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Fobias

En psicología definen a las fobias como un tipo de trastorno mental que se identifica por un temor irracional e intenso a algo que no representa peligro. En algunos decires se confunden con otras cosas; por ejemplo, una persona puede decir que tiene fobia a las abejas, cuando se trata de alergia.

Soy profesor, trabajo con estudiantes de licenciatura y posgrado, les encargo escritos y reviso cada frase que escriben. Les marco faltas y les hago sugerencias de forma, en especial para textos académicos. No trato de imponerles mi estilo, pero les pongo en una hoja mis antipatías a frases y palabras que evito usar y les digo por qué.

Siempre comienzo con una cita de Gabriel García Márquez: “La práctica terminó por convencerme de que los adverbios de modo terminados en mente son un vicio empobrecedor. Así que empecé a castigarlos donde me salían al paso, y cada vez me convencía más de que aquella obsesión me obligaba a encontrar formas más ricas y expresivas. Hace mucho tiempo que en mis libros no hay ninguno, salvo en alguna cita textual” (Vivir para contarla, p. 257). Desde que lo leí y me percaté que padecía de ese vicio, dejé de usarlos. También restrinjo el uso de gerundios.

Luego les comento de las muletillas que agregan palabras, mas no valor. Verbigracia: “Es importante mencionar que…” u ideas parecidas, son paja; “en este sentido”. Si se quita, el trabajo no se altera. Les recomiendo eliminar: “en lo personal o yo creo”, con que digan creo es más que suficiente.

Soy más preciso cuando les digo que me molesta encontrar en sus tareas palabras como accesar en lugar de acceder, ingresar o consentir; aclarar por esclarecer, se aclara el agua; ofertar por ofrecer, brindar, convidar, invitar; visualizar por vislumbrar, observar, ver el panorama; impacto por consecuencias, efectos o implicaciones. En mi diccionario de sinónimos impacto es igual a choque, balazo, golpe, colisión, encontronazo, percusión, huella, señal, marca, impresión, sensación, recuerdo. O palabras como posicionar o problemática como sustantivo, como adjetivo me parece bien. Por ejemplo, una situación problemática.

Les digo que no me gusta el etcétera y, menos aún, el etc., pienso que es la palabra más ambigua del español. Literal: todo lo que sigue. Y eso es mucho. También les invito a que no abusen de la frase es decir, implica que uno no se expresa con claridad o que considera que el lector no tiene capacidad de descifrar lo que uno escribe. Me irrita el verbo implementar. En el español de antes de los años 80 teníamos ejecutar, poner en práctica, instrumentar, orquestar, realizar, efectuar, llevar a cabo.

Con todo, lo que más me crispa, en especial en trabajos académicos, es el sin duda; si no hay dudas, ¿para qué hacer investigación? Si no hay duda es dogma.

Tal vez exagero y no padezco de ese trastorno. Ciertas de esas palabras o formas no son incorrectas; nada más me producen aversión. Con algunas, como implementar o impacto, reconozco que perdí la batalla.

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