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Educación Media Superior de la… ¿transformación?

Agosto del 2022 fue un mes atípico para la política educativa en México. El día 15, el presidente de la república anunció a la nueva titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Leticia Ramírez.

Al día siguiente se presenta el plan de estudios de educación básica y el 22 de agosto, el co-diseño de los Planes y Programas para la Educación Normal. En todos ellos, contando con la plana mayor de la SEP entre nuevas y salientes titulares, subsecretarios, directores generales, autoridades estatales e investigadores.

La Educación Media Superior (EMS) tambien entró a escena, aunque más discreta y sin la convocatoria de sus pares en educación básica y normales. El día 26 de agosto, el subsecretario de educación media superior de la SEP, Juan Pablo Arroyo Ortiz presentó el nuevo Marco Curricular Común de la Educación Media Superior (MCCEMS) acompañado de algunos de sus colaboradores y medios de comunicación; los componentes del nuevo MCCEMS y sus documentos base, también, anunció la publicación del ACUERDO número 17/08/22 por el que se establece y regula el Marco Curricular Común de la Educación Media Superior, publicado el 2 de septiembre de este año en el Diario Oficial de la Federación (DOF).

El común denominador en todos estos eventos es que la educación ahora tiene de facto un componente humanista, no neoliberal y con visión de formar un ser integral con conciencia crítica. No obstante, en el caso de la EMS, el nuevo marco curricular no parece ser tan “nuevo”. Copia en muchos casos los argumentos de la Reforma Integral de la Educación Media Superior (RIEMS) de 2008, y aunque la crítica por su enfoque pragmático centrado en el desarrollo de competencias, por provocar solo la formación productiva de los jóvenes en este tipo educativo, deja también muchas dudas sobre el futuro de la EMS en México y los avances que se tuvieron con el entonces Sistema Nacional de Bachillerato (SNB) y posterior Padrón de Buena Calidad del Sistema Nacional de Bachillerato (PBC-SNB) archivados y olvidados hasta el momento. Tampoco especifica qué estrategias seguir sobre el rezago en el aprendizaje que generó la pandemia por Covid-19 y mucho menos, la articulación entre subsistemas para mejorar las condiciones de miles de jóvenes que abandonaron sus estudios, docentes sin formación e infraestructura sin apoyos para su
mantenimiento preventivo, correctivo o nuevas instalaciones. Empezamos de cero nuevamente.

El contexto

Hablar de la EMS en México, es hablar de un tipo educativo que históricamente pierde el 40 por ciento de los jóvenes que transitan por el sistema educativo mexicano. A pesar de tener el 91 por ciento de absorción de jóvenes que egresan de secundaria, la EMS tiene un 67 por ciento de jóvenes que egresan en tiempo y forma, y el 54.7% de la población en edad escolar típica para cursar Educación Media Superior y Educación Superior no asiste a la escuela.

En términos de aprendizaje, los jóvenes mexicanos presentan resultados paupérrimos en su desempeño. De acuerdo con los resultados de la prueba planea 2017, “Los resultados presentados confirman los bajos niveles de desempeño de los alumnos […].

En Lenguaje y Comunicación, 34% […] y 66% en Matemáticas” los estudiantes se ubican en el nivel 1 de logro. Es decir que no cuentan con los aprendizajes clave que se evaluaron en dicha prueba. Esto significa que, en lenguaje y comunicación, los jóvenes: “No identifican la postura del autor en artículos de opinión, ensayos o reseñas críticas; ni explican la información de un texto sencillo con palabras diferentes a las de la lectura” y en Matemáticas: “Tienen dificultades para realizar operaciones con fracciones y operaciones que combinen incógnitas o variables (representadas con letras), así como para establecer y analizar relaciones entre dos variables.2 ¿Por qué iniciar entonces con un
cambio de paradigma si las autoridades ya saben cuál es el reto de este tipo educativo?

Argumentos del cambio

A dos años de concluir este gobierno federal, los cambios anunciados se han caracterizado por propuestas en la ideología y estructura de los planes y programas de estudio de todos los tipos educativos como parte de un “nuevo” enfoque de paradigma o lo que han llamado Nueva Escuela Mexicana (NEM). Situación entendible, pues cada gobierno en turno quiere dejar su esencia y legado en la política educativa, aunque el panorama actual sigue siendo de incertidumbre y con más críticas que aciertos desafortunadamente.

