la investigación y el conocimiento producido llegue a muchas personas a través de revistas especializadas o en espacios académicos o divulgar, para que el conocimiento generado llegue a mayor cantidad de público o diseminar, para que se extienda y se esparza generando semillas de conocimientos. Porque si lo que pretendemos es generar sinergias, redes de colaboración y abrir espacios para generar ciencia, entonces las tres en conjunto y de manera paralela, hay que realizar.

Ale Luna partió de que lo que no se difunde no se conoce y argumentó que de alguna manera el difundir, divulgar y diseminar tienen como propósito final comunicar el conocimiento, lo que puede hacerse desde diferentes medios: el visual, vivencial, textual, auditivo entre algunos, buscando establecer redes de colaboración promoviendo espacios de participación.

Por su parte, Erick Juárez habló sobre el periodismo educativo que busca incidir en la toma de decisiones “de manera tan clara que hasta el político lo entienda”. El periodismo se convierte así en una herramienta que permite otras miradas, otros aterrizajes, que buscando colocarse en la primera fila del escenario mostrando diversas realidades, promoviendo el andar educativo abriendo espacios hospitalarios, interpelando la realidad, interpretando y estudiando, democratizando la difusión, divulgando y diseminando las distintas realidades que hay dentro del quehacer educativo.

Es un hecho que la ciencia que transmite mejor sus resultados es la más útil porque los comunica, de ahí que su importancia estriba en que contribuye a la construcción colectiva del conocimiento ya que  se desmitifica el misterio de publicar, se estimula la autocrítica y se incrementa la autoestima, se genera nuevas habilidades que pueden ser transferidas a la práctica profesional, se fomenta la educación continua porque se convierte en una herramienta que facilita la continuidad en los procesos educativos, pero de fondo,  lo más importante a lograr es que, como lo escribió Latapí en el 2005, incorpore  un esfuerzo de clarificación que no sólo  acompañe sino en parte también, ayude a determinar las formas que adopte. 

Este panel me recordó lo que hacíamos en Observatorio Ciudadano de la Educación, cuyo objetivo fue el de abrir un espacio social para el análisis y discusión de las políticas públicas, sensibilizar a la sociedad sobre aspectos problemáticos que afectan a la educación del país y dar cauce a las demandas educativas de los sectores que no reciben la atención que merecen, para lo cual se hacían los comunicados y diversas publicaciones en diversos formatos y alcances así como una  publicación cada quince días en el periódico La Jornada Sin pretender representar a la totalidad de la sociedad, el Observatorio se fue consolidando  como un nuevo sujeto en el debate sobre temas educativos, integrado fundamentalmente por investigadores que actúan en cuanto ciudadanos (Latapí, 2005, p.9).

Si bien, la publicación en revistas especializadas, capítulos de libros, ponencias y otras actividades que realizamos los investigadores es importante, pienso que, si la intención es comunicar, ya sea difundiendo, divulgando o diseminando no debemos desaprovechar los espacios donde podemos promover la reflexión crítica sobre resultados de investigación, pero también observando y señalando realidades educativas y sociales que son necesarias mirar desde diferentes escenarios

Es algo así como construir comunalidad, partiendo de la idea de que es un concepto vivencial que permite la comprensión integral, total, natural y común de hacer la vida, buscando en ella la forma de cómo vamos adquiriendo e integrando el conocimiento re- andando, para así dar mayor claridad a nuestros conceptos y que puedan reflejar con mayor nitidez lo que somossentimos y pensamos (Martínez, 2015).

Referencias

Martínez Luna, J., (2015). Conocimiento y comunalidad. Bajo el Volcán, 15 (23),99-112. [fecha de Consulta 25 de octubre de 2022]. ISSN: 8170-5642. Recuperado de:
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=28643473006

Latapí Sarre, P. (2005). La participación de la sociedad en la definición de políticas públicas de educación: el caso de Observatorio Ciudadano de la Educación Perfiles Educativos, vol. XXVII, núm. 107, enero-marzo, pp. 7-39.

Publicada originalmente en e-consulta: https://cutt.ly/5NjWstG

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