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Cuarta sesión del CTE: entre aciertos y desaciertos.

¿Cómo desmontar un modelo que durante tres décadas se introdujo hasta los huesos del Sistema Educativo Mexicano? Fue una de los cuestionamientos que formulé en un texto que escribí en marzo del año pasado. Dicho cuestionamiento surgió por lo que pudimos observar, escuchar o conocer en las distintas Asambleas que la Secretaría de Educación Pública (SEP) organizó con la intención de analizar el Plan de Estudios 2022 mediante las distintas voces que participaron a lo largo y ancho de la República Mexicana.

En tal texto subrayaba que, durante el desarrollo de esas Asambleas, era evidente que muchos de los participantes, en sus intervenciones, expresaban diversos conceptos relacionados con el enfoque basado en competencias o en el competencial, aprendizajes esperados, campos de formación, técnicas e instrumentos de evaluación, etcétera, para referirse al contenido que veían en lo que se conoció con el nombre “Marco curricular 2022”, lo cual me llevo a formular la pregunta con el que inicié estas líneas, misma que retomé con la finalidad de proponer un breve análisis de lo que los colectivos docentes realizarán el próximo 24 febrero, en el Consejo Técnico Escolar (CTE). Veamos.

En el CTE del próximo 24 de febrero, los docentes (de manera específica los que se encuentran en educación inicial, preescolar, primaria, telesecundaria y Centros de Atención Múltiple) realizarán las siguientes actividades: 1. Analizar el sentido y alcances de los ejes articuladores en el marco del Plan de Estudio 2022; 2. Revisar, analizar y reflexionar cómo están presentes los ejes articuladores en el programa analítico esbozado en el anterior taller intensivo de formación continua para docentes; 3. Analizar y discutir las características de una práctica docente que integre los ejes articuladores (SEP, 2023).

Para ello, y con el propósito de continuar la construcción del programa analítico, se pretende que las maestras y maestros, profundicen sobre el campo formativo Lenguajes, su descripción y finalidades, así como las especificidades, los contenidos y los procesos de desarrollo de aprendizaje para la fase que corresponda (SEP, 2023). Y, como apoyo para esta encomienda, la SEP, en la página electrónica habilitada para este propósito, colocó una serie de recursos e insumos tales como el Plan de Estudios 2022, los Avances de los Programas Sintéticos de la fase 1 a la 6, y una cantidad importante de videos que, en principio, presentan de manera general el campo formativo Lenguajes para, después, de acuerdo con cada una de las fases, sus especificidades.

Hasta aquí, me parece bastante pertinente la organización que, como se sabe, la SEP dio a conocer en los pasados CTE. También me parece bastante pertinente, que el profesorado cuente, en tiempo y forma, con los materiales para el desarrollo de las actividades, así como el que se siga considerando al diálogo e intercambio de experiencias profesionales en torno al propio quehacer educativo en las escuelas en las que se encuentran prestando sus servicios profesionales. De hecho, dicho diálogo, así como el que hayan sido modificadas las Guías a Orientaciones, como ya lo he mencionado y sostenido, me ha parecido un acierto por parte de esta Dependencia. En fin.

Lo anterior me permite señalar que, una vez que leí las Orientaciones para esta sesión del CTE, pude observar un lenguaje más cercano al docente, es decir, la redacción que se está empleando en las mismas, pienso, favorece la comprensión de las actividades que las maestras y maestros deben realizar, sin que ello signifique, como he dicho en reiteradas ocasiones, que solamente se les conciba como “operadores” de los planes de estudio que la SEP busca implementar en un momento determinado. Desde mi perspectiva, las preguntas detonadoras pueden facilitar ese proceso de diálogo, pero también, el que se marquen los momentos en que deberán ser analizados y dialogados los temas que se proponen. Imagino que, en la SEP, se han integrado nuevas figuras que, progresivamente, han dado un giro importante a estos documentos, menos acartonados y menos de escritorio, y más considerando a los profesionales de la educación que las llegan a tener en sus manos.