En el documento REDISEÑO DEL MARCO CURRICULAR COMÚN DE LA EDUCACIÓN MEDIA SUPERIOR 2019-2022, el objetivo del “nuevo” MCC expresa: “Este nuevo MCCEMS busca rebasar el paradigma instrumental que ha caracterizado los diseños curriculares previos…”. (SEP-SEMS. 2022. Pág. 4). El carácter instrumental al que se refiere ha sido un componente común en el discurso y documentos que consideran que la educación en México (antes de la llamada cuarta transformación) se ha caracterizado por su enfoque economicista. Que solo favorece la productividad y la formación de mano de obra que satisface los requerimientos de los mercados laborales, atribuyendo al modelo neoliberal la formación …”de un proyecto educativo hegemónico, neoliberal, orientado a atender las prioridades impuestas por la lógica del mercado, la modernización y la globalización (Ornelas Delgado, 2002, citado en MejorEdu, 2021), por encima de las del bienestar social y las de formación de una ciudadanía crítica”. Líneas arriba se aprecia la siguiente afirmación: “Los currículos en México han transitado en las últimas décadas por diversas reformas bajo la influencia de políticas y orientaciones definidas por organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), entre otros”. (MejorEdu. 2021, pág. 13).

Sin embargo, en la revisión de la referencia a Jaime Ornelas, no existen datos o afirmaciones de alguna imposición; de hecho, es bastante cuidadoso en utilizar expresiones como: propuestas, recomendaciones o influencias, jamás imposiciones políticas condicionantes por parte de los organismos internacionales alusivos, siendo además una referencia documental de hace… 20 años.

El cambio de los planes y programas de estudio para la EMS y del MCC busca promover – continua el documento- que los estudiantes sean: “…agentes de transformación social y que fomenten una cultura de paz y de respeto hacia la diversidad social, sexual, política y étnica; solidarios y empáticos. Se trata de fomentar una educación que admita y aliente la capacidad creadora, productiva, la libertad y la dignidad del ser humano”. (SEP-SEMS, 2022, pág. 33).

Pero ¿Qué de esos objetivos no han sido considerados en las reformas anteriores para dicho tipo educativo? En el texto del documento base se hacen múltiples citas que afirman supuestos fallos en la reforma anterior: “un vacío que se encuentra en los Acuerdos Secretariales (442 y 444) que dan forma a la RIEMS y conforman al SNB, es que no se
define qué es el MCC; si bien se habla de un enfoque o estructura, no se define ni se señala de manera explícita cuáles son sus componentes” (MejorEdu, 2021, p. 29).

En este sentido, la descripción o definición del Marco Curricular Común de la Reforma Integral de la Educación Media Superior (RIEMS) de 2008 no se limitó a un párrafo o una definición operacional. Al contrario, la estructura del MCC de la RIEMS de 2008 reconoce que la EMS representa problemas serios durante el tránsito de los estudiantes en el sistema educativo mexicano y que debido a la diversidad de planes y programas de estudio era indispensable dar identidad a un tipo educativo heterogéneo por sus características.

Entonces, ¿cómo reconocer al bachillerato en México? ¿qué políticas públicas deberían hacerse para que los estudiantes permanezcan en las aulas? Fue entonces que a partir del 2005 se creó la Subsecretaría que atendiera a ese tipo educativo. En 2008 se publica la estructura y los acuerdos que conforman la RIEMS; un año después inicia operaciones el Consejo para la Evaluación del Tipo Medio Superior (COPEEMS) que diseña y opera la conjunción del SNB, y en 2012, se publica en el DOF la obligatoriedad de la EMS.

Este adelanto permitió al hoy gobierno, tener las bases de su “nuevo” MCCEMS. En 2008, el avance que representó la RIEMS fue que no solo se atendiera el problema de los aprendizajes de sus estudiantes. Consideró también su implementación (niveles de concreción), en subsistemas tan diferentes como los colegios de bachilleres (bachillerato general) con programas de formación técnica, principal característica del Conalep (Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica) o con los Centros de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios (CBTIS), bachilleratos tecnológicos pero propedéuticos, incluyendo particulares, estatales, o de otras secretarías que no eran de la SEP. Un ejemplo diferenciador del MCC de la RIEMS de 2008 es el respeto de las trayectorias formativas de cada subsistema educativo según sus perfiles de egreso.

Si pudiéramos comparar el MCC de la EMS con el ser humano, las competencias genéricas y disciplinares básicas corresponderían al cuerpo humano. Y aunque la estructura del cuerpo humano es una, el ser humano es diferente en su forma de pensar, de vestir, de actuar, etc.

