En las habituales conferencias de prensa del Presidente, sus palabras han demostrado que pueden llegar a convertirse en políticas públicas. ¿Podría sucedes ahora que habla de la UNAM y los abogados?
La pregunta no era sobre la licenciatura en derecho en México ni sobre la UNAM. No obstante, el Presidente López Obrador, en su respuesta, delimitó lo que sobra y lo que falta en ambos casos. La situación es diferente a lo que mencionó hace un par de años sobre los médicos, pero podría derivarse algo parecido.
El pasado 8 de marzo, el Día internacional de la mujer, en el escenario de la habitual conferencia de prensa del Presidente López Obrador, cuando ya estaba por concluir, el ejecutivo federal dio espacio a una última pregunta de una mujer. Intervino Janeth Galindo, de Grupo Transmedia La Chispa.
La reportera dijo: “¿Cuál sería el legado que le deja a las mujeres en nivel… el legado político?” y enseguida, entre la búsqueda de una confirmación del Presidente y algo parecido a una interrogación, añadió que ha trascendido que será una mujer la que encabezará al grupo de conductores del Tren Maya y finalizó con un “Y si México está preparado para una presidenta”.
El ejecutivo federal, como también es usual, aunque ya estaba al límite de tiempo, se la tomó con calma y respondió que México sí está preparado para la democracia, confirmó que será una mujer la que conducirá el primer Tren Maya y reiteró que las mujeres seguirán siendo mayoría en su gobierno.
Y para finalizar, sin venir al caso, dijo el Presidente: “Vámonos al fondo de los problemas, vámonos a lo estructural, hablábamos del Poder Judicial, de lo difícil que es la reforma, porque no es nada más tener jueces íntegros, honestos, incorruptibles, magistrados, ministros; es también cómo se forman en las escuelas de derecho los abogados, cómo los forman” (versión estenográfica. 08.03.2023).
Todavía no quedaba claro cuál era ese fondo del problema, así que López Obrador añadió: “Imagínense, en el periodo neoliberal prácticamente desapareció el derecho constitucional, desapareció el derecho laboral, sin duda desapareció el derecho agrario” Él mismo se preguntó: “¿qué predominó? y también se respondió de forma contundente: “El derecho fiscal, penal”.
La referencia seguía sin estar clara, así que el Presidente nuevamente preguntó: “¿Ustedes creen que en una escuela como en el ITAM les enseñaban o les enseñan sobre derecho público, sobre la importancia que tiene el mantener instituciones públicas, sobre la importancia de defender el derecho de los trabajadores, sobre la importancia de los sindicatos, sobre la importancia de los derechos sociales, de la defensa de la tierra, de la defensa del ejido?”
Y volvió a responder él mismo: “No. Hay que revisar esos planes de estudios, porque alejaron a los estudiantes de las preocupaciones, de las demandas, de las necesidades del pueblo, y los formaron sólo para defender los intereses de las cúpulas”.
De ahí siguió, otra vez sin venir al caso, la referencia a la UNAM. Porque el ejecutivo federal mencionó que el anterior director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM –se refería a Pedro Salazar–, estudió en el ITAM y en el extranjero, pero no se formó en la UNAM y, sin embargo, ocupó la titularidad de uno de sus institutos.
Ya en la misma vía, el Presidente sumó a la actual directora del mismo Instituto –ahora se refería a Mónica Gónzalez. Así que, añadió López Obrador, “estamos hablando de dos periodos consecutivos” de un Instituto de la UNAM. Y finalizó con tono irónico: “¿Dónde quedaron los alumnos de Carpizo?”
Quizás las referencias del Presidente, para algunos de los asistentes a la conferencia, no tenían mucho sentido. Así que, a pesar de que ya estaba apurado por el tiempo, aclaró: “Lo hago para llamar la atención sobre cómo tiene que llevarse a cabo una reforma en el Poder Judicial, pero también se trata de ir reformando nuestra alma mater”.
La conferencia casi concluye, pero alguien mencionó la autonomía de la UNAM y el Presidente, cuando estaba por marcharse, rápidamente reviró: “¿entonces no puedo hablar yo de la UNAM?” Y una vez más se responde a sí mismo: “No, claro que puedo hablar de la UNAM y puedo hablar de cualquier universidad. O sea, somos libres”. Ahí acabó la conferencia.
En fin, aunque solamente es el fragmento final de una conferencia de prensa del Presidente, ilustra la cotidianidad de sus encuentros con la prensa, salvo días excepcionales como el de la participación de Nayeli Roldán el pasado 10 de marzo.
Tal vez lo de menos es que el propio Presidente se interroga y se responde a sí mismo o su manejo de la agenda de temas, o bien, sus decisiones sobre quién entra y puede o no preguntar en sus conferencias. Quizás de mayor importancia es que las palabras del Presidente son los verdaderos programas sectoriales de su administración; son instrucciones para su gabinete.
Las palabras del Presidente se convierten en políticas públicas. El caso de los médicos es un ejemplo, porque en 2019 dijo que visitó hospitales y hacían falta médicos, así que habría un censo para precisar cuántos se necesitaban. Primero dijeron que hacían falta médicos generales, luego que más bien especialistas. Ni entonces ni ahora se presentó ningún censo ni diagnóstico, pero se mencionaron distintas cifras que llevaron a la conclusión de médicos faltantes.
Así que la instrucción fue poner en marcha, en nuevas instituciones, carreras de medicina con una orientación específica. A la par, fueron contratados profesionales de medicina de Cuba y un volumen de becas del Conacyt fueron canalizadas para estudios de posgrado en el extranjero a determinadas especialidades y solamente en ciertos países.
Las iniciativas sobre los médicos se cruzaron con la desaparición del Seguro Popular, la instauración del Insabi y la crisis de la pandemia del coronavirus, aunque públicamente, salvo lo que decía el Presidente en sus conferencias, nunca se presentaron los datos que justificaran las decisiones.
La situación es distinta con el tema de los abogados, pero también forma parte de un sistema de interés público y de múltiples instituciones educativas. Por ejemplo, la abogacía es la profesión clave en la procuración de justicia, en la organización del poder judicial y en el subsistema de educación superior. También es la especialidad que está en las aspiraciones de cientos de miles de jóvenes y es la carrera con mayor matrícula en el sistema de educación superior.
En México, en el ciclo escolar anterior, estaban matriculados en derecho 366 mil jóvenes, más del doble que los inscritos en medicina general. La UNAM, la institución a la que se refirió el Presidente, con poco más de 27 mil, tiene el mayor volumen de matrícula de las instituciones de educación superior.
Entonces, aunque el contexto es distinto, el riesgo es que, una vez más, en el caso de los abogados, se lleguen a conclusiones apresuradas y a tomar decisiones sin justificación ni fundamento. Esperemos que no.
Pie de página: Y ahora viene la solicitud presidencial a médicos y científicos para sustituir al fentanilo, se acumula a la de glifosato, transgénicos, una red social, la vacuna y las que siguen. // Las comisiones unidas de diputados resolvieron que el 12 de abril quedará aprobada la ley general de ciencia, con independencia de los pronunciamientos de la comunidad científica y de lo que ocurra en las reuniones de parlamento abierto. Pendientes.
Publicado originalmente en: https://suplementocampus.com/los-abogados-y-las-especialidades-del-presidente/