Mily Wu G. – Traductora inglés-español. Departamento de Educación. Universidad de La Frontera, Chile
Guillermo Williamson C. – Director Líneas de Educación Rural y Educación Intercultural. Departamento de Educación. Universidad de La Frontera, Chile
El contexto actual exige nuevos mediadores lingüísticos entre culturas
Las enormes y a veces imprevisibles transformaciones económicas, climáticas, políticas y sociales que vive el mundo han ido generando graves consecuencias para la humanidad, pero también han abierto nuevas posibilidades de encuentro y cooperación entre distintos pueblos indígenas de diversos territorios y continentes. El desarrollo de la ciencia y la tecnología ha abierto nuevas formas de navegar los océanos y cielos para conectar pueblos productores de cultura, lenguas, cosmovisiones en diversos bordes de los océanos y tierras interiores. Las distintas formas de colonización, de dominación, de autoritarismo, de potencias, clases, etnias, Estados sobre las comunidades ancestrales de los últimos 500 años, no han logrado penetrar absolutamente a todas las comunidades originarias habitantes de diversos territorios rurales del mundo: muchas resisten de maneras diversas a esas antiguas y nuevas formas de dominación. Los golpes culturales y lingüísticos han sido, sin duda alguna, graves, destructivas y, en algunos casos, mortales.
Sin embargo, la naturaleza, las montañas, islas, campos, selvas y litorales han constituido refugios de existencia, sobrevivencia, resistencia y hoy de revitalización cultural y lingüística: desde lo profundo de los territorios rurales empieza a emerger un colectivo de comunidades y de personas con identidad asumida, en varios casos con lenguas propias de uso común, en otros de reconstrucción lingüística, en búsqueda de encontrarse o reencontrarse con otros pueblos o comunidades con quienes compartir esta nueva condición de existencia colectiva, en una milenaria historia de asentamiento en las tierras que les fueron usurpadas o desde la que levantan hoy sus voces y espiritualidades. En este sentido, la educación y las escuelas rurales empiezan a jugar un papel que no está predefinido, que es tensionado por lenguas diversas en conflicto y complementación, que enfrentan cosmovisiones y, a veces incluso cosmogonías, que buscan articular, de formas experimentales en algunos casos, el curriculum oficial con el territorial local, la lengua dominante con la indígena excluida.
En esa dirección diversos pueblos, identidades y nacionalidades ancestrales buscan a sus iguales para fortalecerse políticamente, pero también para aprender en el contexto de la globalización, de avances científicos y tecnológicos, de nuevas ruralidades que se expanden por el calentamiento global, el avance agroindustrial y el extractivismo neoliberal. En ese contexto, las universidades próximas a territorios de vida de las comunidades ancestrales pueden y deben jugar un papel potenciador de ese encuentro o reencuentro.
Con esa finalidad de articular a pueblos y comunidades a escala universitaria y de comunidades indígenas locales y rurales, desde hace 8 años hemos establecido un vínculo entre la Universidad de La Frontera, Chile y la Universidad de Wananga o Aotearoa, Nueva Zelandia, a través de proyectos de educación rural y de educación intercultural, para gestionar tiempos/espacios/diálogos pedagógicos, sociales y culturales entre estudiantes, docentes, dirigentes, autoridades ancestrales, maoris y mapuche, entre las lenguas maorí y mapuzungun. En este proceso, que se organiza en una perspectiva de internacionalización, hay muchos aprendizajes y temas relevantes a estudiar, reflexionar y profundizar.
En los contextos actuales emerge con relevancia inusitada la traducción y la interpretación de las conversaciones entre autoridades ancestrales, miembros de comunidades, profesionales que hablan dos lenguas originarias diferentes y deben utilizar una o dos lenguas mediadoras más para entenderse. No es algo nuevo en la historia de los contactos entre pueblos, pero es un desafío en el mundo actual, donde imperan traductores digitales y domina la visión racional del saber, el positivismo como fundamento de la formación de las profesiones, el conductismo hegemónico en la enseñanza escolar, el posicionamiento del habla como el de la ciudad, donde los silencios indígenas ancestrales se rompen sólo ante quienes pueden escucharlos, pues se quiere que sea así.
Hemos generado múltiples encuentros entre lonkos, kimches, profesionales, comuneros del pueblo mapuche que, en general, viven en zonas rurales con miembros del pueblo Maorí de Nueva Zelandia, en el territorio de La Araucanía, Chile. Conversaciones en rukas, escuelas interculturales en contexto mapuche, a la orilla del Océano Pacífico o en valles interiores, en que se transita del maorí al inglés, de éste al español y luego al mapuzungun para volver a conversar, en sentido inverso, por la misma ruta. En el contexto actual de formalización de las lenguas, producto de los traductores digitales, de la enseñanza de lenguas en las escuelas y universidades, muchas veces alejadas de sus ejercicios en la vida real de las familias, comunidades, escuelas y territorios, especialmente rurales (donde se preserva el núcleo basal de las lenguas y culturas), la traducción e interpretación juega un papel crítico, central y determinante en la comunicación, valoración y producción de saberes: en la unidad mundial de los pueblos indígenas para vivir, resistir, reconstruirse y desarrollarse.
La traducción e interpretación: una necesidad y una tarea cultural, política, técnica y ética
Los traductores median entre culturas con el objetivo de vencer las dificultades en el camino que lleva a la transferencia del significado.