Esto en gran medida al contexto cultural donde nos tocó nacer y crecer, por lo tanto, dichos diferenciadores corresponden a las competencias disciplinares extendidas y profesionales que refiere dicho MCC de 2008 y que brindan la formación propedéutica característica de cada subsistema. Las condiciones socioeconómicas de muchos jóvenes y sus familias (incluso hoy día) no les permite tener asegurado el éxito durante su tránsito escolar, por eso, la diversidad de modelos y programas educativos que ofrecen al estudiante oportunidades técnicas que le permita desarrollar habilidades e integrarse a alguna actividad laboral. Resultados de la encuesta del perfil de alumnos de educación media superior en 2019 así lo destacan.

A la pregunta expresa: “¿Qué esperas obtener de la educación en un futuro?” el 34.85 por ciento busca un buen trabajo y el 18.16% ganar dinero. Es decir, más del 53 por ciento relaciona que estudiar la EMS le permitirá mejores condiciones de vida, que sea relevante y pertinente para poder ayudar a su familia. (SEP-SEM-COSDAC. 2019, pág. 52).

El texto sobre “Fundamentos del MCC de Educación Media Superior” se exponen siete paradojas, que pretenden mostrar: “… algunas de las contradicciones encontradas en la propuesta curricular anterior basada en competencias, cuyo propósito central es la “empleabilidad y productividad” del egresado”. (SEP-SEMS b, 2022. Pág. 4). No obstante,
el mismo concepto sobre paradoja4 que ahí se usa, podría aplicarse a dicho documento.

Pues a pesar de las diferentes expresiones sobre el rechazo a la reforma anterior en términos ideológicos, se contradice en varias “paradojas” que en la propuesta de implementación retoman casi de manera literal. Por ejemplo, “Una primera paradoja cuestiona la pertinencia y relevancia del enfoque basado en competencias, tal como fue incorporado en la Reforma Integral de la Educación Media Superior (RIEMS) de 2008”. No obstante, en el artículo 3, del ACUERDO número 17/08/22 por el que se establece y regula “Entendemos por paradoja como una proposición aparentemente contrapuesta a lo que se admite generalmente como lo más verosímil”. el Marco Curricular Común de la Educación Media Superior, recuperan dicho concepto y lo definen como: “IX. Competencia: A la capacidad para aplicar conocimientos, destrezas, habilidades, actitudes y valores en el desarrollo personal, académico, social y profesional en situaciones de la vida común, de estudio o trabajo. Las competencias pueden describirse en términos de responsabilidad y autonomía, para desenvolverse en contextos específicos y diversos a lo largo de la vida”. (DOF: 02/09/2022).

Pendientes

Finalmente, la discusión sobre el nuevo MCCEMS da para más análisis y queda pendiente su implementación que será a partir del ciclo 2023-2024. Falta revisar de qué manera se incluirán a todos sus actores, docentes, directivos, subsistemas.

En palabras del Subsecretario Arroyo, la capacitación de docentes se llevará con aproximadamente 135 mil docentes, que representan 32.69 % de los más de 412 mil que reporta la misma SEP. ¿Cuándo serán atendidos y cómo, los 277 mil que harán falta integrar a este MCC? ¿Qué política educativa debe implementarse para que la formación inicial de docentes no sea exclusiva de la educación básica y se considere el perfil de profesionalización de los docentes de EMS, cuyos programas de profesionalización son indispensables para la enseñanza y la didáctica de jóvenes adolescentes que necesitan ser “atrapados” de contenidos pertinentes y relevantes para su vida? Fátima Masse del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) refiere que “…el gobierno federal cerró el ciclo escolar 2021-2022 destinando solo 38 centavos por docente –de todos los niveles y tipos en el sector público– para capacitaciones”.

¿Por qué este subejercicio cuando los docentes de este tipo educativo -y todos- requieren el apoyo técnico de sus autoridades para enfrentar el rezago y bajo nivel de aprendizajes de los niños, niñas y jóvenes mexicanos posterior a la pandemia? ¿Cuándo será retomada la evaluación institucional que nos permita conocer como avanza este tipo educativo sobre el aprendizaje de sus estudiantes, sobre el apoyo al mejoramiento de la infraestructura, que no está considerada en el ramo 33 en ninguno de sus programas de apoyo? ¿Cuándo reactivar el Sistema Nacional de Educación Media Superior (SINEMS)? Que también refieren en el acuerdo de 2022, pero que no se especifica sobre su pertinencia ni funcionalidad.

Aún quedan muchas dudas, nuestro país no puede seguir siendo victima de luchas ideológicas, nuestros jóvenes necesitan concretar y confiar en su sistema educativo, sobre todo aquellos que por condiciones ajenas a sus capacidades no han podido continuar con su educación formal, su educación no espera, ni hay tiempo.

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