Preocupa que se considere y/o generalice, que los colectivos docentes para estos días cuenten con el primer esbozo del programa analítico porque, como se sabe, cada uno lleva su propio ritmo de trabajo, pero, lo que más inquieta, es que no haya un proceso de retroalimentación de lo que las maestras y maestros hayan construido en las pasadas sesiones de los CTE. Es decir, ¿quién o quiénes están asumiendo o han asumido la responsabilidad de retroalimentar los avances de los programas analíticos que se han o hayan elaborado? O, si se han retroalimentado, ¿con qué fundamentos se ha hecho y cuál ha sido el resultado? Cierto, tengo claro que este proceso no tiene la intención de homogeneizar los programas analíticos porque su conformación se realiza a partir de lo que el profesorado va construyendo en razón de la diversidad que existe entre docentes, grupos, escuelas, zonas, regiones, etcétera; sin embargo, también es cierto que, en todo proceso de construcción, la retroalimentación es importante para la consolidación, ya sea de los aprendizajes, planes, proyectos, entre otros.

En este sentido, desde luego que se agradece la confianza que la SEP deposita en el magisterio, pero no imagino a un maestro o maestra que pida a sus alumnos realicen una actividad para la siguiente clase sin que ésta no sea retomada o retroalimentada para analizar su contenido y, en su caso, sugerir algunas ideas o bien, para la toma de decisiones en torno a los aprendizajes de sus niños. Ojo, no estoy señalando que la autonomía profesional tan demandada en los últimos años o décadas por el magisterio no sea importante y necesaria en este proceso, sobre todo cuando refiero que haría falta una retroalimentación sobre la construcción del programa analítico, por el contrario, pienso que esa autonomía se logra en la medida en que se fortalecen las bases de una formación continua que, en los últimos años o décadas, los gobiernos – incluyendo el actual – las han desdeñado.

No hay que olvidar que el profesorado, hoy día, sigue considerando el plan de estudio 2011 o 2017 para el desarrollo de sus actividades en sus respectivos grupos y, éstos, como es conocido, partían de lo que debía aprender el estudiante para conocer la realidad de la comunidad, contexto, región, país, etc., sin embargo, en el plan 2022, se parte de esa realidad para la generación de los aprendizajes a partir de los contenidos, campos formativos, ejes articuladores, etc. Una cuestión que tal vez sea sencilla de escribir, pero compleja de observar en los hechos cuando, como al inicio de este texto lo mencionaba, el sistema educativo, particularmente, sus planes de estudio, han girado en torno a las competencias o bajo el enfoque competencial que está vigente – y todavía lo estará por varios años – y, por tanto, el lenguaje que aún se mantiene, dado el conocimiento por su empleo en varios años, es de esos enfoques.

Pienso que la SEP no le ha dado el valor que merece la formación continua en este proceso y en estos momentos; de hecho, poco se sabe de un proyecto que permita acompañar el tránsito que está ocurriendo en educación básica, no solo para la implementación del Plan de Estudio 2022. También pienso, que sin esta formación por más buena que pueda ser una propuesta curricular, difícilmente encontrará el sentido que se busca afianzar en las escuelas y en las aulas, por más que se incluyan videos en los que participan maestras y maestros participantes en el diseño de los campos formativos.

¿Hasta cuándo la SEP hará algo para que las maestras y maestros tengan un programa de formación que responda a sus necesidades profesionales y no solo para la aplicación de un plan de estudios? Y es que, si hablamos de formación, más no de capacitación, es obvio que no son suficientes 13 sesiones en las que los colectivos dialogarán en torno a dicho plan de estudio, sobre todo, cuando estamos hablando de que esta propuesta curricular habrá de implementarse en el presente año o… ¿ya se tendrá contemplado un amplio programa de formación continua para los docentes que tendrán la enorme responsabilidad de comenzar el ciclo escolar con el plan 2022?

Al tiempo.

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