La traducción e interpretación en contextos multilingües que involucran lenguas como inglés, español, maorí y mapuzungun presentan desafíos profundos que van más allá de la simple transferencia de significados entre sistemas lingüísticos. En particular, las cuestiones espirituales revelan la complejidad cultural y filosófica que subyace en cada lengua, destacando la necesidad de entender la cosmovisión específica de cada comunidad para poder transmitir los mensajes con fidelidad.
Se trata de alcanzar algunos principios fundamentales para la comprensión de la traducción e interpretación como procesos políticos, técnicos y éticos, que no impliquen manipulación, falsedad o errores graves que traicionen la confianza que requiere la comunicación entre varios sujetos, personas o colectivos, y que se le otorga al traductor o intérprete.
1. Lengua como portadora de cosmovisión
Cada lengua encarna una visión única del mundo, especialmente en las tradiciones orales de los pueblos indígenas como los maoríes y el pueblo mapuche. Palabras o conceptos espirituales, como wairua (alma, espíritu), en maorí, o küme mongen (vida buena o plena), en mapuzungun, no siempre encuentran equivalentes directos en inglés o español. Estos conceptos suelen expresar relaciones íntimas entre la comunidad, la naturaleza y lo sagrado, y una traducción literal puede empobrecer o distorsionar su significado.
2. Interpretación más allá de las palabras
En el contexto espiritual el lenguaje no es sólo una herramienta comunicativa, sino también una vía de conexión con lo trascendente. Las ceremonias, cantos y rituales implican una dimensión performativa que no puede reducirse a un discurso racional. Por lo tanto, el rol del traductor o intérprete no es simplemente transmitir palabras, sino capturar el sentido emocional y espiritual de los mensajes. Esto exige una escucha atenta y, muchas veces, un conocimiento profundo de las prácticas culturales y espirituales involucradas.
3. El riesgo de la pérdida en la traducción
El proceso de traducción e interpretación, en especial entre lenguas con trayectorias históricas muy distintas, como el inglés o el español, por un lado, y el maorí o mapuzungun por otro, siempre implica un cierto grado de pérdida. Las lenguas indígenas tienden a ser más holísticas e integran dimensiones emocionales, espirituales y ecológicas en sus expresiones. Por el contrario, las lenguas occidentales pueden fragmentar esas dimensiones, al privilegiar la racionalidad y la precisión semántica.
4. La ética del intérprete y traductor en contextos espirituales
Trabajar con traducción e interpretación en entornos espirituales también plantea un reto ético. El traductor debe ser consciente de su posicionamiento cultural y evitar imponer interpretaciones ajenas a la cosmovisión original del hablante. En este sentido, se vuelve fundamental que los intérpretes actúen como mediadores interculturales y que reconozcan la riqueza de cada lengua, facilitando espacios de comprensión mutua sin violentar las perspectivas originarias.
Conclusión
La escuela rural en territorios indígenas e interculturales y de pluralismo lingüístico es un espacio/tiempo histórico de construcción de la cultura, donde no sólo se encuentra expresada y se enseña la memoria ancestral de los pueblos que se interrelacionan, o donde se impone la de la cultura o nación dominante, en las condiciones que sean, sino que también es un territorio de aprendizaje intercultural en el que dialogan espiritualidades que, para realizarse, requieren comprensiones profundas enraizadas en las memorias más íntimas, colectivas y personales que deben ser accesibles para los dialogantes.
Ese diálogo no es sólo formal, no es sólo de traducción literal o digital de alguna plataforma virtual, sino que es un encuentro oral entre palabras, significantes que expresan en sus raíces los minerales de las espiritualidades que conforman sus identidades. La traducción e interpretación, en las condiciones señaladas aquí, es un acto telúrico de sentidos integrados que se expresan en el mismo acto de habla, el hoy histórico, el ayer ancestral y, en algunos casos, no en todos, el futuro soñado.
La traducción e interpretación en procesos de conversación entre el inglés, español, maorí y mapuzungun, especialmente en cuestiones espirituales, exige un enfoque que trascienda las palabras. Implica un diálogo profundo entre cosmovisiones, donde el traductor o intérprete no sólo debe ser competente en lo lingüístico, sino también sensible cultural y espiritualmente. En estos espacios, el éxito de la comunicación no depende tanto de la exactitud de las palabras como de la capacidad de transmitir la esencia del mensaje, respetando las múltiples formas de entender y relacionarse con el mundo.
Referencias
Williamson C., G., Rosales-Anderson, N., y Wu G., M. (2024). Cooperación internacional interuniversitaria intercultural e indígena (IIII), desde los territorios Maori y Wallmapu en los bordes del Pacífico (2024). Congreso CIEDS+RIEDI, Universidad Católica de Chile y VI Congreso RIEDI, Villarrica, Chile.
Agradecimiento.
Proyecto de Investigación. Educación en los Territorios Rurales de Chile: Un panorama actual descriptivo-analítico (2022-2024). Universidad de La Frontera. DIUFRO DI22-0031.
* ODEJ-Lab es un espacio de análisis y posicionamiento sobre el acontecer de la política educativa en México y en América Latina. Nuestro objetivo es fomentar debate crítico, producir conocimiento basado en información veraz y coadyuvar en la formulación de la política pública y estrategias político-pedagógicas enfocadas en el pleno ejercicio del derecho a la educación. El Consejo editorial está integrado por: Alejandra Luna Guzmán, Luis Antonio Mata Zúñiga, María Mercedes Ruiz Muñoz, Silvia Schmelkes del Valle y Marisol Silva Laya (Ibero-Ciudad de México); Lorena Yazmín García Mendoza e Itzel López Nájera (Ibero-Puebla); Eiko Gavaldón Oseki (Ibero-Torreón); Juan Carlos Silas Casillas (ITESO).