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La formación de la cultura política

Hay que poner atención a los procesos de formación para el fomento de la capacidad de autonomía.

He venido pensando en este tema en las últimas semanas, especialmente cuando observo diversas publicaciones carentes de ética donde la comunicación mediática, la política, los poderes fácticos y el periodismo suelen estar al servicio del poder, lo que implica todo un reto educativo.

En mi anterior coaboración escribí sobre la impunidad relacionada con el caso Ayotzinapa y las niñas, niños y adolescentes desaparecidos, donde el hilo conductor fue justamente el de la impunidad. El seguimiento de esos casos y de muchos otros, podría estar mucho más sustentado, si se empleara una narrativa periodística diferente, no la sensacionalista y a veces hasta amarillista que rodea a estos sucesos.

En el ejercicio de la comunicación muchas veces se presenta tanto en los medios digitales como impresos, una batalla por el poder donde el interés no está centrado en la formación de la opinión pública y la búsqueda de la verdad. Se da demasiado énfasis a lo espectacular de las noticias, la telebasura o el infoentretenimiento, lo que es preocupante cuando se relaciona con noticias que no han sido confirmadas y que ocasionan comentarios tendenciosos difundidos por los medios tradicionales, los digitales y las redes sociales.

Hace poco, vi un documental científico sobre el neuromarketing y su potencial para incrementar el conocimiento sobre lo seres humanos y los procesos relacionados con la toma de decisiones, tanto en el mercado como en el ámbito político, enfocado especialmente en el actuar de la ciudadanía en sus hábitos de consumo o como votante;  también se hacía hincapié en la necesidad de ir con cautela en cuanto a las posibilidades reales del neuromarketing, básicamente por el ejercicio de la autonomía ante el poder y de la manipulación que deriva de su uso.

De lo anterior hay muchas muestras y lo podemos observar tanto en la publicidad como en el tratamiento que se le da al actuar de los políticos, por ejemplo, en cuanto a los informes que deberían ser actos de rendición de cuentas como bien afirmó la rectora de la BUAP y no un discurso donde se exalta la  orientación ideológica del gobernante en turno como muchos de los realizados en los informes de las y los presidentes municipales en el estado; aunado a ello y con el pretexto del informe se colocan una infinidad de anuncios en torno a lo realizado y a todas horas y durante varios días se transmiten spots de sus  “logros” dentro de un derroche de gastos de publicidad en una actividad que supone un trabajo que se debe de realizar y por el que se tienen que rendir cuentas a la ciudadanía.

Castells (2009) menciona que el poder se basa en el control de la comunicación y la información, ya sea el macro poder del Estado y de los grupos de comunicación o el micro poder de todo tipo de organizaciones. Desde esta perspectiva, la comunicación de masas, es decir el tipo de comunicación que puede llegar a toda la sociedad, se conforma y gestiona mediante relaciones de poder enraizadas en el negocio de los medios de comunicación y en la política del Estado.

Tal vez el poder sea lo que mejor refleje el sentido actual de lo que se considera comunicar ya que los medios difunden una enorme cantidad de contenidos políticos, pero buena parte del material es trivial, poco fiable y polarizador; aunado a ello el neuromarketing que ya se utiliza, requiere de la necesidad de incorporar mecanismos de transparencia y control con la finalidad de conocer sus posibilidades reales y sus límites técnicos y morales.

Todo lo anterior obstaculiza la democracia y la formación de una cultura política y si en familia, la escuela y la sociedad en general no se fomenta el análisis crítico de los medios y de la publicidad, la ciudadanía se deja llevar por noticias fuera de contexto, manipuladas, sensacionalistas y hasta falsas.   

Considero que hay que poner atención a los procesos de formación para el fomento de la capacidad de autonomía y crítica tanto en la educación formal como la no formal, ya que una opinión pública prefabricada, sí es una de las mayores amenazas para la democracia. 

Referencias
Castells, M. (2009). Comunicación y poder. Madrid: Alianza editorial.
Cornejo Urbina, Franklin Martín. (2022). El poder de la comunicación: medios, política y ciudadanosComuni@cción13(1), 74-85. Epub 24 de marzo de 2022

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