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¿Debe desaparecer el examen de la Comipems?

He oído decir a la presidenta electa (Claudia Sheinbaum) y al futuro secretario de educación (Mario Delgado) que eliminarán la Comipems (Comisión Metropolitana de Instituciones Públicas de Educación Media Superior), quien se encarga de realizar anualmente el concurso de ingreso a la educación media superior (EMS) de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM), a través de un examen estandarizado que desarrolla y administra el Ceneval desde 1996. Este examen se implementó para dar respuesta a la necesidad de contar con un proceso de ingreso único a las instituciones públicas de EMS, que fuera objetivo, transparente y justo. Entre las instituciones usuarias se encuentran: el Cobach, el Conalep, la Dirección General del Bachillerato, la Secretaría de Educación del Edomex, el IPN, la UAEM, la UNAM, así como diversas direcciones generales de educación técnica. En 2023, cerca de 287 mil estudiantes solicitaron realizar este examen y, de los aspirantes que lo presentaron, 245 mil (89%) logró ingresar a algún plantel de EMS de la ZMVM.

El examen de la Comipems resolvió el problema de los estudiantes de tener que presentar un examen de admisión distinto a cada plantel (o subsistema). Este mecanismo consiste en que todos los estudiantes responden el mismo examen y eligen cinco planteles de su preferencia (en orden jerárquico). Con base en sus puntuaciones y preferencias, la Comipems asigna el plantel al que puede ingresar cada estudiante. Cerca del 30% de los alumnos más preparados logra ingresar al plantel de su primera opción, mientras que a los estudiantes con puntuaciones inferiores se les asignan los planteles de menor prestigio y ubicados en zonas alejadas. El examen contiene 120 preguntas de las cuales, en promedio, 68 se responden correctamente (57%). No obstante, hay que precisar que este examen no se aprueba ni se reprueba, ya que las puntuaciones sólo sirven para ordenar el ingreso a las instituciones educativas.

Uno se pregunta ¿por qué se quiere eliminar la Comipems y qué otro mecanismo sería más justo y eficiente? Una justificación sería que, dado que la EMS es obligatoria (desde 2012), el Estado debe de garantizar el ingreso de todos los aspirantes a este nivel educativo. Si bien, esto es irrefutable y deseable, el problema esencial es el cupo limitado en los planteles de mayor prestigio. ¿Cómo hacer para que todos quienes lo deseen puedan ingresar a los planteles de la UNAM y del IPN (los más solicitados)? No hay forma. Lo que hay que hacer es ampliar la oferta educativa de calidad en la zona metropolitana (y en el país) pero, aun así, es imposible resolver el problema de los inconformes que no pueden ingresar al plantel de su preferencia.

Entonces, qué otras formas de acceder a un plantel existen, que no sean por mérito académico. Solo veo dos formas: por sorteo y por zona geográfica. El primero implica ganar en una “lotería” la oportunidad de ingresar a una institución en particular (lo que ya se hace en la UACM); la segunda, implica que los estudiantes que vivan más cerca de una institución sean quienes tengan el derecho de ingresar a ésta. Ninguna de las dos opciones resuelve el problema de la oferta educativa y tienen la desventaja de no estimular el esfuerzo académico de los estudiantes, por lo que los planteles de mayor prestigio pronto perderían este estatus. La segunda opción también adolece de que es más injusta, pues implica que quienes vivan lejos de un plantel nunca tendrían la oportunidad de estudiar en él. Sin decir que el ingreso a través de exámenes no adolece de problemas, además de ser el más utilizado en el mundo, es el que presenta las mayores ventajas. Por supuesto, el proceso de ingreso de la Comipems, como cualquier otro, puede mejorar con políticas afirmativas (ej.: cuotas para estudiantes vulnerables).

Volviendo a lo dicho por Sheinbaum y Delgado sobre su intención de desaparecer al Comipems, creo que ambos desconocen profundamente lo que en más de un siglo se ha investigado sobre el tema de la evaluación del aprendizaje y que no han pensado seriamente en las implicaciones que tendría para el sistema educativo eliminar el logro académico en los procesos de ingreso. Preocupa que se ha tomado una decisión sin un diagnóstico serio del problema que se quiere resolver. El gobierno cuatroteísta tendrá todo el poder para eliminar este mecanismo de distribución de estudiantes a la EMS; en el pasado ya lo hizo con otros programas e instituciones educativas, sin medir consecuencias. El punto central es si el nuevo mecanismo será mejor y más justo que el que actualmente se utiliza. Finalmente, si se está pensando lo mismo para la educación superior, no me imagino que los futuros médicos fueran seleccionados al azar, lo que ocasionaría un daño irreparable al sistema de salud del país.

Presidente del Consejo Directivo de Métrica Educativa, A. C.

@EduardoBackhoff

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